Análisis Returnal - Explorar, morir y repetir pocas veces fue tan divertido

Terminar Returnal nos llevará alrededor de las 20 horas de juego en nuestra primera partida (algo menos si vamos a saco y tenemos suerte con las armas y power-ups, pero hablamos de un título estilo Roguelike que esconde muchísimas opciones para personalizar y fortalecer a nuestra heroína, y que rompe con gran parte de lo que hemos conseguido cada vez que morimos (y empezamos de la casilla de salida solo con algunas mejoras). Si queremos convertir a Selene en una auténtica máquina de matar y explorar todos los rincones del siniestro planeta Atropos la duración puede irse fácilmente a las 40 horas.

Por otro lado hay que destacar la intensidad de las partidas, y cómo el juego engancha. Para avanzar en determinados momentos del juego tendremos que conseguir estar vivos en misiones de 2-4 horas (pueden hacerse partidas con pasitos independientes, pero básicamente necesitaremos eso), y aunque se van abriendo mejoras y caminos alternativos la sensación de tensión mientras intentamos no morir, unida a la misteriosa historia, los giros y la cuidadísima atmósfera nos han enganchado a base de bien, siendo difícil desconectar sin cumplir algún objetivo...

La acción de Returnal se basa en distintos factores, destacando la exploración (hablamos de un roguelike, es muy importante hacernos con los entornos y saber hasta dónde podemos llegar, o cuándo podemos volver para ganar alguna ventaja), toques de plataformeo muy bien llevados, pero sobre todo, un brillante sistema de batalla a camino entre el shooter y el juego de acción, que nos obligará a conocer patrones de enemigos, ver cómo se combinan con otros, saber cuándo atacar rápida y letalmente y cuándo escondernos unos segundos antes de que la pantalla se convierta en un infierno de disparos y ataques... Y es que, cuando conozcamos a la letal fauna (y flora) de Atropos veremos que son muy, muy capaces de defenderse por sí mismos. Eso sí, podremos aprovechar sus armas naturales contra ellos.

Precisamente aquí entra otro punto brillante de Returnal, uno que va a caballo entre la suerte y la estrategia, las armas y mejoras que vamos encontrando, y que son temporales (perdemos la mayoría de armas y mejoras al morir). Saber sacarle partido a cada arma no es sencillo, por lo que a veces si el juego no nos lanza algo que se adapte un poco a nuestra forma de jugar, lo vamos a pasar bastante mal... Igualmente pasa con los parásitos, criaturas que pueden multiplicar alguna de nuestras habilidades de una forma colosal, pero a un coste nada bajo, limitando otras (o haciéndolo hasta que logremos completar alguna misión). El resultado es algo arriesgado y emocionante en cada intento, aunque no siempre nos vaya a sonreír la diosa fortuna.

A la hora de valorar lo original que resulta Returnal hay que tener en cuenta que se han tomado - muchos - elementos de distintas producciones y géneros muy variados - desde el Survival Horror de producciones como Resident Evil y Dead Space - a Roguelikes, MetroidVanias o incluso shoot'em ups para los jefes -, pero todo se ha incorporado al juego de una forma tan natural y orgánica que consiguen darle una inmensa personalidad, convertirlo en algo nuevo, desafiante y más que interesante.

Son muchos los elementos diferenciadores, desde el arte a la sobresaliente puesta en escena (la sensación de estar bajo la lluvia con nuestro mando vibrando suavemente es increíble), pero para nosotros quizá el más llamativo haya sido el combate, y cómo se desarrolla de forma tan distinta y sorprendente en cada batalla. Vencer a un enemigo y hacernos con sus patrones es sencillo, pero cuando éste se combina con 2 ó 3 más y crean su propia danza mortal... La cosa se complica mucho más. Igualmente, la idea de los parásitos para potenciarnos-castigarnos es también un acierto brillante que añade dosis de estrategia a la fórmula.

Sin duda el punto más brillante de Returnal está en su apartado técnico, que no solo es brillante a nivel gráfico - hablamos del gran exclusivo de PS5 durante la primera mitad del año -, también artísticamente, con resultados sobresalientes para los entornos, los enemigos (y sus animaciones), o las batallas de proyectiles en la que formas y colores se combinan de una forma bellísima, con unos efectos de partículas alucinantes (desde abrir puertas y cajas al efecto teletransporte. Pero hay más, mucho más que gráficos a 1080P (correctamente reescalados hasta a 4K) y unos 60FPS bastante estables (solo en ocasiones hemos notado algún bajón puntual), también se ha intentado por todos los medios aprovechar las posiblidades de reacción del DualSense, consiguiendo increíbles sensaciones para las distintas armas del juego, y en efectos como la recarga.

La banda sonora también es una de las fortalezas de la producción de Housemarque, no solo gracias a brillantes composiciones musicales, también al uso del sonido envolvente, exprimiendo el hardware sonoro de PS5 de una forma nunca vista hasta la fecha, creando un mapa de sonidos que transmite unas espectaculares sensaciones. Jugando con - buenos - auriculares o un sistema de sonido a la altura, el juego se disfruta muchísimo más.