Análisis Tales of Arise - El rol japonés se pone sus mejores galas para conquistar occidente

Terminar Tales of Arise nos llevará en torno a las 40 horas en nuestra primera partida, y centrándonos de lleno en la historia principal (sin misiones secundarias ni retos extra). Si somos más completistas y ahondamos podemos superar fácilmente las 55, llegando hasta más de 70 si queremos exprimir la aventura al 100% y descubrir todos sus secretos. La historia principal es un poco más corta que en otras entregas (como Berseria), pero intensa y emocionante, y como viene siendo habitual su mayor soporte son los personajes (aliados y secundarios), que vuelven a estar muy bien escritos.

Gracias al cuidado sistema de combate luchar es más divertido que nunca, un reto más interesante y los jefes y mazmorras dan sensación de auténtico logro. Por otra parte, algún altibajo en el ritmo del juego y el contenido DLC para facilitar la experiencia nos hace dudar hasta que punto se ha perjudicado el equilibrio del juego...

A nivel jugable Tales of Arise es un importante pulido sobre la popular saga de Bandai-Namco y el Tales Studio, especialmente a nivel de gameplay, y más concretamente, de los combates. Tomando como base la acción dinámica y equilibrada de la franquicia y eliminando las complejidades innecesarias de Berseria nos encontramos un título muy divertido, desafiante y versátil, que premia nuestro interés, habilidad y ganas de aprender. Así, aunque luchamos solos (esta vez la experiencia es para un solo jugador) tendremos un equipo de héroes que nos acompañarán y lucharán a nuestro lado, incluso coordinarán sus ataques con los nuestros, y nos darán apoyo en los momentos necesarios. Desgraciadamente su IA sigue siendo un tanto mejorable y hay momentos un poco frustrantes (especialmente, en jefes), pero con todo la fórmula funciona muy bien, y luchar es realmente divertido, algo muy positivo ya que se lleva más de la mitad del tiempo de juego.

Por supuesto, también hay toneladas de conversaciones (menos mal que nuestros aliados son adorables), exploración, mazmorreo y minijuegos (estos últimos realmente muy, muy divertidos y conseguidos, especialmente los de cocina). Un punto brillante es haber subido la dificultad (aunque hay picos, en general es un reto muy agradable y adictivo) y haber creado una especie de bolsa de cura que limita que estemos abusando de los hechizos curativos y uso de pociones. Igualmente inteligente es el uso de las misiones secundarias, que se desarrollan en paralelo (con jugosas recompensas), pero no nos limitan el avanzar.

Aunque se presenta como un gran salto adelante en la saga, Tales of Arise es un RPG muy fiel a sus raíces, que sigue los puntos más habituales en la saga: historia de corte dramático con un trasfondo social (en este caso, esclavitud / libertad), personajes muy carismáticos y un gran sistema de batalla. Lamentablemente el pulir el último apartado ha sido la excusa de Bandai Namco para eliminar otra de las señas de identidad de los Tales, la opción de disfrutar de las batallas en multijugador. Y no, no era necesario para nada.

Ya analizando el juego en sí nos encontramos con un gran juego de rol estilo japonés, muy cuidado y con grandes valores de producción. Es un placer explorar y descubrir su mundo interactuando con los personajes (y los protagonistas), se ha trabajado mucho en crear un sistema de combate novedoso, y la idea de tener una bolsa de cura para todo el grupo es doblemente buena; por un lado la acción es más dinámica, por otro la sensación de tensión es mayor conforme avanzamos en las mazmorras.

A nivel visual, Tales of Arise supone un pequeño paso adelante dentro de la saga Tales, al dar el salto al Unreal Engine y permitir así un mejor acabado visual, más detallado y vivo. Lo primero que salta a la vista son los escenarios, más grandes y llenos de elementos que nunca, pero el punto álgido está en los combates, y especialmente en los modelados de personajes y escenarios. En Berseria veíamos un fondo circular mucho más apagado y pobre, aquí se ha enriquecido el aspecto visual, se han incorporado sorprendentes efectos, y todo se mueve con una fluidez envidiable (a 60FPS en PS5 y Series X/S, 30 en las consolas más tradicionales). El arte de Minoru Iwamoto, coordinando a la mayoría del equipo que creó Berseria, luce mejor que nunca en esta entrega.

El apartado sonoro no se queda atrás, con una banda sonora variada, amplia y colorida (cuando las circunstancias lo permiten) que sabe transmitir no solo la emoción e intensidad de los combates, también los momentos más épicos, tristes o incluso divertidos; el desbordante talento de Motoi Sakuraba es capaz de eso y más. Nos llega además con textos en castellano y la opción de elegir doblaje entre inglés y japonés.