Styx: Master of Shadows

A un juego como Styx se le podrían dar muchos calificativos. Es un juego muy difícil que coge muchos de los cánones de los juegos de infiltración y los pone todos juntos, aunque le faltan algunos para poder ser realmente jugable como un mapa que marque a los enemigos una vez que los veamos, o saber donde están mirando. También estaría bien tener alguna opción más para vencer a los enemigos más fácilmente porque prácticamente que te vean es estar muerto.

Aún así, éste es de esos juegos que cuanto más juegas a ellos más le acabas cogiendo el gustillo, entre otras cosas porque al ir evolucionando al personaje tendremos más opciones y podremos vencer y esquivar a los enemigos con mayor facilidad. Por tanto, hay que tener en cuenta que la curva de dificultad es bastante elevada y que no es un juego para cualquiera y mucho menos para los que se desesperan muy pronto. A nosotros nos hubiese gustado más opciones jugables, una curva de dificultad no tan elevada (es mucho más difícil al principio que según vamos avanzando) e incluso mayor variación en las misiones que también son un tanto repetitivas.

El apartado técnico va aparte porque es algo muy extraño. Usa el Unreal Engine lo que le permite algunos efectos y texturas muy bonitas, y modelados y escenarios realmente trabajados, pero en contraposición encontramos un efecto muy feo de generación de escenarios con cada giro de la cámara e incluso alguna que otra ralentización esporádica que afea mucho el resultado final. Aparte, estrá traducido al castellano pero no doblado, por lo que en ocasiones tendremos ciertos problemas cuando estamos ocultos y queremos que no nos vean y al mismo tiempo escuchar lo que los guardias dicen.

En definitiva, Styx Master of Shadows no es un mal juego, pero tiene un público muy concreto a los que le gustan los retos y que se van haciendo poco a poco con el control del personaje y las situaciones.