Acción simple con algunos combos en ataques y la posibilidad, tanto de alternar el control de cada niño, como de unirlos en parejas o jugar con un amigo.
Para llevar el mundo de ilusión de
Narnia a videojuego, de entre todos los caminos o posibilidades,
BVG (Buena Vista Games) ha optado por la opción segura y acertada de la
combinación surgida por la acción y la aventura a partes iguales.
Con este pensamiento en mente, el juego se ha estructurado
en una sucesión lineal de fases con dificultad creciente basadas directamente en el argumento de la película en la que se inspira.
Desde el primer momento, se nos sitúa sin posibilidad de tutorial o preparación alguna, en mitad de la acción, en pleno control de los 4 hermanos
Pevensie protagonistas del relato. Un bombardeo nazi pone en peligro a la familia, escapar de la casa es la primera misión.
La mecánica es directa y clara, y
las primeras fases están diseñadas de forma que sirvan al tiempo como tutorial y preludio de las fantásticas aventuras que están por llegar. De este modo, enseguida descubrimos que
el control es simple y, en momentos, intuitivo; no necesitando de grandes explicaciones ni combinaciones de botones, aunque sí que existen combos. Igualmente, no tenemos que preocuparnos por subir de nivel o mejorar los atributos de nuestros personajes, aunque
podemos comprar nuevas habilidades con el dinero que ganamos recogiendo las monedas, estatuas y escudos repartidos por todo el reino. ¿Contradictorio? No lo es cuando tenemos en cuenta que todo
el desarrollo y estructura de juego ha sido simplificada para hacerla asequible a todo tipo de públicos, tal y como la película espera, tal y como los niños que se acercarán a este título confían en descubrir.
Con esta idea, todos los aspectos han sido simplificados en pos de la facilidad, pero cuidado, que no repercute en falta de profundidad o aburrida rutina. Comenzando por el control,
los personajes corren siempre suavemente sin más opción que ?golpear? o ?activar?. No podemos saltar, ni cubrirnos, ni esquivar ataques o cambiar de arma a voluntad, pero, en contrapartida, cada uno de los 4 niños ha sido envestido con una habilidad única destinada a cumplir las pruebas o superar los obstáculos que se nos presentan en el camino.
Con este planteamiento, los 4 niños forman en realidad una unidad, aunque caminen juntos en todo momento y nosotros podamos controlar como máximo a dos de ellos a la vez. Resulta extraño en algunas ocasiones, pero en verdad que pronto nos acostumbraremos y lo veremos imprescindible, entrañable.
Así,
los niños estarán especializados en las armas y atacar, y las niñas en curar y apoyar (recuerden que los libros son de hace cincuenta años). Podemos cambiar de personaje a voluntad, e incluso se nos permite que un amigo nos ayude en el modo cooperativo inmediato, capaz de activarse o desactivarse en cualquier momento. Y lo que nos encontraremos, es una sucesión de bonitos escenarios creados con estructura lineal en los que lo único que se nos pide es ir avanzando de forma preestablecida, tropezando en nuestro camino con breves mini-puzzles o segmentos de peleas (y ambos juntos en algunas ocasiones); de forma que siempre alternemos el control de los niños adecuados, teniendo en cuenta además que a medida que avanzamos cada uno de ellos gana nuevas habilidades, tales como ataques mejorados (combinaciones simples de botones), habilidades de grupo o mejoras en los talentos personales (curar, disparar flechas o atacar con la espada). Y no sólo esto, sino que
también se ha incluido la opción de unión entre hermanos, posibilitándonos fundir las habilidades de cualquiera dos de ellos (los efectos cambian con los emparejamientos) para producir nuevas habilidades o movimientos vitales para avanzar por determinadas zonas.
Las luchas son sencillas, casi triviales. Golpear a diestro y siniestro, aporreando los botones o probando con las combinaciones algo alocadas. Podemos apuntar pulsando el botón adecuado, muy útil cuando utilizamos armas a distancia con
Susan. Desde bolas de nieve o pelotas de tenis a las imprescindibles flechas.
Apuntar y disparar es fácil, y la cantidad de acciones a realizar son variadas, desde cerrar portezuelas para que no salgan murciélagos a lazar bolas de nieve a muebles en llamas? Sólo para que luego cometamos el error de acercarnos a ellos con un palo ardiendo (podemos encender los palos en hogueras o farolas) y volverlos a prender (suele pasar).
Muchas cosas, en realidad, con muchas acciones a combinar, facilitando el camino la aparición, en cada punto u objeto interactivo, de un icono con la imagen del
Pevensie más adecuado para tratarlo. Nos simplifica el pensar qué hacer, pero al menos es un detalle haber querido plagar el juego con mini pruebecitas en todo momento.
Un conjunto que es en verdad muy variado, alternando toda clase de situaciones con cierta gracia. Atacamos en
Narnia, nos escondemos de la severa tía en la mansión, luego escalamos por farolas o caminamos por frágil hielo? Todo sea por ayudar al león?