Análisis Code Vein - Un gran intento dentro de los soulsborne al que le falta algo de personalidad

A mi personalmente me ha gustado mucho jugar a Code Vein a pesar de contar con algunos fallitos a nivel jugable principalmente. Es divertido, más accesible que los Dark Souls y que otros juegos similares, gracias a contar con un compañero o con un mapa que nos indica por donde ir y qué nos falta por explorar, y también con un cooperativo que nos hace poder ir durante casi todo el juego con un amigo jugando online. Sin duda, la historia está muy por encima de las que se puede encontrar en Dark Souls al tener un hilo argumental, personajes que nos ayudan a entenderla, una trama sólida y muchas conversaciones entre NPCs que nos pegan a la pantalla hasta finalizar el juego. Obviamente no cuentan con el "lore" o información del universo donde estamos que tiene Dark Souls, pero en este caso se ha decidido contar una historia directa, que si bien no es excesivamente original sí que podría ser el guión perfecto para cualquier manga o anime que se precie.

En cuanto al juego en sí, los sistemas funcionan de forma convincente en la mayoría de los casos, aunque el sistema de evolución de personajes nos parece confuso y caótico. Tenemos que equiparnos con un código de sangre (clase), comprar habilidades, equiparlas para poder aprenderlas, y después las podremos usar cuando queramos, pero cada clase cuenta con algunas habilidades que no sirven para nada la mayoría del tiempo, y otras muy útiles que usaremos asiduamente pero que se gastan muy rápidamente, por lo que no sirve para nada usarlas ni equipar su clase. Las armas y armaduras tienen el mismo problema, con lo que nos equiparemos con las primeras que encontremos y las evolucionaremos siempre que podamos con las piezas que encontramos durante la partida, y estas serán las que tengamos hasta casi el final al ser las mejores que vamos a encontrar durante toda la partida. A pesar de todo esto, el juego es divertido, se deja jugar, el cooperativo funciona muy bien y es lo suficientemente accesible como para que jugadores que no pueden jugar a DS puedan intentarlo con éste. Además, nos llevará unas 30 horas de juego, lo que no está mal para un juego de estas características (tampoco es demasiado).

La máxima que los creadores del juego tuvieron a la hora de diseñar Code Vein era no hacer algo demasiado parecido a Dark Souls, y aunque no lo han conseguido en exceso sí que han añadido un buen puñado de sistemas originales que, en ocasiones, funcionan. De esta forma vamos a encontrar una jugabilidad casi calcada a la de cualquier soulsborne que se precie, por lo que no es necesario definirlo si ya has jugado a cualquiera de estos juegos de rol de acción con combate táctico. Sí que merece la pena nombrar algunas de sus diferencias. Desde casi el principio conoceremos a nuestros primeros buddies (colegas) que son personajes NPCs que nos acompañan y ayudan, cada uno de ellos con sus propia personalidad, formas de atacar, armas y habilidades, lo que sirve para compenetrarnos perfectamente en casi todo momento. También se ha simplificado mucho el equipamiento del personaje y solo podremos llevar una protección (olvidarse de cascos, armaduras, botas...) y dos armas que podemos intercambiar cuando queramos (por ejemplo, una corta y una a distancia, o una rápida y una más poderosa y lenta).Hay un sistema que no funciona como debería, y al que parece que le han dedicado mucho tiempo para hacerlo original sin llegar a buen puerto, como es el sistema de clases de personajes denominado códigos de sangre. Un código de sangre es un conjunto de habilidades que podemos equipar, usar y cambiar por otro en cualquier momento, y existen diferentes códigos dependiendo del renacido (personaje NPC) del que lo heredemos. El problema está en que para poder usar una habilidad tendremos que cambiar entre estas clases desde el menú, por lo que al final tendremos que llevar solo uno la mayor parte del tiempo. En la teoría no está mal pensado, ya que dependiendo de la situación o enemigo al que nos enfrentemos nos beneficiará uno u otro, pero en la práctica el sistema de códigos de sangre es confuso y tedioso para cambiar de habilidades, y estas en su mayoría no representan demasiada ventaja en casi ninguna situación, lo que nos lleva a ignorarlo en una mayor parte del juego y seguir jugando con un solo código de sangre usando algunas de sus habilidades una y otra vez.El resto del juego funciona muy parecido a los Dark Souls, esto es, combates tácticos contra enemigos fuertes, exploración de la zona con enemigos que reaparecen cada vez que descansamos en las zonas asignadas, evolución del personaje con almas que vamos recopilando cuando acabamos con enemigos, y grandes jefes finales que despejan la zona cuando los vencemos y que sirve para continuar con la historia. En definitiva, tiene buenos elementos para casi cualquier fan del género, aunque los más acérrimos pueden que le pongan la cruz por no poder jugar exactamente igual que a otros que les gustan más (siempre hay extremistas en cualquier cosa).

Es, curiosamente, el punto más flojo del juego por culpa de una demasiada similitud con su padre directo, Dark Souls. Esto es algo bueno y malo al mismo tiempo, ya que los aficionados al género se sentirán como en casa desde el primer minuto con una gran mayoría de elementos de juego y estéticos, pero al mismo tiempo les hará echar en falta algunos de los elementos que más usamos en juegos como estos. En Bandai Namco querían hacer algo lo suficientemente distinto como para que tuvieses personalidad propia, y aunque a nivel de historia y de estética lo consiguen con creces y a pesar de haberle añadido algunos sistemas de juego muy originales (como el de Código de sangre o evolución de los personajes), su mayor problema reside en que otros elementos parecen un copiapega directo del juego de FronSoftware incluyendo tipos de enemigos, comportamientos y zonas concretas del juego (especialmente de Dark Souls 1).

Nos ha gustado por ejemplo el poder contar con un compañero siempre que lo queramos y que ayuda (no suele molestar ni tampoco hace el trabajo por nosotros), o que tengamos una historia muy cuidada y bien narrada que incluye flashbacks para conocer el pasado de los personajes secundarios que han olvidado sus recuerdos y para los que seremos los encargados de hacerles recordar (y, de paso, conocer la historia). El diseño de los personajes, sus vestuarios, sus comportamientos o los códigos de sangre también son elementos que podrían brillar con luz propia y que no se han visto nunca en juegos de este estilo, aunque este último (que es cómo evolucionamos al personaje) se queda en el tintero por culpa de una mala implementación. Al menos se puede decir que han intentado hacer algo diferente funcione o no (lo hace en su mayor parte), y han intentado llevar al género por otro camino, plantando las bases para una segunda parte que a buen seguro tendrá más acierto que esta primera.

Viniendo del mismo equipo que ha desarrollado God Eater podíamos esperar justo lo que nos encontramos. Hablamos de una estética muy manga con unos personajes que están diseñados pensando en una mezcla de estilos entre un mundo post-apocalíptico, de vampiros, y al mismo tiempo intentando darle un toque oscuro muy a lo Dark Souls sin llegar a serlo gracias a que es un juego de estilo anime. La mezcla es muy buena, tanto en escenarios (grandes y buen desarrollados) como en personajes, y tienen la suficiente personalidad como para poder seguir su propia estela sin hacer comparaciones con ningún otro juego. Quizás, el problema principal está en algunas de las fases que vamos a encontrar y que parecen sacadas directamente de Dark Souls (del primero más concretamente). Zonas y enemigos que son calcados aunque con estética manga hace que este apartado no tenga la suficiente originalidad, y así así resulta muy atractivo. También hemos visto que la inexperiencia en el diseño de este tipo de juegos les lleva a que algunas zonas son demasiado lineales y sin la complicación de este tipo de juegos en los que, en muchas ocasiones, nos solemos ver dando vueltas en busca del siguiente camino por donde ir (y, además, contamos con un mapa que ayuda bastante).

Los movimientos de los personajes son fluidos y rápidos en casi todo momento, con una animación muy cuidada en ataques y defensa, aunque también hemos visto alguna que otra ralentización en zonas concretas y algunos movimientos demasiados estáticos (y no hay forma de que sean más ágiles, ni con habilidades ni quitando armaduras puesto que no las tiene). A nivel sonoro, contamos con las voces en inglés y en japonés de bastante calidad y una buena banda sonora que, a veces, joroba un poco la experiencia, ya que no se escucha música en ningún momento salvo en los enfrentamientos con enemigos finales y justo cuando se acerca algún enemigo, siendo esto último un incordio ya que sabemos cuando vamos a pelear (aunque el enemigo esté escondido). Todos los textos están traducidos al español.