Tras el camino más serio y adulto marcado por
Xenoblade X los chicos de Monolith nos sorprenden con una vuelta a los orígenes y un
RPG de corte muy japonés, la entrega más colorida y desenfadada de la saga. La idea de las
Blades, espadas de enorme poder que toman la forma de chicas cuando no están en batalla es el eje argumental de esta entrega (y la excusa para mostrar algunos momentos de
fanservice, aunque siempre dentro del buen gusto). La idea de poder reclutar y personalizar a muchas de ellas es todo un reclamo y un punto muy a valorar, ya que dispara la rejugabilidad del título.
Para nosotros uno de los mayores valores de
Xenoblade Chronicles 2 es su mundo, gigantesco y sorprendente, con magia y tecnología conviviendo, pero sobre todo lleno de encanto, sorpresas y muy bien cohesionado. Descubrir sus secretos es todo un placer, y una experiencia brillantemente diseñada. Además, la historia está muy bien hilada y va de menos a más.
Hay que recalcar que, a pesar del '2' en el nombre nos encontramos con un título perfectamente disfrutable sin haber jugado al primer Xenoblade... Eso sí, nos perderemos algunos guiños y curiosidades si no hemos jugado a la entrega de Wii.