Summer Athletics. Análisis Xbox 360

Aunque a nadie le guste admitirlo, somos todos unos animales de tendencias y modas, movidos como becerros al unísono por el último mensaje televisivo o esfuerzo mediático que la caja tonta (o el interné) imbuye a la fuerza en nuestros castigados cerebelos.

Sin que podamos hacer mucho por resistirnos ante tan devastadora revelación, y con la Eurocopa aún resacosa, este último tramo del verano le ha tocado el turno a los Juegos Olímpicos de Beijing, que además de conseguir que algunos rezagados volvieran a enfundarse en las apretadas mallas deportivas, ha propiciado la salida de algunos videojuegos deportivos, dedicando el presente análisis al Summer Athletics de 49games, en su versión para Xbox 360.

Summer Athletics representa la alternativa no oficial al juego de las Olimpiadas chinas, de título y diseño bastante poco inspirados al que sin embargo le daremos el beneficio de la duda hasta ponerle las manos encimas.

Los primeros minutos de juego, pese a todo, no hacen sino confirmarnos la condición de título "sin marca", supliendo la ausencia de licencias con un aspecto visual extremadamente básico, unos diseños muy pobres (¿el mono de las pantallas de carga va en serio?) y una imagen general bastante destartalada y genérica, indignos de ésta e incluso la anterior generación consolera.

Sin que ello nos amedrente, elegimos perdernos entre las muchas opciones visibles en pantalla. Contabilizamos más de 25 pruebas disponibles, que repasa con acierto las principales modalidades olímpicas, con predominio de los juegos de atletismo, salto y pruebas acuáticas.

Entre competiciones predeterminadas y pruebas sueltas, probamos la gran mayoría de los minijuegos disponibles, de cuyo control agradecemos la variedad interdisciplinaria, pero que se nos antoja excesivamente simple, especialmente tras superar la (minúscula) curva de dificultad disponible. En una primera toma de contacto, nos decantamos por las pruebas de salto y el tiro con arco, que es el que más ha costado dominar.

El principal modo de juego individual es el que llaman "Carrera", en el que diseñaremos el aspecto físico y aptitudes de nuestro personaje, que irá ganando habilidades canjeables por los puntos ocnseguidos en base a nuestros resultados y vayamos superando campeonatos y categorías.

La mayoría de los retos proponen una serie de movimientos mecánicos y reiterativos diferentes dependiendo de las características del ejercicio en cuestión, controlando así el ejercicio aeróbico, la potencia o la ejecución.

Los primeros intentos han sido sonrojantes en cada una de las modalidades, pero insistimos en que dominar los movimientos de cada juego es una tarea sencilla a poco tiempo que se le dedique.

Con un chorrón de logros conseguidos y alguna medallita, apagamos la consola hasta una mejor ocasión.

Con el recuerdo de entretenimiento pasajero (y algo insulso) de la primera sesión con Summer Athletics, volvemos a darle una nueva oportunidad a este título de mono horrendo por mascota.

Los primeros minutos no hacen sino reforzar nuestra impresión del apartado técnico en general y el aspecto del juego en particular. Sin ser yo personalmente un gran aficionado a los deportes, este juego lo tenía muy muy fácil para suplir lo que los más puristas considerarán carencias de forma (la ausencia de nombres, los estadios, las competiciones oficiales...) con otros alicientes técnicos o jugables. En cambio, se nos oferece un aspecto muy genérico y abandonado, casi como resignándose a su condición de segundón. Hay poquísimos escenarios, los atletas son casi clónicos, las posibilidades de personalización insuficientes y poquísimas animaciones o hallazgos visuales. Al menos, está integramente localizado al castellano.

Repasadas todas las pruebas, aplaudimos de nuevo la mecánica diferente para cada una de ellas (con varaciones menores incluso entre modalidades similares), pese a estar siempre basada en la repetición de una serie específica de movimientos.

Con la curva de aprendizaje tan mal ajustada y tratándose del género del que se trata, el juego lógicamente gana enteros en el apartado multijugador, permitiendo piques entre hasta cuatro jugadores, pudiendo nosotros mismos configurar nuestras propias competiciones y "tunear" el avatar que controlamos.

Buceando entre los modos de juego y los diferentes retos, no podemos pasar por alto algo que nos pasó inadvertido durante nuestra primera sesión, que no es otra cosa que unos tiempos de carga molestos e insistentes, injustificados en cualquier caso.
Tras algunas horas aporreando el mando y sin mucho más donde indagar, damos por finalizado nuestro periplo olímpico con un título que busca la complicidad del jugón más picón y menos exigente, dejando sin embargo a los seguidores del género con un producto bastante poco trabajado condenado a caer en el olvido en pocas sesiones?

Puntuación final: 5.25

El elevado número de modalidades deportivas y la posibilidad de jugar a ocho manos es el mayor atractivo de un apartado que, sin embargo, debe lidiar con las escasas opciones y un sistema de mejoras casi inservible.

Los desarrolladores evitan la reiteratividad entre pruebas, pero por su propia naturaleza, las posibilidades jugables son escasas y se reducen a la repetición incansable de las mismas rutinas hasta dominar las pruebas. Cansa al poco tiempo

Es difícil escribir más de cinco palabras para un apartado cuyo título brilla por su ausencia. Desmotivado, poco esmerado y sin creer en sí mismo.

Al alimón con el apartado originalidad, es desesperanzador que una consola como nuestra querida Xbox 360 albergue un título que bien podría haberse desarrollado con un poco de pericia en PSX. Al menos llega traducido y doblado, oiga.