Análisis WarioWare: Move It! - Mueve el esqueleto con un montón de minijuegos

Con más de 200 minijuegos disponibles, terminar el modo historia de WarioWare: Move it! nos llevará en torno a las 2 horas en nuestra primera partida, aunque afortunadamente hay mucho más contenido, ya que hay juegos que no nos aparecerán directamente, otros que son muy adictivos y tienen distintos niveles de reto, y luego los que solo están para duelos con amigos. Así, para desbloquearlo todo en condiciones podemos estimar al menos el doble, y ese es el punto de partida...

Y es que, como en la mayoría de entregas de la saga WarioWare, la sal está en el multijugador, que aquí llega hasta 4 personas, y para sacarle partido lo suyo es tener 4 joy-cons (aunque algunos juegos se pueden solventar pasando el mando, no es muy recomendable). Para nosotros lo más divertido han sido los duelos de 2 jugadores utilizando dos mandos, ya que son más intensos, largos y un poco más estratégicos (dentro de la locura que es esta saga), y también los retos cooperativos, muy divertidos.

La fórmula de juego base de WarioWare: Move it! es clara: prepárate para moverte y sacarle partido a tus Joy-Con. Gracias a las ideas más sorprendentes - y estrafalarias - que podáis imaginaros vamos a agitar, equilibrar, escanear, coordinarnos en distintas poses... y así superar una colección frenética de minijuegos que nos irán viniendo de forma cada vez más rápida, hasta coronar con un juego más largo y complicado que sirve como jefe. La verdad es que la calidad y variedad de retos es enorme, y es especialmente brillante el desarrollo de retos para dos Joy-Con en cada mano (y con su correa, que también se le saca partido en algún minijuego). Hay que destacar que tampoco es el típico juego para jugar en modo portátil, aquí la gracia está en moverse.

Por supuesto, una vez superado el breve modo historia llega el momento de un competente multijugador, aunque ¡ojo!, para sacarle partido lo suyo es tener un par de juegos de Joy-Con, algo que no es demasiado sencillo... Tenemos así juegos 1 vs. 1 pero con 2 Joycon, u otros para 4 jugadores en los que cada uno necesita su propio mando. Esto es algo muy a tener en cuenta, ya que hay pruebas y retos que de lo contrario se vuelven inaccesibles (e incomprensiblemente, no podemos jugar contra bots para completarlos).

Sin duda, la mayor fortaleza de WarioWare: Move it! es lo original e innovador que resulta a nivel de control, gracias a usos realmente creativos de los sensores de movimiento, cámara inflarroja... incluso las correas de los Joy-Con. A esto le sumamos la colección de pruebas más absurda y gamberra que se os pueda pasar por la cabeza, pasando por unas cómicas posturas para sujetar el mando, y ya tenéis la fórmula para varias tardes de carcajadas. Mención especial merecen los homenajes a clásicos de Nintendo, a cargo de 9-Volt y sus amigos...

Es cierto que no es revolucionario a nivel de juego (al fin y al cabo, la fórmula base de los microjuegos lleva siendo la misma desde GameBoy Advance), pero ya vamos teniendo cada vez más profundidad e interés gracias una historia (disparatada pero muy divertida), más desarrollo de los personajes secundarios (en especial, Ashley, que se merece un juego propio), y un estilo visual único e impactante que enriquece mucho la acción, a cargo de Ko Takeuchi y Hiroki Kawamae.

El apartado gráfico de WarioWare: Move it es, sin duda, su aspecto más flojo. Aunque se haya apostado por un apartado visual minimalista y se haya priorizado una dirección artística muy original y rompedora, a nivel técnico nos encontramos con un título que bien podría haber salido en Nintendo 3DS, si no fuera por la mayor resolución y algunos vídeos. Está claro que la prioridad ha estado en el aprovechamiento de las posibilidades de los Joy-Con, no de la potencia de la consola, y no hay ningún alarde gráfico...

La banda sonora funciona muy bien con composiciones rápidas y vibrantes que se van acelerando conforme vamos superando retos; corren a cargo de Jo Kondo, Haruno Ito y Shomo Murata, que han hecho un grandísimo trabajo ambientando los esperpénticos niveles y frenéticos duelos. Sorprendente resulta el hecho de encontrarnos con un doblaje al castellano (además, de mucha calidad, como ya pasó con la entrega anterior), un extra muy de agradecer.