Ratchet: Gladiator - Análisis PlayStation 2

Sin hacer mucho ruido ni acaparar todas las portadas, Ratchet se ha convertido en uno de los personajes más estables y productivos de PS2. Lejos de llegar a la categoría de mascota oficial y oficiosa, ni nada parecido, se ha conseguido colar, a fuerza de juegos sólidos con ambientación personal totalmente definida y jugabilidad sólida, en el ranking de los juegos más esperados entre los fanáticos de las plataformas (cada vez menos mumerosos, por desgracia).

Ya son 4 juegos en total (el primero en 2002), siendo este último, una vez más, un claro ejemplo de fusión de géneros en el que se mezclan, ahora con porcentajes no homogéneos, acción, disparos, saltos y aventura. En esta ocasión la acción prima un poco más, aunque también se puede optar por el recurso de avanzar disparando al tiempo que se va saltando, según la filosofía de Insomniac Games, artífice de la nueva entrega estelar con un Clank algo menos presente y un hilo argumental igualmente estridente?

El juego es más corto que los anteriores, pero cuenta con modo multijugador online y offline para acabar de exprimir hasta el último céntimo.

Con 10 planetas para descubrir (cada uno con varios niveles), el principal handicap de este ?Ratchet Gladiador? es que, aun siendo divertido mientras dura, acaba resultando sensiblemente menor en duración a las anteriores entregas (8-10 horas en total) ; haciéndose demasiado corto? Demasiado.
Partiendo del principio de la total eliminación (o casi) del factor plataformas o saltos, tal medida encuentra su causa, pero no tenía por qué ser consecuencia.
Exprimir al máximo el juego pasaba por incluir al menos un par de fases eminentemente saltarinas, para equilibrar el conjunto y no acabar de decepcionar a los acérrimos seguidores de tales personajes (siendo tan difícil últimamente encontrar plataformas dignos). Pero los chicos de Insomniac Games, en un alarde de incoherencia, han dejado de lado lo que en un principio significó el alma, o cuanto menos género, de esta franquicia. Así, aunque acabarlo es a veces un poco complicado al resultar los combates farragosos y alocados en la mayoría de situaciones y fases, tal esfuerzo no lleva mayores recompensas que encontrar la versión Mega de las armas disponibles en la tienda desde el primer momento y poco más. Por suerte, al menos se han implementado unos suculentos modos multijugador para mantenernos ocupados.

Por un lado tenemos el 4 jugadores simultáneos a pantalla partida; divertido y directo, con posibilidad de usar todas las armas y mala uva en sano divertimento con nuestros amigos; por el otro, un novedoso multijugador online de hasta 10 participantes en el que disparar un poco más y disfrutar en idéntica proporción creciente; al disponer de idéntica libertad en armas y vehículos (normalmente desequilibrantes).
Contamos con 5 modos de confrontación: Capturar la bandera (lo típico), Monstruo (un ?tú la llevas? en el que todos te dan caza), Conquista (a la caza de los nodos), Combate mortal (todos contra todos) y Rey de la colina (aguantar en un emplazamiento un tiempo determinado).
Como colofón, contamos también con un interesante modo cooperativo para dos jugadores; donde podemos morir tantas veces como queramos siempre que no sea de forma simultánea, y además de compartir el arsenal y la munición (no podemos llevar la misma arma a la vez), no podemos alejarnos más allá de cierto rango por un determinado tiempo (o la partida acaba).

En otro intento menos divertido por alargar un poco más la profundidad (sin conseguirlo), se han dispuesto los puntos de habilidad. Conseguirlos es cumplir desafíos del tipo ?completa esto antes de X tiempo? o similares, y aunque algunos son realmente difíciles (desesperantes), ir a completarnos no resulta divertido ni satisfactorio, por mucho que expandan la vida del juego.

Mucha acción directa y elementos de plataformas reducidos drásticamente. El sistema de puntería manual no ayuda demasiado.

Los saltos han pasado a la historia; ?Gladiator? apuesta fuerte por la acción. Armas y vehículos de fácil control y gran poder destructivo son el alma de esta nueva propuesta.
Aunque las armas pueden ampliarse y suben de nivel automáticamente (10) con el simple uso prolongado, podemos también comprar ascensos (modos alfa, más poder; y omega, efectos añadidos) y combinar las mejoras a nuestro gusto o de forma automática, cambiando el look visual con cada combinación.
En esta ocasión disponemos de un arsenal algo menos prominente (sólo 10 armas), pero son las más útiles o poderosas las que han sobrevivido, manteniendo, por supuesto, el halo de surrealismo o ligereza requerido u obligatorio para este tipo de juego, para esta franquicia. Sin embargo, con esta apuesta por el gatillo fácil, resulta algo extraño reducir el armamento cuando la acción y los disparos son el núcleo mismo del juego, relegando las plataformas a un cuarto plano (quinto quizás); pero cuando al jugar notamos que en realidad no echamos de menos pistola o escopeta alguna, acabamos comprendiendo que siempre es preferible, como en todo, calidad a cantidad.

Con tal aumento de la acción, el papel de Clank también ha quedado reducido a la mínima expresión. Su habilidad de colgarse de los salientes ya no resulta útil cuando no hay salientes de los que colgar? Y así ha venido a quedar como ayudante en control de las diferentes armas o gadgets (todos de cara a la pelea, por supuesto), como ayuda por radio desde base mientras nosotros nos enfrentamos a los locos robots?

De modo que definir la jugabilidad es bastante fácil. Hemos sido capturados para participar en un concurso planetario de supervivencia llamado Dreadzone (con reminiscencias de la película ?Perseguido?, la serie de animación ?Liga de la justicia? o incluso ?Shadow of Rome?, de PS2); un entretenimiento planetario que requiere de nosotros superar ciertas pruebas de supervivencia con nivel creciente de dificultad.
A medida que avanzamos en la historia intentado escapar del confinamiento al tiempo que progresamos en el juego (y en audiencia estelar), el mecanismo será siempre avanzar y disparar, barriendo a las diferentes y numerosas emboscadas de robots y personajes de todo tipo. Escenarios lineales combinados con arenas de combate para los mejores o mayores enfrentamientos. El objetivo es siempre sobrevivir, y pocas veces explorar; disparar a diestro y siniestro es la forma de conseguirlo.
Contamos con control doble Stick para los movimientos y punto de mira y, al no disponer de selector de objetivos automático, las peleas acaban resultando demasiado caóticas en cuanto un objetivo abandona el contacto con el suelo. Al tener que cambiar el ángulo o elevación del punto de mira (ya no basta con moverse de lado a lado y seguir disparando pues todo está al mismo nivel), la dificultad de hacer diana se ve incrementada, al tiempo que la diversión cambia de registro al entrar en una dinámica tipo ?Halo? o ?Medal of Honor?, pero con menos cobertura y profundidad.
Si pudiésemos cubrirnos o disponer de alguna acción evasiva sólida (más profunda que saltar de un lado a otro), tal vez desaparecería la sensación de ser una diana móvil de fácil acierto? Aunque, para intentar despistar en este aspecto se han incluido a dos androides voladores que hacen las veces de para rayos/balas/bombas. Dos ingenios a nuestra disposición que distraen a los enemigos al tiempo que nos siguen a todas partes y colaboran en las luchas, disponiendo de habilidades propias como lanzar PEM (pulsos electromagnéticos) para romper los escudos de energía de algunos enemigos. Podemos llamarlos en cualquier momento pulsando un botón y, en cuanto pierden su energía, del mismo modo vuelven a la vida instantáneamente, sin coste de vida alguno.

Nos pueden sacar de apuros asiduamente, como los diferentes vehículos dispuestos para la ocasión; fáciles de controlar y con mayor poder destructivo. Un agradecido refuerzo para nosotros, con unas ligeras barras de energía a gastar con facilidad. Llegar a cero nos obliga a reiniciar el nivel, aunque los progresos queden marcados.
Divertido y de fácil mecánica; con gran libertad de movimiento y buena colocación de cámara, lástima que nuestra vida vuele tan fácilmente o que no se acabe de sacar todo el partido a las plataformas, porque el juego realmente entretiene?

Los personajes, estilo y ambientación se mantienen, no resultando ya tan frescos o sorprendentes; pero tenemos modo cooperativo y dos bots ayudantes.

La originalidad es el punto más débil de todo el juego. Partiendo de la premisa de encontrarnos con el cuarto episodio de una saga con poca proyección de innovación, encontrarnos con incluso un número menor de elementos con respecto a sus antecesores no es precisamente buena señal de cara a la innovación.
Con este planteamiento tan centrado en la acción, el toque de plataforma reduce su tiempo y profundidad para convertir a ?Ratchet: Gladiator? en el episodio menos variado de la saga.
La única incorporación en el juego individual se la llevan los dos robots (IA) que nos siguen a todas partes y cumplen con ciertas funciones de ayuda. Se mueven libremente, y aunque podemos llamarlos en cualquier momento, luchan por su propia cuenta.
Para ayudarnos en nuestra misión, igualmente, se han incluido diferentes vehículos con variadas características, tales como el robot armadura ?Acechador?, con grandes capacidades destructoras; un manejable buggy llamado Puma y una motocicleta voladora. Aportan algo de dinamismo o, al menos, leves cambios en un conjunto bastante similar o repetitivo, pero no salvan al juego de su carácter de dispara y avanza sin preocupaciones.

En el modo multijugador, la opción de juego cooperativo es la mayor sorpresa, por primera vez presente en la saga. Nos enfrentamos al juego individual con el mismo mecanismo y estructura, contando con un compañero (a elegir entre varias skins) en lugar de los dos robots de ayuda.
Resulta, verdaderamente, un soplo de aire fresco y una gran ayuda para disfrutar un poco más del juego; ofreciendo mucha mayor intensidad, diversión e inmersión.
En el resto de modos, tanto online como offline, las propuestas son las habituales en este tipo de segmentos, contando con modos y estructuras altamente reconocidas o clásicas. Un intento de dar vida y horas extras con un poco de buen hacer y un resultado que, por qué no, acaba resultando bastante divertido, aunque simple.

Por último, para dar un poco más de guerra, también contamos con los puntos de habilidad. Diferentes pruebas repartidas a lo largo de los 10 planetas, diseñadas para darnos verdaderos quebraderos de cabeza en algunas ocasiones. Sólo para puristas, sin mayor relevancia que intentar probar una y otra vez la misma tarea intentando hacerlo a la perfección.

Gráficos y sonido de primera. Escenarios amplios y coloridos, buenas animaciones y diseños desenfadados y simpáticos.

Como es habitual en esta saga, el apartado técnico suele alzarse con gran éxito, quedando sin problemas por encima de la media.
Comenzando con el diseño y ambientación de todo el juego, el buen humor sigue estando tan presente como de costumbre, aportando ese toque de dibujo animado a todo personaje, situación, escenario o arma.

Con un buen motor gráfico en marcha, todo el juego se mueve con innegable fluidez y soltura, contando además con un apreciable suavizado de bordes (ayudado por los diseños cartoon redondeados) que acaba de rizar el rizo del empaque técnico. Buenas animaciones, buen modelado y sólida construcción de escenarios.

La cámara, por su parte, cumple con su cometido sin estorbar o perderse, pudiendo alternar en cualquier momento con una poco útil visión en primera persona (no podemos movernos con ella).
La tasa de frames es correcta en casi todo momento, resintiéndose sólo cuando llevamos una mega arma con gran efecto visual y numerosos enemigos en pantalla.

En cuanto a la IA, lo más destacable son los dos robots automáticos que nos acompañan en todo momento. A veces dan la impresión de moverse alocadamente sin saber muy bien qué hacer o a quién atacar, pero no resulta un problema cuando somos nosotros el centro de la acción en todo momento y lo único que se espera de ellos es que acudan a nuestra llamada y sirvan bien de cebo antes las enemigos, criaturas de todo tipo que suelen intentar rodearnos y poco más. Un ejército listo para ser destruido sin mayores problemas.

En lo que respecta al sonido, más de lo mismo. Buenos efectos y música algo liviana, absolutamente intrascendente. No molesta pero acompaña, que es un gran consuelo. Nada destacable en lo negativo, ni reseñable especialmente en lo positivo.

Por su parte, el doblaje es excelente, con traducción completa. Variedad de actores con numerosos registros e inconfundible toque cómico.
Para los puristas, ?Dolby Digital ProLogic II? pero no selector de 60 Hz.