La máxima que los creadores del juego tuvieron a la hora de diseñar Code Vein era no hacer algo demasiado parecido a Dark Souls, y aunque no lo han conseguido en exceso sí que han añadido un buen puñado de sistemas originales que, en ocasiones, funcionan. De esta forma vamos a encontrar una jugabilidad casi calcada a la de cualquier soulsborne que se precie, por lo que no es necesario definirlo si ya has jugado a cualquiera de estos juegos de rol de acción con combate táctico. Sí que merece la pena nombrar algunas de sus diferencias. Desde casi el principio conoceremos a nuestros primeros
buddies (colegas) que son personajes NPCs que nos acompañan y ayudan, cada uno de ellos con sus propia personalidad, formas de atacar, armas y habilidades, lo que sirve para compenetrarnos perfectamente en casi todo momento. También se ha simplificado mucho el equipamiento del personaje y solo podremos llevar una protección (olvidarse de cascos, armaduras, botas...) y dos armas que podemos intercambiar cuando queramos (por ejemplo, una corta y una a distancia, o una rápida y una más poderosa y lenta).
Hay un sistema que no funciona como debería, y al que parece que le han dedicado mucho tiempo para hacerlo original sin llegar a buen puerto, como es el sistema de clases de personajes denominado códigos de sangre. Un código de sangre es un conjunto de habilidades que podemos equipar, usar y cambiar por otro en cualquier momento, y existen diferentes códigos dependiendo del renacido (personaje NPC) del que lo heredemos. El problema está en que para poder usar una habilidad tendremos que cambiar entre estas clases desde el menú, por lo que al final tendremos que llevar solo uno la mayor parte del tiempo. En la teoría no está mal pensado, ya que dependiendo de la situación o enemigo al que nos enfrentemos nos beneficiará uno u otro, pero
en la práctica el sistema de códigos de sangre es confuso y tedioso para cambiar de habilidades, y estas en su mayoría no representan demasiada ventaja en casi ninguna situación, lo que nos lleva a ignorarlo en una mayor parte del juego y seguir jugando con un solo código de sangre usando algunas de sus habilidades una y otra vez.
El resto del juego funciona muy parecido a los Dark Souls, esto es, combates tácticos contra enemigos fuertes, exploración de la zona con enemigos que reaparecen cada vez que descansamos en las zonas asignadas, evolución del personaje con almas que vamos recopilando cuando acabamos con enemigos, y grandes jefes finales que despejan la zona cuando los vencemos y que sirve para continuar con la historia. En definitiva, tiene buenos elementos para casi cualquier fan del género, aunque los más acérrimos pueden que le pongan la cruz por no poder jugar exactamente igual que a otros que les gustan más (siempre hay extremistas en cualquier cosa).