Análisis Rage 2 - DOOM en mundo abierto

Cuando hace ahora un año jugaba a una demo del juego en el E3 2018 tenía serias dudas de la diversión del juego, ya que en esta tenía a un personaje dopado con un enorme montón de opciones y habilidades que eran casi imposibles de recordar, por lo que se veía una experiencia compleja. Un año después tengo que reconocer que ahora soy un creyente y que RAGE 2 me ha convencido en casi todos sus puntos. La forma de evolucionar al personaje es muy creíble y lo hacen invencible, y además lo hace de forma muy inteligente, pudiendo mejorarlo poco a poco a voluntad con puntos que vamos consiguiendo haciendo misiones, pero también tendremos que buscarlas repartidas por el mapa en las cámaras, por lo que la forma de adquirirlas será pausada y nos da tiempo suficiente para aprender a usarlas todas. Aparte de esto, la diversión es enorme gracias a un sistema de disparos muy bien conseguido que sigue muy de cerca lo que ya vimos en DOOM (2016), con una velocidad de movimiento muy rápida en el personaje (que se puede evolucionar hasta llegar casi a la del propio DOOM). Arrasar campamentos, entrar en bases enemigas, buscar cuevas ocultas... La ambientación creada en todos estos sitios a nivel visual y el nivel de dificultad del juego (cuatro niveles a elegir) consiguen crear una divertida experiencia de juego en prácticamente todos sus puntos.

Curiosamente no estamos ante un juego demasiado largo a pesar de ser un mundo abierto. Esta clase de juegos suelen tener mucho desarrollo, muchas misiones secundarias que nos hacen estar dando vueltas de aquí para allá haciendo cosas y acabando con los mismos enemigos una y otra vez, pero en RAGE 2 podemos acabar la historia con unas 15 horas, y tampoco nos costará mucho más las secundarias (30 más o menos dependiendo de lo que nos entretengamos), ya que muchas de estas son cortas y muy directas y el mayor tiempo estará en buscarlas por el mapa con el coche. Quizás por ello no tenemos muchos puntos de viaje rápido para obligarnos a explorar todo e ir activando dichas localizaciones a explorar, y estas exploraciones son por lo general un poco tediosas y repetitivas a pesar de que tengamos muchas cosas que hacer en el mapa abierto. No es que sea aburrido ni mucho menos, pero sí se vuelve lento y se le echa en falta algo más de dinamismo en los mapas, o incluso alguna motivación adicional. Quizás con una historia más profunda que nos haga sentir algo, ya que toda la emoción que destila en los enfrentamientos la pierde por completo cuando nos cuentan algo del hilo argumental o hablamos con cualquiera de sus personajes.

También hay que destacar que la compañía promete eventos gratuitos para las próximas semanas que se irán añadiendo al juego y que seguirán dotándolo de más vida durante los próximos meses, lo cual es bastante positivo y digno a tener en cuenta al no ser un juego que tenga nada online.

Habría mucho que hablar de un juego como RAGE 2 a nivel jugable, ya que tiene un montón de elementos que tener en cuenta para poder hacer una valoración, pero voy a intentar simplificar. A nivel de juego lo divido en tres categorías como son las zonas de exploración en mundo abierto, zonas de disparos y evolución del personaje. Las primeras quizás son las más sosas de todo el desarrollo. Contamos con un vehículo inicialmente que nos permite disparar y desplazarnos y con el que nos moveremos de un lado para otro buscando misiones a realizar, lo típico en el desarrollo de mundo abierto. Tengo que reconocer que a mi los juegos de estilo sandbox me encantan, y aún así creo que los creadores de éste no han conseguido crear una sensación de diversión en el desplazamiento ni en las cosas que podemos hacer. Hay eventos aleatorios en el mapa como la búsqueda de meteoritos que caen o destruir centinelas, pero la realidad es que pasaremos más tiempo con el coche de un lado para otro solo buscando nuevas misiones a realizar o campamentos que liberar que haciendo estos eventos, y lo peor de todo, deseando desesperadamente una forma de llegar lo más rápido al resto de puntos o con teletransportes, los cuales no abundan. No son malos pero le falta algo para enganchar.

Donde el juego sí que brilla es en lo más importante, como son las fases de disparos, y donde Avalanche Studios e id Software han conseguido repetir lo que ya hicieron con DOOM y crear una experiencia realmente gratificante y divertida, así como llena de posibilidades por todo lo que podemos hacer con su protagonista. Y es que Walker no solo puede disparar con una gran selección de armas (9), sino que podremos evolucionarlas de muchas formas distintas así como al propio personaje, y si bien puede resultar un poco intimidante el tener tantas opciones a nuestra disposición, el juego las va añadiendo poquito a poco para dejarnos aprenderlas todas bien y poder utilizarlas a mansalva. Después, nuestro particular superhéroe del Yermo tiene armas, cuatro habilidades activas con refresco a la hora de utilizarlas, armas arrojadizas y habilidades pasivas creando un sinfín de formas de matar y haciendo el juego realmente divertido. Por ponerle una pega, tendría que decir que quizás es demasiado lineal, ya que tenemos muchas opciones pero al final acabas comprándolas todas y utilizándose también, lo que no es nada malo pero sí que coarta ligeramente la personalización de nuestro personaje.

Cuando id Software anunció el RAGE original hace ahora más de 10 años no teníamos muy claro lo que querían conseguir al cambiar de forma tan radical lo que hasta ese momento nos habían ofrecido los creadores de DOOM o QUAKE. El juego no llegó a cuajar por tener una falta de identidad propia a pesar de contar con diseños originales y un gran acabado técnico (también con sus problemas también) y el no ser realmente divertido en su mayor parte. Quizás, por ello, Bethesda decidió apostar por una compañía como Avalanche Studios quienes ya tienen a sus espaldas muchos grandes títulos de éxito internacional con la esperanza de volver a relanzar la franquicia y ponerla en la senda del éxito. Tengo que decir que lo consiguen en parte, ya que añade cierta personalidad a todo el conjunto aunque se queda muy en el intento, utilizando muchos elementos que ya hemos visto hasta la saciedad en juegos y películas. Por ejemplo, utiliza la ambientación, personajes y temática del RAGE original intentando acercarlos un poco más a los gustos actuales de los jugadores y bebiendo muchísimo de películas como Mad Max, que es algo que ya hemos visto en muchas ocasiones, pero no tiene ese toque que lo haga diferente ni llamativo. No cuenta con un personaje reconocible ni carismático, ni una historia interesante que nos haga querer saber más, no personajes secundarios divertidos, ni armas realmente distintas o elementos distintivos suficientes para que los jugadores podamos definir al juego con unas pocas palabras.

La prueba está en que la mejor forma de definir al juego es mezclando conceptos conocidos, como juego de mundo abierto como fases de estilo DOOM mezcladas con fases de exploración de estilo Mad Max o Just Cause y con elementos del RAGE original. Algunas de sus habilidades sí que son llamativas, y meterlas todas en un mismo personaje para poder combinarlas como queramos le da un toque muy gracioso que hace al juego divertido, pero falta más para destacarlo del resto. Avalanche Studios, con la ayuda de id Software, ha conseguido enderezar ligeramente el rumbo de la saga, y ahora sí que puede (si las ventas se lo permiten) crear un camino para juegos futuros a los que habría que añadirles más elementos innovadores e intentando crear algo diferente y divertido. De momento lo segundo ya lo tienen.

A nivel visual, los chicos de Avalanche Studios han conseguido sacar oro de su APEX Engine, y estamos posiblemente ante el FPS más bonito que existe en la actualidad. Escenarios enormes, variados y perfectamente detallados, tanto los abiertos (que son muchos) como otros muchos escenarios cerrados con una suavidad de movimiento en todo momento y una iluminación alucinante. Las imágenes no le hacen mucha justicia al mezclar tantos colorines y formas extrañas, pero al verlas en movimiento son una auténtica gozada. A nivel de ambientación también tiene un resultado sobresaliente y muy creíble, principalmente en los entornos cerrados en los que nos moveremos asiduamente y que nos encanta recorrer y explorar a pesar de ser muy lineales (para libertad está el mundo abierto).

A nivel sonoro también es realmente destacable el trabajo conseguido por todos los equipos a cargo del juego. Contamos con un perfecto doblaje al español (tanto el español de España como el Latino que también lo hemos escuchado) perfectamente integrado con voces de sus protagonistas y, sobre todo, de los enemigos a los que escucharemos gritar de fondo frases hilarantes mientras nos buscan o cuando nos encuentran. La música vuelve a correr a cargo del gran Mick Gordon, a quien hemos escuchado en las últimas superproducciones de Bethesda como Prey o DOOM, y repite con unas composiciones muy similares al de este último tanto en instrumentación como en tipo de melodías, y por ello incluso nos hace pensar en muchos momentos que estamos ante una especie de continuación de DOOM aunque en mundo abierto, lo que puede que no sea del todo bueno. Aún así, a gran altura todo el conjunto técnico y sin peros que ponerle.