Análisis Sea of Stars - Un mar de aventuras que le da un baño a muchos RPGs clásicos

Terminar Sea of Stars nos llevará en torno a las 25-30 horas siguiendo la trama principal, con un gran equilibrio a la hora de ofrecernos combates; siguiendo la ruta normal y sin necesidad de levear en ningún punto podremos ir superando cada uno de los jefes. Además, se ofrecen un buen puñado de misiones secundarias en los pueblos y aldeas para los más completistas, además normalmente con jugosas recompensas, algo que siempre se agradece y permite alargar la vida del título.

De esta forma, llegar al 100% nos llevará alrededor de las 40 horas de juego, teniendo en cuenta además el potencial para experimentar con diferentes versiones del grupo protagonista, y que tenemos un final alternativo (con unos requisitos bastante complicados de cumplir). Es una duración sobresaliente teniendo en cuenta el precio y características del título, y aunque nos hubiera gustado encontrar algún extra más - un Gameplus, batallas contra los jefes, etc.. -, al menos sabemos que hay un DLC en camino.

El sistema de juego de Sea of Stars es otra de sus fortalezas, apostando por el rol por turnos, pero con un twist: golpes especiales que pueden causar más daño pulsando en el momento correcto, guardias que pueden eliminar parte del daño si estamos en sincronía con los ataques del enemigo, posibilidad de acumular poder para nuevos golpes... Fácil de jugar, difícil de dominar y muy equilibrado; hablamos de una ayuda para superar combates o jefes que nos mantendrá activos e interesados, no algo imprescindible que tengamos que usar sí o sí si no queremos.

A lo largo de la aventura no solo iremos desarrollando los niveles de nuestros personajes, también consiguiendo nuevos integrantes para el grupo, cada uno con sus características únicas, ventajas y debilidades. Sea of Stars equilibra muy bien a cada uno de los héroes para que podamos disfrutar con cualquier elección, y al mismo tiempo sea refrescante cambiar de equipo de vez en cuando para ver nuevas técnicas especiales o los potentísimos golpes combinados. El resultado final, si bien no encantará a los que no sean fans del género, sí que enganchará a los aficionados, y nos hará sentirnos estrategas poderosos conforme avance la aventura.

Sin duda, el punto más fuerte de Sea of Stars es lo original y refrescante que resulta. Es toda una oda a los juegos de rol clásicos de 16-32 bits, con historias más coloridas y desenfadas en las que priman la amistad, los buenos capaces de todo para salvar al mundo, y los villanos un tanto tontorrones; clásicos como Illusion of Time, Secret of Mana, Soleil... Aquí volvemos a encontrar esa combinación de factores pero con una vuelta de tuerca, personajes bien desarrollados, relaciones y dinámicas de grupo interesantes, y un mundo realmente imaginativo para descubrir.

Por supuesto, más allá de su historia hay elementos muy refrescantes en la fórmula del juego, especialmente a nivel de combate, y también en las opciones que nos da el RPG para que la aventura se adapte a nuestra forma de jugar (y no al revés), desde ayudas en las batallas a la gestión de inventario o comidas... Todo se ha hecho con mucho mimo y cuidado, y se ha creado un mini-universo que merece la pena descubrir, explorar al dedillo. Detalles como la aparición de una contadora de cuentos en nuestra hoguera, cuentos que a veces nos tocará protagonizar, son puntos que nos han enamorado.

A nivel visual, Sea of Stars apuesta muy fuerte por el Pixel Art y el estilo visual de los grandes RPGs nipones de 16 y 32 bits, creando un auténtico espectáculo visual para los amantes del género; el nivel de detalle es asombroso, y efectos como las magias o los golpes especiales quedan francamente bien. Los escenarios abruman por el mimo con el que han sido tratados, los personajes tienen una cantidad - y calidad - enorme en las animaciones, los jefes finales son sorprendentes y la puesta en escena es excelente. Es cierto que el aspecto es mucho más bonito en una TV pequeña (o en Switch en modo portátil) que en 55-60 pulgadas, pero incluso en televisores muy grandes se nota el buen hacer de diseñadores y grafistas.

La banda sonora también roza un altísimo nivel, con una gran colección de temazos para la exploración y la batalla que no vamos a dejar de tararear; nos ha acompañado varios días mientras hacíamos nuestros quehaceres, y su calidad no decepciona. Las voces, eso sí, se quedan en simples ruiditos, al estilo de los clásicos. Nos llega, eso sí, traducido al castellano (no de forma perfecta, pero sí haciendo más fácil entender toda la trama y relaciones entre los personajes).