Halo 5 es muy divertido de jugar en su mayor parte. Nos encontramos con dos grupos de personajes que iremos controlando de forma alternativa y que nos van contando una historia desde dos perspectivas distintas. Quizás una de ellas (la del Jefe Maestro) sea mucho más interesante que la otra al conocer al personaje de anteriores entregas y tener ya una afinidad con el mismo, y es que no todos se han visto la serie ni la película de Halo, por lo que
la historia del Agente Locke no llama demasiado la atención ni gusta demasiado jugarla (y estamos gran parte del juego con ellos). Más parece que
Microsoft ha querido crear a unos personajes alternativos para que la franquicia Halo se enriquezca además de que sea posible hacer más crossovers y juegos paralelos y, sin embargo, no le ha funcionado demasiado bien la cosa. En cuanto al juego en sí, los escenarios donde transcurre la acción tampoco parece que se hayan creado de la forma más acertada, y a veces es demasiado difícil de avanzar (en algunos enfrentamientos con jefes finales) y en otra demasiado fácil.
Tampoco está demasiado bien resuelto el llevar a cuatro personajes a la vez por culpa de una IA que no funciona en casi ninguna ocasión, lo que hace que nos podamos frustrar cuando los enemigos a los que nos enfrentamos sean más difíciles (no se cubren, no van a por el enemigode forma inteligente, no hacen formación, pero tampco nos permite el juego dar órdenes de forma separada, por lo que suele ser un caos). En cuanto a los modos multijugador, siguen más o menos lo que ya hemos jugado en anteriores entregas, aunque también vemos que la creación de mapas tampoco está a la altura de las primeras entregas, con algunas zonas muy vacías y abiertas o con el nuevo modo de juego, Warzone, que originalmente podría parecer que es un gran aliciente pero que tampoco llega a funcionar del todo. Sigue siendo un Halo, aunque en muchas ocasiones no lo parece, y ese es el problema que tiene.