Xenoblade nos llega con una excelente carta de presentación, encabezada por las excelentes críticas de la prensa internacional y un equipo de desarrollo de lujo, que tiene en su
palmarés joyitas del rol nipón tan valoradas como
Xenosaga (PS2) y Baten Kaitos (Gamecube. Sin embargo, tener el listón tan alto puede ser un arma de doble filo... ¿Está a el juego a la altura de lo esperado? La respuesta es un
sí rotundo.
La historia nos lleva a un mundo creado sobre el cuerpo de dos gigantes muertos, con dos razas en guerra; los
Humas (humanos) y los
Mekon (máquinas vivientes). Diezmados por el poder de las máquinas y sus continuos ataques, los humanos sobreviven en colonias, y su única esperanza es la misteriosa espada
Monado, que esconde un increíble poder... Aunque no todo el mundo es capaz de liberarlo.
Uno de los puntos más fuertes de este juego de rol es su sistema de combate, un excelente híbrido entre acción por turnos y tiempo real, en el que
controlamos a un personaje y damos órdenes al resto del equipo, algo que inicialmente puede recordar a títulos como la saga
Tales... o al controvertido
Final Fantasy XII,
aunque Xenoblade pronto toma su propio camino, se desmarca y abre un enorme abanico de posibilidades. Al principio nuestra única preocupación es buscar por dónde atacar al enemigo y hacer más daño con nuestra
paleta de ataques (que utiliza la cruceta), con golpes frontales, laterales y traseros, pero pronto la cosa se va animando con factores como la tensión / la rabia (que potencia nuestros golpes / los del enemigo), el uso de la espada mágica
Monado (única forma de dañar a ciertos enemigos), los ataques en cadena, la barra de equipo o las visiones de
Shulk, nuestro protagonista. Veamos algunas de ellas en detalle:
- Los golpes especiales no requieren el uso de
Puntos de Magia, se recargan con el tiempo. Esto nos obliga a estar cambiando continuamente de estrategia mientras luchamos, intercalando distintos tipos de golpes especiales (laterales, por la espalda...) y esperamos que otros estén listos. Si no lo están, nuestro personaje atacará automáticamente con un golpe normal. Las habilidades especiales van apareciendo con cada subida de nivel, y se determinan por un árbol de habilidades, que esconde muchas (y muy interesantes) sorpresas.
- El juego de equipo es fundamental. Aunque comenzaremos centrados sólo en
Shulk pronto tendremos que ir preocupándonos del rendimiento de todo el equipo, y de la aparición de una barra especial (de grupo) que nos da grandes habilidades ofensivas y defensivas. Dividido en segmentos, podemos usar este poder para realizar un devastador ataque encadenado entre todos los miembros del equipo o para acciones defensivas, como eliminar un estado alterado o levantar a un personaje caído. Preocuparnos de otros héroes también hará subir su nivel de tensión (efectividad en el combate) y mejorará los lazos entre personajes, algo interesante también fuera de la batalla.
- Los ataques encadenados, además de espectaculares, son claves luchando contra los jefes, ya que multiplican el daño que podemos causar por separado. Estos golpes incluyen también una especie de minijuego en el que tenemos que pulsar B en el momento justo, y si lo hacemos bien podemos seguir encadenando ataques distintos hasta que nos agotemos o fallemos (cada vez es más difícil).
- Las visiones son un punto interesante y estratégico en los combates más complicados del juego. Se nos mostrará en una zona superior de la pantalla cuánto falta para que el enemigo dé un potente golpe a alguien del grupo, y qué ocurrirá (si muere, queda paralizado, debilitado...). Nuestra misión es tratar de cambiarlo con distintas estrategias: potenciar al personaje para que aguante el golpe, hacer que otro miembro del grupo que aguante mejor haga de cebo, detenerlo usando un golpe que lo paralice... Es emocionante y muy divertido.
Más allá del combate,
la exploración y el descubrimiento es otro de los puntos brillantes del juego; cada localización esconde decenas de secretos, tanto de día como de noche (los cambios en la ambientación de los escenarios son también sobresalientes), y explorarlos resulta un auténtico placer, buscando nuevos enemigos entre la fauna o tesoros escondidos en el suelo; hay centenares de objetos de lo más variado. Y es que si hay algo que destaca con claridad en
Xenoblade es la escala; el colosal tamaño de los escenarios (abiertos y con un excelente sistema de streaming para las cargas, que hace la experiencia mucho más inmersiva), las enormes posibilidades del sistema de combate, la cantidad de misiones secundarias que complementan la historia...
Hablando de misiones secundarias,
trazar el árbol de relaciones entre personajes es otro añadido muy interesante para la trama principal. Conforme avanzamos y ganamos confianza con nuestros aliados, nos vamos convirtiendo en una persona cada vez más
famosa y confiable dentro de la colonia, lo que se traduce en
más misiones disponibles. Si las vamos realizando iremos descubriendo también más sobre los personajes secundarios del juego, y las relaciones entre sí: amistad, amor, parentescos... A veces resulta sorprendente. Aquí también tenemos que destacar un interesante sistema de
Puntos de Referencia, que no sólo facilitan el orientarnos al explorar, más adelante nos permitirán movernos rápida e intuitivamente entre localizaciones ya exploradas, haciendo la experiencia más dinámica y divertida.
Equipar a nuestros héroes es otro punto que tenemos que destacar, porque tiene 2 aspectos brillantes. Por un lado
con nueva equipación puede cambiar completamente la apariencia de nuestros héroes - siempre es mucho más interesante que comprar una
armadura de dragón y ver al héroe exactamente igual, con bermudas y camiseta -, y por otro la posibilidad de mejorar el equipo con gemas especiales. La búsqueda de gemas y un adictivo mini-juego nos permiten equipar gemas potenciadoras en determinadas prendas (las que tengan ranura, al estilo
Final Fantasy VII), lo que nos permitirá hacer nuestras armas y armaduras mucho más letales. En el minijuego de forja influye también la
relación entre los personajes; trabajando en equipo podemos conseguir resultados sorprendentes...
¿No hay
puntos débiles en la propuesta? El único que hemos encontrado ha sido un
acabado gráfico mejorable en algunos aspectos, y es que a pesar de la enorme escala de los escenarios resulta difícil pasar por alto objetos completamente poligonales (puntualmente, pero...) o algún problemilla de
flickering (polígonos que aparecen y desaparecen). Con todo hay que tener en cuenta que hablamos de
Wii, y que en ambientación y tamaño de escenarios este juego le da un repaso a la gran mayoría de
RPGs nipones de
PS3 y Xbox 360...
A nivel de sonido el juego es mucho más brillante, con una genial banda sonora (que podéis descargar gratuitamente registrando el juego en
Nintendo antes del 30 de Septiembre), estupendos FX y un doblaje dual en inglés / japonés. Y, por supuesto, como todos los juegos editados por la
Gran N nos llega con una
impecable traducción al castellano que va más allá de la literalidad y le da
vida a los textos.
Como conclusión,
Xenoblade es un imprescindible para los amantes del rol nipón y una prueba de lo que pueden dar de sí el género de los
J-RPG cuando las cosas se hacen bien, y no se abusa de fórmulas archi-repetidas.