Análisis Super Mario Bros. Wonder - Un salto maravilloso para los poseedores de Switch

Terminar Super Mario Bros. Wonder nos llevará en torno a las 9-10 horas de media en nuestra primera partida, con un montón de desafíos repartidos a lo largo de 7 mundos (más uno oculto, el especial, que es auténtico desafío del juego). Eso sí, completarlo todo al 100%, exprimiendo todos los secretos de cada nivel, encontrando las monedas ocultas y coronando la meta a máxima altura nos llevará aproximadamente el doble. Eso sí, gracias a un estupendo sistema de dificultad variable en cada mundo, al poder avanzar solo con un número de niveles completados y al uso de los emblemas para facilitarnos las prueba más complicadas, es casi imposible no engancharse a la mecánica de descubrir más y más niveles, y alargar al máximo cada partida...

Hablando ya del modo multijugador, hay que destacar que es totalmente compatible con la partida principal, y que podemos añadir (o quitar) amigos en cada nivel, o conectarnos online para recibir ayuda y pistas de otros jugadores. Es sin duda un gran aliciente, pero tenemos que destacar que en nuestra experiencia, el cooperativo solo nos ha funcionado realmente bien en algunos niveles (por ejemplo, los coliseos, que se facilitan mucho), mientras que en otros se convertía en un problema al dejar fácilmente atrás a nuestros compañeros, lo que puede ser frustrante; no hay tanto zoom en pantalla como en New Super Mario Bros. Wii o Wii U, y hay incluso niveles de corre todo lo que puedas que perjudican este modo de juego...

Una de las mayores fortalezas de Super Mario Bros. Wonder es su impresionante gameplay, siendo uno de los mejores plataformas con desarrollo 2D que han pasado por nuestras manos en los últimos años (con permiso de Tropical Freeze, que es menos asequible, Celeste u Ori). Sus fortalezas son una enorme libertad de juego gracias a los power ups, niveles perfectamente diseñados y tremendamente rejugables, sorpresas todo el camino que consiguen que cada desafío sea único y la fórmula de fácil avanzar, difícil hacerlo al 100% que ya hemos visto en cada saga. Hay desafíos para todas las habilidades de juego, desde los más habilidosos a los recién llegados, además de personajes especiales (los Yoshi y Caco Gazapo) invulnerables a los enemigos, y encima la genial idea de las insignias para compensar aún más nuestras debilidades.

Correr un poco más rápido, ejecutar backflips, saltar más alto o más largo... incluso salvarnos una vez de una caída a la muerte. A lo largo de la aventura y superando distintos retos (en este caso, sin pérdida de vidas) podemos conseguir insignias especiales que harán avanzar (o conseguir algún item en la fase) algo mucho más sencillo y divertido. Esta nueva mecánica, junto a un mayor número de banderas para continuar durante las fases, hace desaparecer la versión de Mario Tanooki Dorado al perder muchas vidas, algo que frustraba igualmente a muchos jugadores. Aquí conseguir vidas es más sencillo que nunca (podemos comprarlas con monedas a un precio muy razonable), y aunque en los niveles más avanzados las perderemos con velocidad y alegría (o si jugamos a 4, todavía más rápido) la sensación de recompensa y mejora constante es todo un acierto.

Posiblemente el punto más fuerte de Super Mario Bros. Wonder es lo original y fresco que resulta, y cómo se reinventa en cada nivel. En esta entrega no solo hablamos de nuevos power-ups, como las pompas o la divertida transformación en elefante, si no en niveles que tiene un cambio sorprendente cuando llegamos a la flor maravilla: convertirnos en un enemigo, plataformas invisibles, cambio de perspectiva, sobrevivir a una estampida de enemigos... Hay decenas de posibilidades, y el descubrir cada una es un enorme aliciente y una grandísima idea, porque cambia las reglas de maneras nunca vistas, invitando por igual a nuevos jugadores y veteranos de la franquicia a meterse en esta aventura.

Incluso hablando ya de los niveles en sí, el cambio del Reino Champiñón al Reino Flor ha venido consigo con una enorme variedad de nuevos retos y mecánicas, nuevos enemigos que se lanzan a por nosotros o que imitan nuestros saltos, refrescando así enormemente el gameplay. Igualmente frescos resultan los desafíos por los emblemas, los nuevos niveles estilo coliseo o de búsqueda e investigación, incluso un mapamundi más interactivo con un montón de secretos a descubrir...

A nivel visual, Super Mario Bros. Wonder consigue gracias a una impresionante dirección artística sorprendernos y maravillarnos en cada nivel. Mario, sus amigos y sus enemigos nunca han estado tan bien animados ni han sido tan expresivos en 2D como lo son en este juego, cargado de momentos impagables: increíbles efectos transformaciones, animaciones de Mario cogiendo su gorra al entrar en una tubería, fondos más interactivos... Es cierto que el nivel no está siempre tan alto y que hay fases de desafío o coliseo que son más genéricas, con fondos menos inspirados y simplones, además de echarse de menos más cantidad y variedad de jefes finales, pero en líneas generales la revolución que vamos a encontrar en cada nivel, los efectos que activaremos y los constantes cambios en el gameplay lo compensan con creces.

El apartado musical es increíblemente brillante, gracias a una increíble unión de talentos; el veterano y genial Koji Kondo ha unido fuerza con los talentos pujantes de Shiho Fujii, Sayako Doi y Chisaki Shimazu para dar vida a una banda sonora simplemente espectacular, en la que en una fase podemos terminar escuchando a los enemigos cantando a capela, a los secundarios dando palmas en el escenario o a las notas musicales corriendo bajo nuestros pies, armonizadas con la melodía general. Otro punto sobresaliente es el doblaje al castellano, y es que aunque Mario y sus amigos siguen sin hablar (solo tienen pequeñas expresiones y gritos, sustituyendo muy bien la marcha de Charles Martinet) nos vamos a encontrar con unas divertidísimas flores en todos los niveles que nos darán pistas o provocarán situaciones muy graciosas. De 10.