Análisis Wasteland 2: Director's Cut

Wasteland 2 tiene un montón de puntos positivos que seguro gustará a aquellos que busquen un juego de rol como los de antes, con muchísimo diálogo, un gran sistema de combate por turnos que nos hará pasar largos ratos pensando en la mejor estrategia para acabar con los enemigos, y un sistema general de juego con la suficiente dificultad como para tener que repetir zonas completas más de una vez por no haber hecho un planteamiento inicial correcto (y tener que tirar de partidas grabadas anteriores para ello). Este tipo de elementos gustarán a un tipo de público concreto y alejará a otro (quizás la mayoría), ya que hoy en día en el mundo del videojuego se tiende más por la acción directa que por buscar una simulación más realista y muchos jugadores tampoco cuentan con el tiempo suficiente para dedicarle a estos juegos (y en este caso, Wasteland 2 es la clase de juego de más de 100 horas cuando hayamos aprendido a jugar). Cuenta con un sistema de combate realmente bueno por turnos en el que tendremos que controlar absolutamente todos los parámetros que se nos ocurran, como gastar turno para recargar el arma o cambiarla por otra, la inclinación del terreno, si hay algún aliado en la trayectoria de los disparos (les daremos a a quien esté en medio) o el tipo de arma dependiendo del blindaje del enemigo. Además, el juego tiene tanto detalle que dependerá del tipo de personaje que llevemos (o hayamos creado) para poder hacer según qué cosas, ya que absolutamente todas las acciones del juego como abrir cerraduras, curar aliados (veneno, heridas leves e incluso operaciones más graves) o usar armas de distinto tipo requieren una habilidad concreta que iremos ganando con los puntos de experiencia al subir de nivel, y esto requiere mucho tiempo y esfuerzo por lo que habrá que medir en cada momento cómo evolucionamos a nuestros personajes teniendo que dejar en ocasiones sin poder hacer cosas y volver más adelante para hacerlas. Como decimos, es un juego creado con tantos detalle que afecta a la jugabilidad directamente en algunas ocasiones. Por ejemplo, no podremos curar a ningún personaje si no llevamos a un médico o no podremos abrir ciertas puertas si no llevamos a un cerrajero, además de los objetos necesarios que son muy escasos y difíciles de encontrar. Este tipo de elementos consigue un juego mucho más realista pero con una curva de dificultad muy pronunciada que nos hará tener que repetir ya no solo misiones concretas, si no incluso empezar el juego nuevamente cuando hayamos aprendido qué y cómo hacer las cosas.

El apartado técnico no es nada del otro mundo. El juego nos muestra una vista desde arriba casi isométrica que no deja apreciar mucho los detalles de escenarios y personajes (el motor Unity tampoco da para mucho) y las animaciones de estos tampoco son para tirar cohetes, pero de alguna forma "compensa" este bajo nivel gráfico y técnico en general ofreciéndonos descripciones en texto de cada una de las zonas y personajes que vamos encontrando, como si de un juego de rol de tablero (o libro) se tratase. No es que compense mucho, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de unas máquinas (PC, Xbox One y PS4) que merecen un acabado mucho más trabajado, con mejores modelos y una mejor animación, pero de alguna forma fomenta la imaginación del que juega todas esas descripciones de la zona o los artworks que nos muestran de cada personaje, y que nos hacen imaginar lo que estamos viendo (como hemos dicho antes, esto gustará a unos y echará atrás a otros). A nivel sonoro escucharemos una banda sonora de fondo muy suave que pretende ambientar en todo momento y que se volverá con más acción en las escenas de combate. También escucharemos muchos diálogos, todos ellos en inglés, aunque no todos los personajes han sido doblados, por lo que también nos tocará leer. El punto positivo es que el juego está traducido al español, por lo que aunque los diálogos estén en inglés aquellos que se pierdan con el idioma podrán entenderlo todo.