Si has jugado anteriormente a algún Far Cry (sobre todo los tres últimos), no tendrás ningún problema en hacerte con los mandos a la primera, ya que son idénticos a los anteriores. Cómo movernos, explorar, correr, agacharnos o el uso de las armas y sus opciones son prácticamente idénticos que en la mayoría de los sandbox o juegos de mundo abierto existentes.
El problema le puede venir por los modos de juego, ya que solo contaremos con el modo principal historia, que a pesar de ser de mundo abierto y enorme, no cuenta con nada que lo haga diferenciarse de otros juegos, ni tampoco cuenta con opciones de multijugador de ninguna clase (ni competitivo ni cooperativo), lo que supone un paso atrás con respecto a Far Cry 4. Tampoco es muy rejugable, ya que a pesar de tener un entorno abierto y un árbol de evolución del personaje, estos solo se pueden hacer de una forma, por lo que da igual lo que hagamos,
al final del juego cualquier jugador habrá realizado las mismas acciones, solo que quizás en un orden distinto. Esto no es malo, ni mucho menos, pero no cuenta con la complejidad necesaria para un juego de estas características, y además siendo el segundo juego de la franquicia que aparece en PS4 y Xbox One (sin contar el PC donde han aparecido casi todos hasta la fecha) hay que exigirle un poquito más.