El apartado más potente de
Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutantes en Mahattan - incluso en consolas
veteranas, como PS3 o Xbox 360 - es el gráfico, con una excelente puesta en escena y un interesante uso del
cel-shading para darle a las tortugas un aspecto comiquero, pero con un toque oscuro (y sin perder de vista las nuevas adaptaciones en CG o las recientes películas). Sólidos modelados, buenas animaciones, uso interesante de la luz... Sin duda el apartado más potente, y eso que haber
capado la acción a 30 FPS le pasa factura al resultado. A partir de ahí la cosa empieza a bajar con escenarios monótonos y poco inspirados, y una bajísima IA para los enemigos (excepto los jefes, que sí son un reto interesante).
La banda sonora cumple con creces ambientando las batallas callejeras en
New York, e incluso puede que acabemos tarareando algún tema. Las voces (en inglés, pero subtituladas) le dan un toque más divertido a los combates, trasmitiendo la simpatía de las tortugas. En resumen, se percibe la falta de la ambición técnica en un juego que, si bien, tiene elementos audiovisuales muy logrados, no está entre lo mejor de la consola.