Ya nos extrañaba que el personaje más deportista de los videojuegos no hubiera estrenado ningún juego del género en
Nintendo DS; después de
jugar al tenis, golf, baseball, fútbol, bailar, disputar carreras de snowboard y convertirse en pelota de pinball, a Mario le toca demostrar que es un genio jugando al basket.
De la mano de
Square Enix, los personajes del mundo de
Mario se convertirán en maestros del balón, los rebotes y machaques
gracias a la pantalla táctil de la consola. ¿Logrará Mario brillar en el baloncesto 3 contra 3 como en el resto de deportes? ¿Estamos ante un triple limpio o ante una canasta marrullera en el último minuto?
A nivel jugable,
el protagonismo absoluto del juego es el nuevo control táctil; pasar, robar y tirar a canasta dibujando líneas y botar pulsando la pantalla con el
stylus es, sin duda, la salsa del juego.
Aunque el control no resulte demasiado intuitivo, con un completo tutorial y algunos partidos de calentamiento nos haremos rápidamente con el juego, aunque también tendremos la posibilidad de jugar con un control más tradicional (botones).
Quizá el punto más discutido pueden ser los tiros especiales (posiblemente la diferencia más significativa entre los personajes), que se realizan
dibujando en la pantalla un motivo; una
M, una
L? El problema es que si bien para unos es muy fácil, para otros personajes puede resultar complicado hacerlo correctamente (y más en la tensión de un partido), y si optamos por el control clásico es casi imposible cambiar a tiempo.
Los primeros partidos del juego se convierten en un paseo; el botar la pelota en puntos con iconos de monedas nos dará puntos que se sumarán al meter canasta,
por lo que una canasta suele suponer decenas de puntos de golpe y machacar a los equipos en los niveles normales resulta demasiado fácil por una baja I.A. Afortunadamente, al profundizar en el juego y sacar la
Copa de la Estrella y los niveles de dificultad más avanzados la cosa se complica exponencialmente.
Si nos decidimos por el modo
versus (que permite hasta 4 jugadores) tenemos posibilidad de jugar con un solo cartucho, pero las opciones son muy limitadas. El título gana muchos enteros con varios cartuchos y rivales a nuestra altura, aunque como las condiciones son difíciles de reunir
uno echa en falta un modo Wi-Fi, que hubiese multiplicado las horas de juego?
Que
Mario protagonice un juego de deportes es algo poco sorprendente; sin embargo,
Square Enix ha sabido enriquecer la acción más allá del control
para crear una experiencia novedosa. Una de las bazas más sonadas en el apartado es la adicción de
personajes de Final Fantasy, aunque en lugar de tirar de caras conocidas
se han elegido personajes genéricos: una maga blanca, un mogurito, un cactillo? que no desentonan con la estética del juego.
Al igual que las leyes de la física, las del baloncesto se ven totalmente ignoradas por tiros especiales que valen decenas de puntos, pistas llenas de peligros y objetos especiales (como conchas, estrellas, rayos?),
que si bien disparan la jugabilidad pueden frustrar a los que busquen un desarrollo mínimamente realista. A nosotros, desde luego, nos ha convencido el estilo arcade?
Llegamos al apartado técnico,
donde el juego brilla con luz propia;
Square Enix se ha hecho a la perfección con las capacidades gráficas de
DS, consiguiendo un título
en 3D sólido, colorista, muy bien animado y sorprendentemente rápido. Con pistas interactivas, seis personajes simultáneos en pantalla y estupendos efectos para acompañar los especiales,
Mario Slam Basket es uno de esos juegos que entra por los ojos.
A nivel sonoro el resultado también es brillante, con melodías sólidas (algunas muy épicas, para los equipos de
Final Fantasy) y FX variados para ambientar perfectamente los partidos.
Lo único que queda un poco cojo es el modo multijugador, que con un cartucho cansa demasiado rápido, y al no tener
Wi-Fi se complica lo de encontrar rivales.