La forma en la que ha ido evolucionando esta saga es verdaderamente interesante. El juego sigue con el mismo planteamiento que en entregas anteriores, a la que se le han añadido un buen puñado de opciones. La más destacable está en
el enorme mapa donde cada una de las misiones tiene lugar, y que podría considerarse casi como un "mini-mundo abierto" (y lo de mini es un decir, porque son gigantes. Gracias a esto, el jugador tendrá una enorme libertad para hacer casi de todo, explorar cada mapa, plantear estrategias y hacer lo mismo de muchas formas. Otras opciones nuevas para esta entrega están en la opción de
ocultar el ruido de nuestro fusil aprovechando fuentes sonoras externas (motores, aviones?), que es una gran incorporación ya que gracias a esto los enemigos intentarán triangular nuestra posición si escuchan el disparo (y la IA es muy buena), pero les costará más trabajo si en ese momento pasa un avión cerca, por ejemplo.
Si hablamos de cómo manejamos el juego, decir que se comporta igual que en entregas anteriores y prácticamente como cualquier otro shooter en tercera persona, por lo que la mayoría nos sentimos agusto con este sistema de control. Quizás se echa en falta un sistema de cobertura más cómodo, ya que
el personaje se adecuará a la cobertura cuando estemos cerca de algún muro de forma automática, y se quitará pulsando un botón o moviéndonos lejos de ella, y esto no funciona demasiado bien en todas las ocasiones. Aún así, no está nada mal y acaba siendo intuitivo.
Hay muchas más opciones a la hora de hacer las misiones, coleccionables para aburrir (por la enorme cantidad de cosas que buscar y hacer en cada uno de los mapas), una enorme cantidad de armas y gadgets que nos darán libertad para hacer lo que queramos, convirtiéndose de esta forma en el simulador de francotirador más completo que existe hasta la fecha.