Soul Calibur III - Análisis PlayStation 2

La base de la saga sigue fuertemente asentada. Eso sí, sin novedades, y entre los pocos cambios introducidos no todos son aciertos.

Hay 2 formas de cambiar el sabor de un plato: cambiar los ingredientes, o cambiar al cocinero; y si bien es la primera la que da más variedad, Namco se ha decantado por la segunda.

El sistema de control básico de la saga ?SoulCalibur? sigue estando vigente; el golpe lateral, el golpe rápido, la patada y la guardia (con posibilidad de contraataque) siguen siendo la clave para ganar todos los combates. Por supuesto, sigue habiendo numerosos agarres, combos y golpes especiales que enriquecen el sistema de ?piedra-papel-tijera? o ?golpe rápido ? golpe fuerte ? patada?.

Sin embargo, no hay cambios ?sustanciales? en la jugabilidad. No debe extrañarnos, porque en ?SoulCalibur II? se limitaron a añadir paredes; en esta entrega, las novedades jugables pasan por:

- Cambio en el manejo de muchos personajes: todo el elenco de personajes ha sufrido reformas, en mayor o menor medida y en busca de un mejor equilibrio. Sin embargo, ciertos personajes (como Taki o Ivy ) han sido totalmente ?remodelados?, por lo que los jugadores veteranos poco podrán hacer con ellas en sus primeras partidas. Estos cambios pueden ser un gran acierto, pero habrá un gran porcentaje de jugadores al que no le haga demasiada gracia unos cambios tan radicales. Sobre todo porque, si tanto había para cambiar, casi mejor haber creado más personajes nuevos y haber respetado algo más a los antiguos.
- Tres nuevos personajes :

*Setsuna, una chica armada con una sombrilla que esconde una peligrosa ?kodachi? (katana corta). No es un personaje intuitivo, pero sus combos son demoledores.

*Tira, una fiera asesina que compensa su falta de fuerza con una velocidad letal y especiales muy versátiles.

*Zasafel, un potente guerrero armado con una guadaña. El gran alcance de su arma y su resistencia lo convierten en un enemigo a evitar. Esconde un peligroso secreto?

A estos tres ?recién llegados? tenemos que añadirle el que sin duda es el mayor atractivo de esta entrega ? y del que hablaremos en el siguiente apartado - , el generador de personajes , con lo que acaba siendo un juego de lucha con infinidad de personajes.

No hay más cambios ?de peso? en la jugabilidad; no hay ningún nuevo elemento que influya en los combates, manejo o posibilidades en batalla. Namco ha seguido la premisa más vieja de este mundillo: si algo no está roto, ¿por qué arreglarlo?

Pese a añadir modos y personajes, no consigue innovar nada en la parte jugable. La historia es bastante pobre.

La historia de ?SoulCalibur? empieza a ser un caos absoluto, ya que cada entrega pierde consistencia argumental. Si bien habíamos destruido la espada maldita (Souledge) en las 2 entregas anteriores, ahora vuelve a hacer de las suyas sin una explicación convincente. Ídem para demasiados personajes, que vuelven a estar introducidos con calzador.

Es sorprendente lo poco que se han cuidado ciertos aspectos de la historia; determinados personajes protagonistas ni siquiera aparecen en la introducción del juego, y sus historias son poco menos que absurdas, o totalmente reiterativas. Sin embargo, otros sí han sido mimados y encargados de conducir esta historia.

Y en cuanto al juego en sí, Namco simplemente se ha dedicado a añadir y ampliar personajes y modos, introduciendo muchos cambios en el control de algunos personajes y dejando otros casi igual.

Para cualquier persona que haya jugado a ?SoulCalibur II?, esta entrega se convierte en una expansión de posibilidades; muchos modos de juego, muchas horas para jugar sólo o en multijugador, pero muy, muy poca innovación. Y encima, la poca que encontramos no está bien dirigida.

Y lo que menos nos ha gustado es el modo ?Historia?; complicado de forma innecesaria, con los interesantes retos de otras entregas eliminados o casi inexistentes (luchar envenenado, en arenas movedizas?.) y totalmente repetitivo y plano para todos y cada uno de los personajes. Una auténtica pena, el que podía haber sido el mejor modo de juego acaba convertido en un trámite.

Por último, destacar el detalle de introducir secuencias interactivas, tanto antes de los combates (muy pocas y totalmente repetitivas, a la tercera partida las conoceréis todas) como en los finales, lo que da lugar a distintas posibilidades de destino para cada personaje.

El juego presenta un acabado técnico casi perfecto, sólo empañado por la falta de selector.

Sin duda, uno de los mejores aspectos del juego. Sin llegar a brillar tanto como la versión de ?SoulCalibur II? de Xbox / GC, sí que encontramos cierta mejora sobre la entrega anterior de PS2.

Gráficamente, el cambio más grande lo protagonizan los escenarios, que son aún más espectaculares que los de las anteriores entregas. Soberbios efectos de luz, multitud de elementos móviles y un exquisito diseño y acabado para todos y cada uno.

Los personajes, por otra parte, han cambiado poco. Siguen estando bien realizados (aunque a algunos modelos les vendrían bien algunos polígonos más), y en especial los 3 nuevos luchadores, que compensan el resultado más mediocre de los personajes creados por nosotros mismos (algo totalmente comprensible, por otra parte).

Lo que más nos ha gustado es la mayor expresividad de los protagonistas, así como los nuevos movimientos y combos, que son más suaves y fluidos. Lo que menos, las ropas secundarias y el ?descuido? en algunos protagonistas a la hora de buscarles nuevas indumentarias (Raphael, ¿qué te han hecho?).

El engine ha mejorado; más rápido y fluido, y en general, libre de cualquier problema. Sólo con determinados enemigos especiales (como el coloso, o el malo final) se ve forzado y se produce una pequeña pérdida en el framerate .

El aspecto sonoro, por otra parte, brilla con luz propia; la banda sonora que acompaña a los frenéticos combates de espada es genial, y se amolda estupendamente a los momentos más pausados, en los que descubriremos más sobre la historia de los protagonistas. Genial. Y si hablamos de FX, sobresaliente. Lo único mejor que la multitud de efectos que acompañan a las armas son las voces, que podemos cambiar entre americanas o las originales japonesas (bastante superiores). De nuevo, multitud de frases distintas para cada personaje y un soberbio trabajo de doblaje que envidiarían muchos juegos de rol o aventura.

Por último, un pequeño tirón de orejas para la versión PAL, que nos llega sin selector y por consiguiente con una apreciable disminución de la velocidad. Una pena.