Análisis de Stela - Gran experiencia que sigue los pasos de Inside y Limbo pero que se queda corta enseguida

El paseo que nos vamos a dar por este mundo es bastante gratificante, al menos durante todo lo que dura. Vamos a visitar diferentes entornos, nevados, en el interior de casas o incluso de un enorme templo, pasar por diferentes situaciones de peligro que podremos solventar con relativa facilidad fijándonos en el entorno y generalmente a la primera, alejándose de juegos como Limbo que es más ensayo y error en muchas de sus situaciones. Al no tener una historia clara definida (la protagonista se despierta y es perseguida; punto), pasaremos más tiempo simplemente moviéndonos en una dirección sin mucho que hacer (literalmente) y sin conocer lo que le preocupa a su protagonista o lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Si lo comparamos con otros juegos similares, como Journey o Inside, no nos sentimos atraídos por lo que estamos viendo ni lo que está sucediendo a nuestro alrededor, y aunque es realmente bonito y relajante, en casi ningún momento sentimos que estemos ante un reto de ningún tipo, o incluso que la historia o su protagonista quieran contarnos algo que queramos averiguar o saber.

La duración es también otro problema. La primera vez que juguemos pueden ser algo más de dos horas en las que vamos a morir muy poco y donde vamos a conseguir logro tras logro sin casi hacer nada más que avanzar y saltar en un par de ocasiones. Hay un logro por terminar el juego antes de una hora y media, el cual también es relativamente fácil de conseguir tras la primera partida, así que Stela es de esa clase de juegos o experiencias para hacérsela una vez y dejarla de lado, o bien para que juegue alguien que busque algo diferente y sencillo, y aún así no sabrá muy bien lo que está sucediendo en ningún momento y hará más bien poco. El intento por conseguir algo inmersivo ha sido más bien fallido.

Como ya mayoría de las experiencias, es difícil considerar Stela como un videojuego. nos provoca sensaciones ver a su protagonista afrontar diferentes retos, pero a nivel jugable las pruebas a las que nos vamos a encontrar ya las hemos visto en otros juegos, de hecho calcadas a por ejemplo Inside, así que no va a resultar nada complicado finalizarlo e ir superando poco a poco sus distintas partes y zonas. Vamos a tener que ocultarnos de los enemigos que nos buscan, cubrirnos cuando nos disparan flechas con el entorno, correr para no ser atrapado por ciertos animales o usar la palanca adecuada en ciertos momentos. Todo controlado con el analógico del mando y un solo botón (tenemos uno para saltar pero hasta los saltos en muchas ocasiones son automáticos), por lo que será más un paseo virtual por un precioso mundo que agoniza.

Hay muchas experiencias en el mercado que pueden (o no) ser considerados como videojuegos. Stela es más un paseo por diferentes entornos viendo a diferentes criaturas y afrontando algunos pequeños retos y pruebas mientras disfrutamos de las vistas, por lo que a nivel jugable es más lo que estamos viendo y escuchando que la de jugar a un juego.

Cada día hay más juegos en el mercado que se pueden considerar como experiencias más que videojuegos propiamente dichos, y en ocasiones pretenden llevar al jugador a una bonita historia (como 11-11: Memories Retold) o que nos meten de lleno en un mundo precioso que deseamos explorar y que nos cuenten una historia (como Journey). Quizás más similar al segundo que al primero es lo que sus creadores en SkyBox Labs han querido crear con Stela, aunque siguiendo la estela (perdón por el chiste) del juego de Playdead Inside, el cual parece seguir demasiado de cerca en muchos aspectos, como las zonas de infiltración, el uso de palancas o las partes contemplativas donde solo tenemos que andar en una dirección.

No hay muchos juegos de este estilo aún en el mercado, por lo que es refrescante encontrar este tipo de alternativas para descansar un poco de tanta acción, o de los juegos en los que hay que rebanarse la mente, o simplemente para relajarse un poco. También es una buena apuesta para aquellos que no estén demasiado experimentados y quieran meterse en un videojuego más casual y técnicamente atrayente. En Stela encontramos algunos pequeños puzles de ingeniosa solución, pocos quizás, pero aún así sigue siendo una buena apuesta como aventura de puzles.

El apartado más conseguido sin duda. Sus creadores han creado un bonito universo que merecía la pena de explorar y del que nos hubiese gustado ver más, otras situaciones y entornos y más cosas que hacer para poder verlo en mayor profundidad. Pasaremos por diferentes entornos como el interior de un templo con una iluminación muy bien conseguida o en las profundidades de una cueva donde nos perseguirá una enorme serpiente entre otros, y donde todos los personajes, enemigos y protagonista, se mueven con fluidez y de forma preciosista (recuerda mucho su movimiento a la técnica usada en juegos como el clásico Prince of Persia).

El sonido también juega un papel importante en toda la historia. En muchas ocasiones solo escucharemos el sonido de fondo ambiental que nos ayuda a meternos un poquito más en situación y en lo que estamos viviendo, y tras superar la situación escucharemos estas preciosas melodías, o también cuando estamos en verdadero peligro. Técnicamente Stela consigue meternos de lleno en la aventura y posiblemente el motivo principal por la que queremos finalizarlo, ver todo lo que ocurre y hacia dónde va todo.