La saga
Need For Speed se ha convertido, año tras año, en uno de los valores seguros de
EA y en una inyección de capital para sus arcas. Así,
no es de extrañar que la compañía haya lanzado Need For Speed Carbono para Wii, y más teniendo en cuenta la escasez de exponentes del género de conducción (y la calidad de estos).
Con todo, hay que reconocerle el mérito;
en lugar de limitarse a hacer un simple port del juego de Gamecube tenemos un título que, además de adecuarse al control único de
Wii ha sufrido un sensible cambio en el apartado gráfico. Nos centraremos pues,
en este análisis en las peculiaridades de esta versión.
A nivel jugable,
Need For Speed Carbono presenta 3 tipos de control claramente diferenciados gracias al mando de
Wii. Por una parte tenemos la opción de
coger el mando en plan volante (más cómodo si tenéis la carcasa de plástico que le da la forma), algo que funciona bastante bien una vez acostumbrados (pulsar A sirve además para giros muy bruscos). Igualmente interesante es jugar
inclinando el nunchaku de derecha a izquierda para guiar y el otro mando como acelerómetro, un método que funciona algo peor por la menor sensibilidad del nunchaku... podían haber hecho un cambio de manos.
Por último y para los más clásicos el juego nos da la opción de guiar el coche con el stick del nunchaku y utilizar el mando como una especie de palanca de cambios (mucho más inmediato, pero menos divertido).
Al igual que en el resto de versiones,
el juego tiene un completo modo para un jugador, aunque en perfecto inglés. Recorrer la ciudad y participar en carreras ganando respeto, dinero y nuevos vehículos resulta así un poco más desconcertante si no dominamos el idioma.
Tampoco tenemos modo online, aunque sí varias opciones para multijugador a pantalla partida. Un apartado que puede multiplicar las horas de juego es el
tunning, gracias a la enorme variedad de vehículos y piezas intercambiables presentes en el juego. Con todo, esta entrega cojea frente a otras versiones...
Así, fuera del control no hay ninguna mejora en esta versión que sale la penúltima (todavía queda por llegar la de
PS3); no sólo eso, si no que ni siquera se ha trabajado para utilizar el mando de puntero en la navegación por menús. No dudamos de las enormes capacides del mando de
Wii, pero
EA se ha limitado a rascar muy en la superficie. Eso sí, para salvar un poco el tipo se han añadido el resto de novedades que ya hemos visto en las otras versiones del juego; nitros, tiempo bala, posibilidad de dar órdenes a nuestros amigos (y pedirles que echen al primero), rebobinar...
Técnicamente,
EA ha metido la pata. Intentando aprovechar la potencia de
Wii nos trae un juego que si bien es sensiblemente superior a la versión de GC gráficamente (vendría a ser un pelín mejor que la versión de Xbox)
tiene unos incomprensibles fallos de engine. El juego no consigue un
framerate estable, y la pérdida de velocidad es asombrosa, algo que obviamente perjudica al juego en los demás apartados. 20 Fps con subidas y bajadas no es lo que esperamos de un juego de carreras; aunque se hayan mejorado los efectos de luz y las texturas, nos quedamos con la entrega para GC.
A nivel sonoro tenemos
una estupenda banda sonora y estupendos efectos para ambientar las carreras, pero las voces se quedan en inglés (al igual que los textos).