Análisis Pokémon Espada y Escudo - Nintendo Switch

A pesar de ser divertido y esconder un buen montón de sorpresas, Pokémon Espada y Escudo es la entrega principal de la saga con menos contenido y número de horas de juego. Por supuesto, uno de los principales lastres - y el fallo más demandado por los fans - es la imposibilidad de completar la Pokédex. A día de hoy, de los casi 900 Pokémon existentes, el juego incluye a menos de la mitad - 400 -, sumando 88 nuevas especies y 14 formas especiales Galar. Simplemente completar esta lista hubiera sido un enorme desafío... que se queda a medias.

Terminar la aventura principal nos llevará alrededor de 25-30 horas, dependiendo en gran medida de nuestra forma de jugar (y las criaturas que queramos capturar y entrenar). El problema es que hacerlo todo - incluyendo el pequeño desafío final - cierra el juego sobre las 40 horas, y la duración ya se reduce a los desafíosonline (que por fin han sufrido una mejora interesante, y ahora nos permiten crear torneos o luchar con reglas personalizadas) o a una de las novedades más interesantes, las batallas multijugador contra los pokémon Gigamax (gigantes), además de futuros eventos para Pokémon especiales o legendarios.

Pokémon Espada y Escudo vuelve a apostar por la genial fórmula Pokémon que tan bien conocemos, y que se mantiene incombustible después de 8 generaciones de criaturas. Aunque no hay nuevos tipos base (sí veremos combinaciones inéditas) el equilibrio de juego, con los ataques súper efectivos y los que apenas nos hacen daño, sigue dando muchísimo juego, y abarcando mil opciones y estrategias. En Galar se han multiplicado también las opciones para la naturaleza - habilidades innatas - de los Pokémon, y esta vez es mucho más sencillo intercambiarlas, mejorar nuestras estadístticas y crear a la criatura de batalla perfecta, y al equipo más equilibrado.

La gran novedad de esta entrega, las Gigaevoluciones / Evoluciones Dinamax es también un punto que valoramos mucho, ya que en batallas 1 vs. 1 añade nuevas posibilidades y estrategias de batalla. Saber cuándo hacer crecer a nuestra criatura y usar sus habilidades más destructivas es fundamental para la victoria, al igual que reservarnos ese as en la manga. Lo iremos viendo - y disfrutando - poco a poco. Eso sí, que nadie espere enormes retos, que el título es bastante tranquilito en ese apartado...

Para nosotros, el talón de Aquiles de Pokémon Espada y Escudo. Si bien es cierto que hay ideas interesantes y originales - las evoluciones Gigamax nos han gustado mucho más que los Ataques Z, y rescatan de una forma muy divertida a Pokémon clásicos - se echa en falta más tiempo de desarrollo, contenido y atención a los detalles. Ya no se trata solo de dejar a cientos de Pokémon fuera del cartucho, se trata de la forma en la que se han recreado los incluidos, que se haya reutilizado la idea de las formas Alola (aunque en nuestra opinión, de forma menos inspirada), o en la vuelta de los gimnasios, no tan inspirados como en otras entregas. Incluso la fórmula normal tiene un desarrollo un tanto monótono y menos inspirado, y en una región con tanta magia y misticismo como prometía Galar, eso es un escollo difícil de superar. ¿Y solo 3 legendarios...?

¡Ojo! No estamos diciendo que todo sea malo, ni mucho menos. Nos han gustado muchas criaturas de la Octava Generación, hay diseños muy chullos y detalles muy cuidados (desde la Switch con los colores de la nuestra en casa del protagonista a la forma fantasma de Corsola, un grito de denuncia al calentamiento global), hay opciones de juego online y batallas cooperativas... pero nos queda la sensación de que todo podría haber dado más de sí.

A nivel visual Pokémon Espada y Escudo es, sin duda, la entrega más espectacular y gráficamente más sorprendente de la saga, especialmente a nivel artístico y de detalle. Hay un enorme salto sobre lo visto en Sol y Luna, y todo ha ganado en espectacularidad, especialmente las ciudades - con localizaciones preciosas -, los Pokémon y sus ataques, los efectos de luz, nuestro protagonista, mucho más personalizable... y así, un sinfín de aspectos. Pero ¡ojo!, que aún hay elementos muy mejorables, como la resolución, la distancia de dibujado (hay elementos que se generan al lado nuestro, con un popping brutal), zonas un tanto vacías y, sobre todo, más detalle para la animación de los Pokémon, pensando además que ni siquiera se ha hecho el trabajo para el 50% de especies...

En el apartado sonoro, luces y sombras. En el lado positivo tenemos que destacar una estupenda banda sonora - de Minako Adachi y Go Ichinose - con temas muy pegadizos y que multiplican la emoción de los combates, con versiones especiales para cuando la batalla está en su punto final... Pero también hay un lado negativo, y es la incomprensible falta de voces, junto a los pobres sonidos de los Pokémon. Quizá si todo hubiera dado un salto cualitativo sería más fácil pasar esto por alto, pero no ha sido así. Como broche, una traducción al castellano impecable (y muy rica en matices).