Las Crónicas de Narnia: El León, La Bruja y El Armario - Análisis

El juego es interesante por la historia, pero se presenta demasiado lineal y sin demasiado interés por retomarlo una vez lo hemos acabado.

Tenemos 15 fases, dividas en ciertos ?Checkpoints?, con la posibilidad de salvar la partida sólo tras completar un nivel. Todos ellos están diseñados con mimo y ganas de hacer las cosas con cierta soltura, procurando que las diferentes habilidades de los niños queden patentes en todo momento, atendiendo también a no caer en un combate tras otro, aunque eso sí, también se debe resaltar que todos los puzzles son situaciones a resolver con las habilidades personales o de grupo de los hermanos; situaciones como tirar un árbol para seguir avanzando, golpear una pared de hielo con un golpe especial o que la niña pequeña, Lucy, camine por hielo al ser poco pesada para encontrar la mejor ruta para sus otros hermanos. Curioso, con al menos un poco de intención.

Pero eso es todo. El juego son las fases una tras otras, y aunque puede resultar muy entretenido mientras dura, no existe la menor motivación para volver a repetir, pues no contamos con nada nuevo, con nada extra, con ninguna recompensa.

El centro, el motor de la adicción es el hecho de ir avanzando para conocer un poco más de la historia, de lo que ocurre con los hermanos Pevensie. La sucesión de hechos, escenarios y situaciones es calcada de la película, como lo muestran los casi 25 minutos de imágenes reales de la película, amenizándonos y situándonos entre nivel y nivel.

Nos esperan unas 12-15 horas, dependiendo de la rapidez con que pasemos por los escenarios, queriendo o no dar con los elementos (escudos) ocultos en todos ellos. Si nos decantamos por el modo perfeccionista, además de poder disfrutar con mayor detalle de los bonitos escenarios, el juego se alargará un poco si en cada pantalla nos dedicamos a intentar recoger todas las monedas, o los escudos y estatuas ocultos dispersos por los rincones. Es una forma de pasar el rato con mayor profundidad, queriendo hacer las cosas bien para no saltarnos una habilidad extra, pero, resulta un fallo que lo que se nos pide por una nueva técnica sean 50 o 100 monedas cuando contamos perfectamente con 600. Nunca es un problema. Como también es extraño que, en los momentos contrarreloj (varios en el juego), si nos matan en mitad del tiempo, cuando volvemos atrás en un punto de control más avanzado que el punto inicial, la cuenta se regenera y comienza desde el origen, perdiendo la premura que llevábamos y casi regalándonos el segmento.
Pequeños fallos de apremio, fallos de falta de testeo unidos al hecho de que el público al que se envía es eminentemente infantil y, bueno, para eso están los niveles de dificultad incluidos?

Acción simple con algunos combos en ataques y la posibilidad, tanto de alternar el control de cada niño, como de unirlos en parejas o jugar con un amigo.

Para llevar el mundo de ilusión de Narnia a videojuego, de entre todos los caminos o posibilidades, BVG (Buena Vista Games) ha optado por la opción segura y acertada de la combinación surgida por la acción y la aventura a partes iguales.
Con este pensamiento en mente, el juego se ha estructurado en una sucesión lineal de fases con dificultad creciente basadas directamente en el argumento de la película en la que se inspira.
Desde el primer momento, se nos sitúa sin posibilidad de tutorial o preparación alguna, en mitad de la acción, en pleno control de los 4 hermanos Pevensie protagonistas del relato. Un bombardeo nazi pone en peligro a la familia, escapar de la casa es la primera misión.
La mecánica es directa y clara, y las primeras fases están diseñadas de forma que sirvan al tiempo como tutorial y preludio de las fantásticas aventuras que están por llegar. De este modo, enseguida descubrimos que el control es simple y, en momentos, intuitivo; no necesitando de grandes explicaciones ni combinaciones de botones, aunque sí que existen combos. Igualmente, no tenemos que preocuparnos por subir de nivel o mejorar los atributos de nuestros personajes, aunque podemos comprar nuevas habilidades con el dinero que ganamos recogiendo las monedas, estatuas y escudos repartidos por todo el reino. ¿Contradictorio? No lo es cuando tenemos en cuenta que todo el desarrollo y estructura de juego ha sido simplificada para hacerla asequible a todo tipo de públicos, tal y como la película espera, tal y como los niños que se acercarán a este título confían en descubrir.

Con esta idea, todos los aspectos han sido simplificados en pos de la facilidad, pero cuidado, que no repercute en falta de profundidad o aburrida rutina. Comenzando por el control, los personajes corren siempre suavemente sin más opción que ?golpear? o ?activar?. No podemos saltar, ni cubrirnos, ni esquivar ataques o cambiar de arma a voluntad, pero, en contrapartida, cada uno de los 4 niños ha sido envestido con una habilidad única destinada a cumplir las pruebas o superar los obstáculos que se nos presentan en el camino.
Con este planteamiento, los 4 niños forman en realidad una unidad, aunque caminen juntos en todo momento y nosotros podamos controlar como máximo a dos de ellos a la vez. Resulta extraño en algunas ocasiones, pero en verdad que pronto nos acostumbraremos y lo veremos imprescindible, entrañable.
Así, los niños estarán especializados en las armas y atacar, y las niñas en curar y apoyar (recuerden que los libros son de hace cincuenta años). Podemos cambiar de personaje a voluntad, e incluso se nos permite que un amigo nos ayude en el modo cooperativo inmediato, capaz de activarse o desactivarse en cualquier momento. Y lo que nos encontraremos, es una sucesión de bonitos escenarios creados con estructura lineal en los que lo único que se nos pide es ir avanzando de forma preestablecida, tropezando en nuestro camino con breves mini-puzzles o segmentos de peleas (y ambos juntos en algunas ocasiones); de forma que siempre alternemos el control de los niños adecuados, teniendo en cuenta además que a medida que avanzamos cada uno de ellos gana nuevas habilidades, tales como ataques mejorados (combinaciones simples de botones), habilidades de grupo o mejoras en los talentos personales (curar, disparar flechas o atacar con la espada). Y no sólo esto, sino que también se ha incluido la opción de unión entre hermanos, posibilitándonos fundir las habilidades de cualquiera dos de ellos (los efectos cambian con los emparejamientos) para producir nuevas habilidades o movimientos vitales para avanzar por determinadas zonas.

Las luchas son sencillas, casi triviales. Golpear a diestro y siniestro, aporreando los botones o probando con las combinaciones algo alocadas. Podemos apuntar pulsando el botón adecuado, muy útil cuando utilizamos armas a distancia con Susan. Desde bolas de nieve o pelotas de tenis a las imprescindibles flechas. Apuntar y disparar es fácil, y la cantidad de acciones a realizar son variadas, desde cerrar portezuelas para que no salgan murciélagos a lazar bolas de nieve a muebles en llamas? Sólo para que luego cometamos el error de acercarnos a ellos con un palo ardiendo (podemos encender los palos en hogueras o farolas) y volverlos a prender (suele pasar).
Muchas cosas, en realidad, con muchas acciones a combinar, facilitando el camino la aparición, en cada punto u objeto interactivo, de un icono con la imagen del Pevensie más adecuado para tratarlo. Nos simplifica el pensar qué hacer, pero al menos es un detalle haber querido plagar el juego con mini pruebecitas en todo momento.

Un conjunto que es en verdad muy variado, alternando toda clase de situaciones con cierta gracia. Atacamos en Narnia, nos escondemos de la severa tía en la mansión, luego escalamos por farolas o caminamos por frágil hielo? Todo sea por ayudar al león?

Detalles como llevar siempre a los 4 hermanos a la vez, unir habilidades especiales al emparejarlos o atribuir a cada uno de ellos imprescindibles habilidades personales.

Hay juegos que tienen una estructura parecida, desde la competencia directa de los ?Harry Potter?, a los más animados ?El señor de los anillos?, ambos en semejante ambientación y situación por películas/libro. Este Narnia combina un poco de ambos mundos, planteando unos niveles con interacción pero sin apenas plataformas, y con acción y mejora de habilidades pero sin la profundidad de los combates de Aragorn y compañía.
En cualquier caso, se nota que se ha intentado imprimir algo de calidad que salve al producto de ser una mera licencia para salir del paso. La inclusión de los 4 hermanos en pantalla de forma simultánea es buena muestra de esto. Los hermanos siempre están juntos, y aunque es momentos deban separarse para resolver cierta situación, se consigue una sensación de compañía y protección mientras se juega.

Igualmente, ha sido buena idea incluir una habilidad especial para cada niño: Peter, el mayor, es bueno con la espada y puede romper puertas u obstáculos; Edmund, el tercero, es una versión en menor peso que es capaz de escalar; Susan, la segunda en primaveras, puede lazar flechas o cualquier otro objeto dispuesto; y por último, Lucy, la pequeña, puede colarse por pequeños huecos o curar al grupo.
Además de esto, la posibilidad de formar uniones en pareja para adquirir nuevos movimientos o habilidades es un novedoso toque a agradecer. Confieren mayor profundidad y posibilidades, aunque por desgracia, casi siempre queda muy clarito lo que se debe hacer en cada momento y no existen demasiadas oportunidades para probar o avanzar por caminos alternativos uniendo las habilidades con picardía? Demasiado acotado todo, demasiado atado al guión preestablecido.

Otro acierto lo llevan las ampliaciones de habilidades, accesibles tras comprarlas. Completan a los personajes con mejoras imprescindibles para poder avanzar, y existe un poco de todo: ?corazón Bravío?, aumenta el máximo de vida; ?círculo cerrado?, defiende a tus hermanos cercanos; ?canción de piedra?, de Susan, otra melodía para la zampoña mágica; ?Golpe de león?, para Peter y Edmond, un movimiento con gran poder devastador, etc.

Y por suerte, y para terminar, se ha tenido la genial idea de permitir un modo cooperativo dos jugadores en el que el segundo ?player? puede entrar o salir cuando le plazca, en cualquier momento. Será siempre, y sin duda, un gran aliciente a tener en cuenta pues, además de resultar mucho más divertido cooperar con un compañero para avanzar, se saca mucho más partido a la interacción entre los hermanos y los modos dispuestos en el juego para el combate o la resolución de obstáculos. Es cuando el juego más brilla, cuando mayor partido le sacamos al buen detalle de llevar a los 4 personajes de forma simultánea.

El apartado gráfico está por encima de la media, como la música ambiental. No requiere equipo especialmente potente para disfrutar a tope, garantizando fluidez con facilidad.

Con cierta sorpresa, nos encontramos con un apartado técnico por encima de la media, tanto en gráficos como en sonido.

Los gráficos son buenos, en modelado, construcción y coloreado. Comenzando por los personajes, todos han sido elaborados con detalle posibilidad de suavizado. Sólidos y efectivos, se mueven con perfecta suavidad por la pantalla contando con que siempre tendremos, como mínimo, a 4 personajes simultáneos en pantalla. La parte débil la encontramos en la poca expresividad que muestran los niños. En sus conversaciones o expresiones prácticamente sólo se mueven los labios, estando los rostros vacíos de gesticulación alguna.
A la hora de los combates, si bien es cierto que la espectacularidad no brilla especialmente, será fácil encontrarnos con casi 10 personajes en pantalla (aunque nunca encontraremos un gran tumulto), de entre las más de 20 criaturas diseñadas.

A la hora de la iluminación, todo brilla y rebosa luz, incluso en los momentos más oscuros se ha optado por una paleta con energía. La parte negativa es la interactividad de los personajes con los focos de luz, algo inconexa en la mayoría de ocasiones, cuando no inexistente. En el mismo sentido, los efectos visuales son pocos y algo apagados, sin explosiones, juegos de luces o gestión alguna de partículas digna de mención; aunque elementos como el fuego han sido bien construidos.
El juego ha sido optimizado para Nvidia, y aunque no se precisa de gran equipo para jugar, sí que viene siendo conveniente algo con recursos para observarlo tal y como fue concebido. En cualquier caso, el entorno siempre se presenta estable y falto de ralentizaciones apreciables.
En estas cuestiones, además de poder seleccionar pantalla panorámica, se permite corrección de suavizado de bordes, activación de sombras, mapeado relieve, filtro bloom, sombras, reflejos, agua mejorada y cambio de resolución; pero no tenemos opción de modificar la tasa de refresco o el nivel de detalle en el modelado.
En cuanto a las animaciones, todas son algo sosas y poco fluidas. Correctas en todo los casos, pero con visible omisión de captura de movimiento alguna. El encadenado, igualmente, es algo impreciso.

En cuestiones sonoras, la música gana muchos enteros por tomar pasajes de su versión cinematográfica, siempre una ventaja en estos casos. Con melodías tiernas y suaves, se nos facilita la inmersión en este universo fantástico, cambiando el ritmo y el tono en los momentos de mayor tensión o actividad.
Los efectos sonoros son un poco menos refinados, pero buenos y sólidos en casi todos los casos. No se cuenta con sonido envolvente ni añadidos por el estilo, pero la sensación es buena en cualquier momento; ayudando siempre el hecho de que el juego está totalmente doblado y traducido. Texto y voces, todo listo para disfrutar.

Por otro lado, quisiera hacer hincapié en un aspecto negativo: la IA es mala, malita. Nuestros hermanos a menudo se quedan mirando mientras los lobos nos atacan y el enemigo, precisamente, casi siempre siente predilección por el personaje que nosotros estemos controlando, dejando al resto de lado a no ser que nos acerquemos a ellos o el ataque pase a ser muy numeroso en bestias. En estos casos, los personajes que no controlemos, se defenderán atacando siempre de modo simple, sin buscar ventaja con combos ni nada parecido.