Análisis Forspoken - Técnicamente brillante pero con una jugabilidad excesivamente repetitiva

Forspoken es un juego de acción en tercera persona con toques de rol en la evolución del personaje, y digo esto de alguna forma los mayores problemas que tiene el juego está precisamente en no haber sabido hacer un juego de acción. Nada más empezar vamos a estar alrededor de 40 minutos sin jugar, y tan solo vamos a tener un par de minutos de tutorial y un par de pulsaciones de botón que podrían perfectamente ser automáticas. Después de esto nos metemos en el mundo de Athia donde la acción transcurre, y exploramos un poco hasta enfrentarnos contra el primer dragón contra el que, ahora sí, tenemos bastante acción aunque no demasiado bien planificada, ya que hay que ocultarse de algunos de sus ataques y no nos enseñan ni dónde y cómo hacerlo, por lo que es relativamente sencillo que nos de alguno. Y es justo aquí donde empieza uno a darse cuenta de lo erróneo de su planteamiento.

Una vez pasada la primera hora de juego comenzamos casi otra hora más de escenas cinemáticas (grave error por ser un juego de acción) y después ya sí nos metemos en el mundo abierto en el que empezamos a cogerle el tranquillo a los hechizos de Frey, aunque también vemos un enorme mapa abierto que explorar y en el que vemos repartidos decenas de pequeños puntos con objetivos, y que al llegar a ellos comprobamos con todos se resuelven exactamente de la misma forma una y otra vez. Mismos hechizos, mismos enemigos, misma forma de acabar con ellos, todo ello amenizado (siendo sarcástico) por un paseo insulso a pie por el enorme mapeado de estética similar entre sí. Al final decidimos irnos de cabeza a por el primer objetivo importante, continuar la historia y ver que todas esas misiones secundarias no valían para nada salvo para conseguir un equipamiento y más hechizos que tampoco vamos a usar nunca en el juego.Y es que aún habiendo muchos juegos en el mercado que tienen el mismo problema, no solo parece que en Forspoken no han aprendido nada de ellos, sino peor aún, que no han jugado a ninguno de ellos y piensan que el jugador querrá estar haciendo lo mismo una y otra vez sin el más mínimo incentivo salvo el de limpiar el mapa y conseguirlo todo. Sabemos que hay muchos jugadores que lo hacen, y de hecho, puedes jugar con el ?modo zombi? que todo jugador tiene y que activa de vez en cuando para desconectar haciendo una y otra vez lo mismo (como pasa en juegos como Destiny 2, por ejemplo). El juego puede hacerse divertido, pero que sea el jugador quien debe hacerlo no tiene a día de hoy el más mínimo sentido.

Depende de lo que consideremos como rejugable, Forspoken se puede meter en esa categorización. En realidad no lo es para nada, pero si decides irte de cabeza a la historia y su final y después volver a jugarlo mejorando a tu personaje con todos los coleccionables, capas, uñas y collares, puedes hacerlo y jugarlo de nuevo. La experiencia original puede llegar a ser gratificante dependiendo del tipo de jugador que seas, ya que al repetir tantas veces las mismas mecánicas y cosas que hacer se vuelve monótono y repetitivo, máxime si gastas las cerca de 20 horas que puedes echar si vas de cabeza a por los objetivos principales. Se puede tardar menos si pasas de mejorar y saltas las escenas (que son muchas) y puedes tardar más del triple limpiando mapa e iendo a todas las localizaciones a conseguir todo.
En cuanto a su dificultad no es excesiva, si bien sí que hay ciertos enemigos que nos pueden provocar más de un quebradero de cabeza. A medida que nos adentramos más en Athia veremos ciertos enemigos finales en según qué zonas que nos podrán crear más problemas, y además la dificultad del juego irá bajando conforme vamos limpiando muchas de las zonas. También tenemos diferentes niveles de dificultad para seleccionar al inicio del juego si queremos que los combates sean más o menos desafiantes, aunque si vais a jugar desde luego recomendaremos que los combates cuesten algo más para no caer en el sopor más absoluto de ir a pie de un lado al otro del mapeado gigantesco.

Lo que decimos en Ultimagame en muchas ocasiones se cumple aquí perfectamente. Forspoken es realmente original en muchos aspectos, pero no solo cuenta el poder ver y hacer cosas que no hayamos visto antes en un videojuego, sino también la forma de hacerlas y, sobre todo, que funcionen y que hagan el juego divertido. El poder recorrer este fantástico mundo con el parkour mágico es realmente exquisito al principio del juego, y se va volviendo cada vez más monótono y aburrido. Otros muchos juegos de mundo abierto tienen el mismo problema, pero incluso en estos hay coches, motos, aviones, o diferentes poderes que nos permiten ir de un punto a otro de diferentes maneras. Aquí todo lo que tenemos es recorrerlo a pie y ver cómo Frey se mueve sola en muchas ocasiones, aunque si bien es cierto que a medida que avanza el juego ganamos algunas habilidades para llegar a zonas inaccesibles de otra manera.

Con muchos de sus elementos pasa igual, como por ejemplo la detallada historia y narrativa que vamos a encontrar. Es original, sí, pero también muy cansina para un juego de acción que nos lleva en ocasiones a tener que esperar muchos minutos para poder hacer algo, especialmente al principio del juego. Podríamos nombrar muchos detalles del juego, pero a casi todos les pasa lo mismo, esto es, es original pero no llega a cuajar del todo ni a funcionar como debiese. Por ejemplo, la evolución del personaje está muy simplificada, lo cual está guay, pero también es repetitiva como la inmensa mayoría de elementos del juego, ya que solo tenemos que mejorar dos o tres parámetros de cada capa o collar (según los que encontremos y el momento del juego), y luego sí que encontraremos repartidos muchos de ellos, pero es que solo podemos equiparnos tres cosas, uñas, mantos y collares. Como decimos inicialmente, da la sensación de que alguien sin demasiada experiencia haya hecho el juego, y aunque funciona más o menos bien en ciertos momentos, vemos que en otros es un tedio absoluto y se nos llegan a ocurrir cientos de formas diferentes y mejores de hacer cualquiera de las cosas del juego, interfaz, mejoras, equipamiento de hechizos o sus efectos, exploración del mapa, forma de contar la historia... Nómbralo y verás como sí que es original pero no funciona lo bien que debería.

Actualmente no hay demasiados juegos en el mercado creados con el Unreal Engine 5, y aquellos que lo hacen se nota que están un pasito por encima del resto en cuanto a calidad gráfica y, sobre todo, en cuanto a suavidad y velocidad de movimiento. Canta mucho su estilo de iluminación y texturas como ocurre también con la anterior versión del engine donde muchos juegos parecen producidos en serie, y muy probablemente en los próximos meses podamos decir lo mismos de esta versión. Con Forspoken se ve claramente todo esto, y deja ver unos escenarios enorme con mucho detalle, un movimiento muy rápido y fluido de su protagonista sin ralentizaciones apreciables, y unos modelados de personajes y enemigos de gran calidad visual muy por encima de la inmensa mayoría de juegos que vemos en el mercado actual, así como los efectos de todos los hechizos que vemos en pantalla.

Sin embargo también hay algo que no nos cuadra demasiado en la creación de los escenarios, y es que parecen en muchas ocasiones creados en base a una construcción excesivamente básica y similar entre ellos, por lo que vemos un escenario gigantesco por el que nuestra protagonista va de un lado a otro que se parece demasiado entre sí en todo momento. Crear mucho escenario similar por el simple hecho de poner al jugador a recorrerlo no tiene demasiado sentido, y más aún si lo que te encuentras en ellos es lo mismo una vez tras otra. Aún así, hay que reconocer que siendo de los primeros juegos con el UE5 muchas zonas son espectaculares y el espectáculo visual que vemos en pantalla está más que garantizado. Lo mismo ocurre con el apartado sonoro, con unas melodías muy épicas y orquestales en casi todo momento y que saben acompañar a la acción en cada combate. Escucharemos el audio en inglés de forma magistral y los textos están traducidos al español, aunque nos hubiese gustado escuchar las ?paridas? de Cepo y Frey también en el idioma de Cervantes.