A nivel jugable
Suicide Squad: Kill the Justice League es un shooter en tercera persona que nos pone al control de 4 supervillanos del universo DC, con una misión más que suicida: acabar con Superman, Batman, Green Lantern y Flash, controlados por
Brainiac. Una misión prácticamente imposible... pero que
Harley Quinn, Rey Tiburón, Deadshot y Capitán Boomerang no tienen más remedio que aceptar, si no quieren que su cabeza explote. Afortunadamente durante la aventura van a tener ayudas de otros
villanos como
El Pingüino,
Riddler o
Guizmo, que irán mejorando su arsenal de armas, su capacidad de defensa y recuperación y otras tantas estadísticas.
El
gameplay en sí no es malo; nos vamos moviendo por la ciudad, luchando contra centenares de enemigos, disparando a todo lo que se mueve y alternando brutales golpes a corta distancia para causar mayor daño. Tenemos además distintas formas para un movimiento más rápido, como un gancho similar al de Batman o los súper-saltos del Rey Tiburón, y además cada personaje tiene sus fortalezas (por ejemplo,
Harley es la mejor esquivando, mientras que
Deadshot no tiene rival disparando). El problema es el enfoque a
juego como servicio, que en lugar de presentarnos una historia realmente divertida y variada nos lanza una y otra vez oleadas y oleadas de enemigos genéricos, misiones de escolta, de eliminación, de resistencia... Tampoco ayuda lo complicado que es el
looteo de nuevas armas (sí, las vamos al tener al completar cada misión, pero también podremos comprar cajas de loot), con demasiadas estadísticas y un árbol de habilidades como mínimo poco intuitivo (y sin demasiado peso real en la jugabilidad). Una pena, porque la idea podría haber dado mucho más de sí.