A nivel visual,
The Plucky Squire apuesta por unas 2D-3D coloridas, imaginativas y con un gran diseño artístico. Hablamos de un juego que cumple con nota y que busca la sorpresa (y la encuentra); arrancamos con un desarrollo bidimensional que recuerda claramente a clásicos como
Zelda, pero el título pronto nos lanza nuevos desafíos, ideas y conceptos y nos lleva a experimentar con las 3D, con diferentes mecánicas e ideas. El rendimiento es en todo momento más que suficiente, y si bien es cierto que aspectos como la IA de los enemigos podría haberse mejorado, que el desarrollo es bastante lineal y que no hay
alardes visuales de ningún tipo, el arte y personalidad del equipo creativo saben compensarlo.
Algo parecido pasa con el aspecto musical, que también se queda en un notable muy alto gracias a grandes composiciones, pero sin ningún momentazo sobresaliente que encumbre la BSO - y sus composiciones - hasta la luna. Tenemos, eso sí, una gran traducción al castellano para no perdernos ni un pedacito de una historia genial y sorprendente.