A nivel jugable
The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom toma como base el excelente gameplay de Breath of the Wild para evolucionarlo y revolucionarlo con un montón de novedades que refrescan enormemente la experiencia. Así, los combates con espada, los esquives, el parry o la acción con el arco se ven enriquecidas ahora con la que es sin duda la mayor novedad: la
Ultramano, una increíble habilidad creativa que nos permitirá dar vida a todo tipo de
invenciones, desde vehículos (aéreos, marinos o terrestres) a armas, pasando por diseños francamente alucinantes y versátiles. Y lo mejor de todo es que el impresionante diseño del juego los integra a la perfección, dándonos una gran libertad para experimentar y divertirnos, convirtiendo
Hyrule en nuestro
patio de juegos. Por supuesto, hay un montón de desafíos,
santuarios con puzles y otro tipo de puzles en el entorno, pero siempre tenemos la opción de afrontarnos utilizando el ingenio y/o la habilidad, probando diferentes estrategias y opciones, y eso es divertidísimo.
La
Ultramano es tan impresionante que quita el foco de otras habilidades igualmente interesantes, como la posibilidad de fusionar armas y flechas con elementos creando combinaciones realmente sorprendentes (e igualmente divertidas), un útil rebobinado de determinados elementos que da lugar a momentos francamente astutos, o la posibilidad de traspasar techos, que cambia nuestra forma de enfrentarnos a determinados enigmas, pensando más en
vertical que en ningún otro juego de la saga. Esta gran cantidad de novedades funcionan como un reloj y hacen muy sencillo olvidarse de pequeños aspectos que podrían haberse pulido un poco más, como pequeños fallitos de cámara en las etapas de construcción o una interfaz un poco rígida para elementos como el disparo de flechas especiales, una vez nos acostumbremos. Así, el resultado final es sobresaliente, y los nuevos desafíos que nos esperan podrán a prueba todas estas habilidades (y los nuevos poderes que iremos desarrollando) hasta llegar a un alucinante colofón final.