Sin duda, lo más flojo de
White Day: A Labyrinth Named School es su apartado técnico. Creado como juego para móviles y posteriormente adaptado - sin grandes esfuerzos - a PC, nos encontramos en PS4 un título bastante pobre en todos los sentidos: modelados, animaciones, iluminación, motor gráfico... Básicamente, lo que sería un juego mediocre incluso en la generación pasada, tanto que a veces incluso
afecta a la capacidad de inmersión.
La banda sonora sí es bastante mejor, al igual que los FX, muy cumplidores... El problema es que se repiten demasiado, llegando al punto en el que dejan de sorprender, lo que también afecta a la inmersión. Quizá el punto más brillante del apartado (y el que lo libra del suspenso) es la traducción al castellano, siempre de agradecer.