Otro de los títulos iniciales de PS3 ha sido este Motorstorm, uno de los primeros en ser mostrados en el 2005 para la nueva consola y que para el que había una enorme expectación por ver si los chicos de
Evolution Games eran capaces de recrear lo mismo que en aquel vídeo inicial. El resultado final se aproxima bastante a lo que en su momento se pudo ver, con un título realmente espectacular a nivel técnico y extremadamente divertido y adictivo en su funcionamiento. Ante todo, éste es un juego que abandona cualquier tipo de complicación en su funcionamiento o su control para ofrecer adrenalina en estado puro. Lo que nos propone son carreras totalmente arcades y desenfrenadas (sin reglas) en diferentes tipos de circuitos ?
off-road? o naturales los cuales han sido ambientados en el famoso monumento estadounidense
Monument Valley, para lo que sus responsables tomaron muchas horas de vídeo para intentar reflejar el verdadero ambiente del lugar, y el cual han conseguido sobradamente.
Sin embargo, el punto fuerte de este Motorstorm reside en el núcleo del juego, los vehículos. Tenemos varios tipos distintos a elegir entre motos, quads, 4x4, rancheras, camiones y vehículos de rally.
Gracias a un excelente engine físico desarrollado para este título (utiliza Havok), cada vehículo tiene un comportamiento distinto en carretera dependiendo del tipo de superficie y del peso del vehículo. A priori, todos los vehículos tienen la misma velocidad punta lo que iguala las fuerzas de todos los participantes, pero cada uno tiene unas cualidades que lo hacen mejor para según qué superficie. En un extremo están los camiones, los cuales debido a su enorme peso arrancan con dificultad y se mueven de forma torpe, pero gracias a su volumen, cuando atravesamos tramos de barro será el vehículo que menos derrape fijándose más a la carretera, votan mucho menos al caer desde grandes alturas que los demás haciéndolo más estable y tienen un volumen tal que ningún otro vehículo es capaz de desplazarlos. En el otro extremo están las motos, las cuales arrancan con mucha velocidad, son muy rápidas de controlar y girar, pero su escaso peso hace que sean prácticamente incontrolables en el barro, salgan despedidas en los saltos a grandes alturas y son tremendamente endebles contra cualquier otro en carretera.
A todo esto hay que unir la estructura de cada circuito y su topografía, con distintas rutas interconectadas para llegar a la meta y donde en cada una encontraremos tramos con distintos tipos de superficie como barro, tierra, asfalto y piedra, además de subidas, bajadas, saltos o rampas. Todo ello hace que dependiendo del vehículo que seleccionemos debamos escoger una u otra ruta que mejor se adapta a las características del mismo, donde se agarre mejor, coja más velocidad, etc.
Todos los circuitos son enormes y ofrecen una enorme cantidad de posibles rutas que tomar, algunos más que otros, pero que en su mayor parte estarán interconectadas de forma que si nos salimos de una, siempre podremos seguir por otra aunque no sea tan favorable. Por supuesto, en cualquiera de ellos encontraremos obstáculos como enormes piedras, chatarra o trozos de chapa que nos dificultarán el camino, aunque como decimos, el peso de los vehículos será fundamental a la hora de decidir si los arrollamos o debemos esquivarlos para no saltar por los aires.