Análisis Tekken 8 - Un golpe certero, ambicioso y muy potente al trono de los juegos de lucha

La duración de Tekken 8 va a ir clara y proporcionalmente ligada a nuestras ganas de jugar contra nuestros amigos u online, ya que la cantidad de contenido para un jugador - ojo, sin estar nada mal - se puede terminar en pocas horas. Tenemos un modo historia al estilo película que nos llevará 2-3 horas, un modo arcade para cada uno de los 33 personajes (son unos pocos minutos para cada uno, 5 combates) y un modo arcade que nos sirve como tutorial de juego, y que también añade un buen puñado de horas (4-5 como mínimo), y luego tenemos personalizaciones de nuestro avatar para seguir desbloqueando. Incluso vuelve el Tekken Ball para cuando queramos un descanso de la lucha pura...

Sea como sea, donde está el verdadero potencial del juego es en su modo versus, que gracias al equilibrado plantel de personajes y la renovada jugabilidad nos va a tener entretenidos muchas, muchísimas horas si queremos llegar a lo más alto. Ideas tan estupendas como el juego cruzadado han multiplicado las horas, y la primera actualización de personajes a los pocos días del lanzamiento muestran el interés y preocupación de Bandai-Namco en seguir ofreciendo una experiencia divertida y equilibrada. Eso sí, los completistas tendrán que preparar bien la cartera, ya que para llegar a los casi 60 personajes de Tekken 7 el precio del juego se va a multiplicar...

A nivel jugable, Tekken 8 evoluciona la mecánica Rage vista en la anterior entrega por el nuevo Heat, presentando un estilo de lucha más agresivo que premia al atacante y perjudica a los jugadores muy defensivos. De esta forma, al entrar en el estado Heat nuestro personaje no solo potencia el poder de sus golpes más fuertes (que ahora hacen daño al rival cubierto), también desencadena nuevos ataques que pueden destrozar la guardia, nos permite fintar y cancelar golpes, incluso recuperar vida... O destrozar rápidamente al rival con un golpe especial que vacía la barra entera. El resultado es un sistema aparentemente muy sencillo y accesible, pero que esconde una enorme profundidad.

El título también nos presenta un modo súper accesible que nos permite atacar con solo cuatro botones, creando combos (jugglers) increíbles rápidamente, y ayudándonos a familiarizarnos con cada personaje. Por supuesto, esto limita el número de golpes y ataques disponibles del personaje, pero nos da un vistazo rápido de sus principales habilidades, y permite que una persona que nunca haya probado la saga pueda luchar rápidamente, convirtiéndose en un peligro real para jugadores veteranos desde el minuto uno. Esto, unido a un sólido plantel de personajes - 33 jugables, más algún invitado o forma especial como jefe - y el crossplay nos dan un enorme potencial de combate. Eso sí, hay que ver cómo evoluciona y se reequilibra el plantel, que nuestros primeros días online han sido una Azuzena nightmare...

Quizá el punto en el que más patine Tekken 8 sea en la capacidad para innovar y sorprender al jugador más veterano. Más allá del potente salto gráfico - que ya es algo a valorar - y las mejoras jugables, el título se presenta más como una evolución del 7 que como una reinvención, algo que le pasa factura especialmente en el modo historia. La batalla entre Kazuya y Jin toma el relevo a la pelea contra Heihachi, pero es el hilo conductor total del 90% de los acontecimientos, dejando al resto de personajes muy de comparsas. Incluso la inclusión más destacable argumentalmente en la trama, Reina, queda en un segundo plano en esta batalla... Que ya hemos visto en demasiadas ocasiones. Tampoco ayuda que el juego solo presente a 3 personajes nuevos (y la evolución natural de Jack, típica de cada entrega numerada), aunque la parte positiva es que el modo historia es más compacto y cinematográfico.

A nivel jugable, el sistema Heat es también una evolución del Rage, y es muy interesante que se premie tanto el ataque, porque hace los combates más directos y divertidos... pero tampoco nos da la sensación de ser algo revolucionario. Y lo mismo pasa con la vuelta del Tekken Ball o el arcade individual, son detalles muy de agradecer, pero que no reinventan la rueda. El mayor acierto ha sido el modo Arcade Quest, que si bien es un tutorial ampliado, le da mucha más profundidad al desarrollo y hace más accesible la experiencia para un jugador. Sumando todas estas partes sí podemos hablar de una evolución sobre la entrega anterior, pero desde luego no de una revolución.

Sin duda la mayor baza de Tekken 8 es su apartado gráfico. La valentía de Katsuhiro Harada y su equipo a la hora de dejar el lanzamiento solo para PC, Xbox Series y Playstation 5 ha permitido un impresionante salto visual ya no solo sobre la entrega anterior, si no en el mundo de los juegos de lucha. Tampoco le ha sentado a los personajes nada mal el salto al Unreal Engine 5, multiplicando el nivel de detalle en los modelados, los elementos interactivos (gafas y pañuelos que salen volando durante los golpes), los ataques especiales con juegos de luces... Y no hay que olvidarse de algunos de los escenarios más bonitos de la franquicia, que son puro espectáculo en el modo historia cuando salen justo después de una CG, con una transición mínima. Otra sorpresa muy agradable es la velocidad de los combates, sin cargas ni esperas casi perceptibles, y el funcionamiento a 4K - 60FPS en PC, Series X y PS5.

La banda sonora no afloja el paso, y nos presenta una gran variedad de temas de muchísima intensidad, capitaneados por el talento de Go Shiina y Shinji Hosoe (viejos conocidos de la saga); la banda sonora es variada, la calidad es excelente y la ambientación de las batallas para quitarse el sombrero. El doblaje también merece mención aparte, con voces en distintos idiomas para cada personaje (según su procedencia), que incomprensiblemente se entienden perfectamente entre sí... Pero el resultado final es brillante. Lo único que nos ha patinado un poco es la traducción de textos, que es como mínimo bastante libre (y a veces, un tanto equivocada), pero es un fallo muy menor.