Análisis de Conarium - Parecido a leer un libro de H. P. Lovecraft... literalmente

El inicio de la historia es realmente prometedor. Estamos en una base totalmente aislados y despertamos en una habitación sin recuerdos de ninguna clase. Esto nos hace pensar que vamos a tener que ir averiguando lo que ha sucedido o el motivo por el que estamos en ese sitio. Sin embargo, lo que ocurre es que vamos resolviendo pequeñas situaciones sin demasiada conexión entre sí que van desvelando poco a poco la historia de un grupo que nos antecede y del que no sabemos nada, para finalmente acabar sabiendo poco de este grupo y de nuestro propio personaje. Todo es muy confuso y sin ningún hilo argumental que nos haga querer saber más de lo que está sucediendo o que ha sucedido anteriormente, lo que consigue que no sentimos apego por sus personajes o sus situaciones, ni por la historia que se nos cuenta.

Solo hay dos elementos que hacen que el juego se salve de la quema más absoluta. Por un lado tenemos algunos puzles que tendremos que resolver y que, sin ser demasiado complicados ninguno de ellos, nos tendrán entretenidos en algunas situaciones, probando combinaciones o buscando en el escenarios objetos para resolverlos. El otro elemento está en la ambientación que consiguen los escenarios, los sonidos y algunos elementos narrativos que encontramos y que al acercarnos nos cuentan una historia sucedida hace muchos años que nos hace querer saber más de lo que pasó hace mucho. Es una lástima porque de haber sido esta la línea argumental que debía seguir el juego, habiendo añadiendo más situaciones de este tipo y algunos enemigos a los que enfrentarse o de los que hay que huir o esconderse (no hay enemigos en el juego) y algo más de historia de los personajes, nos hubiésemos encontrado con un gran juego de aventuras que merece la pena ser jugado por los fans del género. Sin embargo, se ha quedado en un mero juego que hace referencia a las historias de H.P Lovecraft y no llega ni a rascar su superficie.

En cuanto a su duración, depende del tipo de jugador que seas, aunque sea como sea estamos ante un juego corto. Lo normal es acabarlo entre 4 y 5 horas como máximo, y con un porcentaje de logros bastante alto, pero si queremos exprimirlo al 100%, tendríamos que echar una horita más a lo sumo.

El mayor problema que tiene un juego como Conarium está en sus opciones jugables. Hablamos de una aventura en primera persona que debería tener opciones de supervivencia (no tiene), darnos algo de terror por situaciones con enemigos que nos persiguen o a los que tenemos que enfrentarnos (no tiene), algunos puzles complicados que nos rebanasen el cerebro durante minutos (los que tiene son muy simples casi todos), o incluso diversos caminos que podamos tomar que nos hagan experimentar diferentes opciones en el juego (no tiene). Todo es muy lineal y casi sin opciones de ninguna clase, lo que lo convierte en algo parecido a leer un libro en el que tenemos que interactuar (en ocasiones) con ciertos objetos en momentos puntuales y solo de una forma, y que generalmente nos dicen qué objeto es el que tenemos que usar y cómo hacerlo. El resultado, como decimos, es el de una aventura que no la es, un juego en el que solo podemos avanzar, resolver un pequeño puzle, que nos cuenten una pequeña historia carente de sentido y repetir el proceso, volviéndose monótono (aunque no sea aburrido, lo que es un punto a su favor).

Como decimos, a un juego con una ambientación basada en los libros del genial H.P Lovecraft debemos exigirle mucho más, como que tenga suspense (o terror), una gran historia, enemigos a los que enfrentarse, situaciones complicadas o más enigmas que nos hagan creer que, de verdad, estamos siendo partícipes de una historia increíble. Con Conarium parece que estemos deambulando por un escenario bonito, recogiendo objetos que nos dan cierta información o notas que leer y seguir repitiendo el proceso. Los pocos puzles son lo único que lo salvan.

Juegos ambientados en Lovecraft hay muchos, y basados en su obra también. Sabemos que es complicado llevar este universo a cualquier formato diferente de los libros, ya que es en ellos donde nuestra imaginación nos llevará a mundos y universos que no existen y en un videojuego hay que intentar plasmar la imaginación del genial autor y conseguir las mismas sensaciones que uno mismo se pueda imaginar. Aún así, el intento no ha sido malo del todo (tampoco bueno). Tenemos algunos puzles imaginativos, una gran ambientación oscura y original, y mucha documentación que recoger que nos da información adicional a la historia que estamos viviendo con un estilo muy lovecraftianos. Nada realmente nuevo, nada realmente original que no hayamos visto antes, o nada realmente fresco que nos haga pensar que nunca antes habíamos jugado a algo parecido.

Creemos que el estudio a cargo de su desarrollo ha intentado plasmar una atmósfera que nos hace meternos en este universo, y creemos que lo han conseguido con bastante fortuna. El problema reside en que, como jugadores de videojuegos, ya hemos visto todos estos elementos en otros muchos juegos de corte similar, e incluso recientemente, por lo que un juego como Conarium podría ser recomendable para alguien realmente fan del autor estadounidense, o alguien que lleve mucho tiempo sin jugar a ninguna aventura de misterio en primera persona.

El apartado técnico no está mal del todo gracias al uso del Unreal Engine 4 y su ?brilli brilli? tan característico, aportando una buena iluminación y buenas texturas a las oscuras habitaciones y estancias o a los subterráneos en los que nos encontraremos. El principal problema sea que todo es tan lineal que se puede decir que no se han complicado demasiado los diseñadores de niveles, puesto que encontraremos algunas zonas ocultas mientras exploramos pero están tan a la vista que casi no se pueden considerar como tales. Aún así los escenarios son bonitos, no como los modelos de los personajes que encontraremos, que aunque escasos, parecen sacados de una generación anterior (PS3 o Xbox 360) por su falta de detalle y escasa animación. Incluso las voces parecen desincronizadas, por lo que cuando los vemos preferimos ignorarlos por completo para poder seguir explorando los escenarios que sí que son muy imaginativos.

A nivel sonoro, la gran ambientación no solo la consiguen los excelentes escenarios, sino también la banda sonora ambiental que escucharemos en muchos momentos y que ambientan perfectamente cada situación. Escucharemos voces en algunos momentos que no están nada mal (aunque todas en inglés) que nos narran la situación en la que los protagonistas están envueltos y algunos eventos sucedidos en el pasado. Afortunadamente tenemos subtítulos en español para los que se pierdan o no entiendan el idioma de Lovecraft.