La acción de
Returnal se basa en distintos factores, destacando la exploración (hablamos de un
roguelike, es muy importante hacernos con los entornos y saber hasta dónde podemos llegar, o cuándo podemos volver para ganar alguna ventaja), toques de plataformeo muy bien llevados, pero sobre todo,
un brillante sistema de batalla a camino entre el
shooter y el juego de acción, que nos
obligará a conocer patrones de enemigos, ver cómo se combinan con otros, saber cuándo atacar rápida y letalmente y cuándo escondernos unos segundos antes de que la pantalla se convierta en un infierno de disparos y ataques... Y es que, cuando conozcamos a la letal fauna (y flora) de
Atropos veremos que son muy, muy capaces de defenderse por sí mismos. Eso sí, podremos aprovechar sus armas naturales contra ellos.
Precisamente aquí entra otro punto brillante de
Returnal, uno que va a caballo entre la suerte y la estrategia, las armas y mejoras que vamos encontrando, y que son
temporales (perdemos la mayoría de armas y mejoras al morir). Saber sacarle partido a cada arma no es sencillo, por lo que a veces si el juego no nos
lanza algo que se adapte un poco a nuestra forma de jugar, lo vamos a pasar bastante mal... Igualmente pasa con los
parásitos, criaturas que pueden multiplicar alguna de nuestras habilidades de una forma colosal, pero a un coste nada bajo, limitando otras (o haciéndolo hasta que logremos completar alguna misión). El resultado es algo arriesgado y emocionante en cada intento, aunque no siempre nos vaya a sonreír la diosa fortuna.