Análisis Medal of Honor - Sabor agridulce

Nos ha quedado un sabor agridulce tras haber jugado a Medal of Honor. Hay cosas que nos han gustado, cosas que vemos mejorables en próximas secuelas y otras que no sabemos muy bien por qué han sido desarrolladas de esta forma, sobre todo teniendo en cuenta que Electronic Arts pretende hacer de este título una franquicia que compita directamente con Call of Duty. Lo más flojito resulta el modo para un jugador, muy escaso en posibilidades ya que la campaña no llega a durar ni cuatro horas, incluso en el modo difícil, y además es poco rejugable al contar con un desarrollo muy lineal, variado (vehículos y a pie) pero sin objetivos secundarios o búsqueda de objetos. La historia no está mal, más simple que CoD (lo que agradecerán algunos aficionados a los FPS, y otros no tanto) aunque siga una mecánica parecida, la de alternar dos puntos de vistas de una misión global común. Aparte del modo historia principal, el juego cuenta con otra posibilidad para un jugador, y es la de jugar el juego en un modo Time Trial o por tiempo del modo historia donde los disparos a la cabeza a cada enemigo pararán el crono, cuyo único objetivo es formar parte de una clasificación online y la de obtener logros y trofeos, lo que resulta muy escaso.

Donde sí que no han escatimado esfuerzos ha sido en la ambientación. El equipo de Danger Close, desarrollador del modo historia, ha contado con un puñado de asesores militares para conseguir que la sensación de realismo sea muy grande, utilizando situaciones, escenarios y armas reales, todas ellas recreadas a la perfección. También el apartado técnico ayuda a esta sensación tan inmersiva gracias al uso del Unreal Engine, con unos escenarios, iluminación y modelados de personajes realmente espectaculares que están por delante incluso de los vistos en los juegos de la competencia directa, así como una banda sonora de lujo muy ambiental culminada por el tema final de Linkin Park, The Catalyst. Aún así, no está exenta de problemas. Las versiones de PC y PS3 son algo más sólidas que la de 360, con menos elementos que parpadean en el escenario, cosa que no sería mala si no fuese porque la versión Xbox 360 sufre ralentizaciones puntuales (algunas brutales), además de algunos errores que deberían haber sido controlados. El caso es que nuestro personaje es ordenado ir tras nuestros compañeros ´a las seis ´ (detrás de él, con lo fácil que sería decir esto?), y si somos de esa clase de jugadores que van un poco a nuestro aire, el juego no reaccionará bien en ciertos momentos, por lo que tendremos que retirarnos y volver sobre nuestros pasos para que el juego reconozca que hemos llegado al punto y nos deje seguir.

Por último, destacar que a pesar de todo esto encontramos algunas misiones de estas que se quedan grabadas en la memoria y que recordaremos durante tiempo (la de la cabaña, por ejemplo), dejándonos al final con ganas de mucho más y preparándolo para su segunda parte (¿Turquía?)

El multi es lo mejor del juego con diferencia. Desarrollado por DiCE (Battlefield) con el Frostbite Engine, es otro juego diferente al modo para un jugador, incluso en el control, lo que hará que después de habernos hecho con el manejo del single player (prácticamente los mismos que en CoD) tengamos que cambiar y acostumbrarnos a éste (¿bueno o malo?). Nos permite escoger entre tres clases distintas, Fusilero, Operaciones especiales y Francotirador, que aunque en un principio son bastante similares entre sí, a medida que las aumentemos de nivel (de forma independiente cada una) iremos notando diferencias. Por ejemplo, el nivel 1 del franco tiene un arma principal bastante ´sosa´, de características (y aspecto) muy similares al arma principal del fusilero con algo más en potencia de ataque, mayor distancia y sin ráfagas, pero a medida que subamos de nivel conseguiremos mejorarla muchísimo hasta un excelente arma de francotirador (accesorios, nuevas armas, lo típico). Desde el principio podremos ver todas las opciones para desbloquear de nuestros personajes en todos los niveles, lo que nos permitirá poder elegir qué personaje vamos a utilizar en cada partida, según nos interese subirlo (u optar por uno solo).

El diseño de mapas resulta cuando menos extraño, pero acaba funcionando. Al ser un juego ambientado en su totalidad en Afganistán, encontraremos zonas desérticas muy llanas (salvo una excepción) combinadas con pequeñas colinas, todas ellas al aire libre, lo que unido al tipo de armas y desarrollo general de las misiones, nos hará tener que jugar de forma distinta a lo que estamos acostumbrados en CoD, Bad Company o incluso en anteriores entregas de esta saga. También hay que olvidarse de la complejidad de estos títulos, ya que nos encontraremos con un tipo de juego mucho más accesible con mapas más cerrados (tranquilo, snipers, que también hay zonas para vosotros) que fomentan el juego más directo y menos estratégico.

En cuanto a las posibilidades de juego, tendremos cuatro modos de juego (todos conocidos) y el doble de mapas para juego en equipo, lo que se nos antoja escaso para los tiempos que corren, aunque muy variados entre si. El matchmaking es un tanto raro ya que no suele funcionar demasiado bien al formar grupos de jugadores (12 vs 12 el máximo) que se mantienen casi intactos en partidas sucesivas, por lo que si está descompensado en una de ellas, seguirá así hasta que los jugadores cambien.

Con todo ello, podríamos decir que a pesar de ser lo mejor del juego, también está por debajo de nuestras expectativas (la competencia es muy dura hoy en día). Está más o menos bien porque resulta muy divertido, y eso que las primeras partidas resultan extrañas hasta que nos hacemos con él (sobre todo para jugadores acostumbrados a otros juegos similares), pero servirá para extender la vida del título un buen puñado de horas más.

Algunas de las misiones del modo historia son excelentes, con una gran tensión sobre todo en el nivel más difícil. En cuanto al multi, una vez nos hemos acostumbrado al sistema de juego, se hace muy divertido.

Gracias al multijugador, tendremos un buen puñado de horas, aunque el modo campaña se acabe en menos de cuatro horas. El manejo es sencillo, tanto en el modo para un jugador como el multi, que incomprensiblemente resultan distintos entre si. Cuatro modos de juego y ocho mapas no están mal, pero es escaso.

La ambientación en Afganistán hace que el diseño de mapas sea algo distinto a lo que estamos acostumbrados. Aún así, salvo pequeños detalles puntuales, como pedir munición a nuestros aliados o ciertos objetivos a cumplir en misiones, es idéntico a otros juegos que ya existen, tanto en el multijugador como en el modo campaña.

Excelente en todos los aspectos, modelado de personajes, animación con captura de movimientos, iluminación, enormes escenarios plagados de detalles, además de una banda sonora que acompaña perfectamente. Lástima de esas ralentizaciones y de algunos fallos técnicos.