Análisis Warhammer Chaosbane - Una gran licencia desaprovechada en una action-rpg del montón

Chaosbane es un juego divertido, eso no se lo podemos negar, sobre todo a nivel jugable y jugando en cooperativo que cumple con lo que se espera de un juego de estas características. Buen sistema de control, 6 niveles de dificultad para crear una partida a nuestro gusto y un sistema de personalización y evolución de nuestro personaje con cierta profundidad que hace que queramos seguir jugando para ver cómo podemos potenciarlo al máximo. Hasta aquí todo bien, ya que si no has jugado a ningún juego similar anteriormente o esperas exactamente la misma experiencia que a cualquier otro que hayas jugado hace poco, esto es justo lo que te vas a encontrar. El problema está en no aportar nada al género y quedarse al inicio de algo que podría haber sido bueno, realmente bueno, y al final tenemos una historia sosa, unos personajes que no generan nada de interés o un árbol de habilidades de nuestro personaje que se queda a las puertas de ser interesante.

En cuanto a su duración, diríamos que es escasa para esta clase de juegos. Cuenta con cuatro episodios divididos en pequeños capítulos o misiones que nos harán visitar los mismos escenarios una y otra vez y que tendremos que hacerlas obligatoriamente porque no hay otra cosa que podamos hacer mientras jugamos. Cada uno de estos episodios serán de entre 15 y 20 minutos más o menos contando con unos cuantos por capítulo, lo que hace un juego de entre 6 y 8 horas de duración total. Los propios desarrolladores nos dicen que el juego tendría más de 30 horas, ya que podemos cambiar de personajes y volver a jugarlo todo desde el principio, o bien intentarlo nuevamente con un nivel de dificultad más elevado, pero una vez finalizado el juego no le vemos demasiado interés el repetir exactamente igual todo, sin modificar las misiones de ninguna forma, ni sus objetivos o escenarios, y tampoco hay mucha diferencia entre los personajes como para que la experiencia de juego resulte diferente. Está claro que controlar a un mago (Elontir, el Alto Elfo) no es lo mismo que al enano (Bragi Muerdehachas), y aún así una vez finalizado con un personaje no presenta demasiado interés en intentarlo con otro distinto.

Las opciones de juego de Chaosbane son bastante escasas, aunque son las típicas que podemos encontrar en un juego de estas características. Hablamos de un juego con un modo historia dividido en 4 capítulos (con una promesa de DLC tras su lanzamiento) con una estructura lineal en cada capítulo sin posibilidad de repetir las misiones una vez realizadas. Cuando acabamos con el enemigo final del capítulo nos permite dos nuevas opciones como son explorar la zona ya visitada (para lootear y algo más difícil) y volver a enfrentarse al enemigo final. Esto le da una vida bastante corta, ya que la mayoría de los jugadores no rejuegan lo mismo con sus diferentes personajes (cuatro en este caso) para obtener una experiencia diferente, y en el caso de Chaosbane la experiencia, historia y el resultado final de todo es el mismo, salvo por el obvio cambio de las habilidades de cada personaje.

En cuanto a su sistema de control también cumple con lo esperado en un juego de estas características, copiando en exceso a Diablo 3 con una habilidad asignada a cada uno de los botones, algunas automáticas y otras que necesitan un tiempo de refresco para volver a ser utilizadas. No podremos mover la cámara, lo que deja el analógico derecho de adorno. Se podría decir que el contenido endgame puede hacer más interesante el juego añadiendo niveles de dificultad (es bastante bajo por regla general), nuevas opciones de juego y un modo permadeath que tampoco tiene, y aunque sea gratis debería haberse añadido al juego antes de su lanzamiento para que tuviese algo para incentivar a los jugadores a seguir más horas delante de la pantalla.

El equipo de desarrollo Eko Software, con un buen puñado de juegos a sus espaldas, parece que ha pagado la novatada de desarrollar un juego de estilo Diablo por primera vez, y ha cogido demasiados elementos (todos) del juego de Blizzard intentando adaptarlo a un universo rico en matices que no han sabido plasmar de ninguna forma. Ni la historia, ni los personajes, ni las opciones jugables, ni en el factor sorpresa (que no tiene por ningún lado) han sabido crear una experiencia grata que haga que el jugador quiera seguir jugando, salvo si juega en cooperativo y simplemente por el hecho de finalizarlo.

Se le echan en falta muchos elementos, y si lo comparamos con Diablo 3 (recordemos, un juego que tiene 7 años de antigüedad) vemos que el juego de Blizzard cuenta con mejores personajes, mejor historia, un árbol de evolución de personajes más trabajado, un sistema de looteo que hacía que siguiera queriendo jugar en diferentes niveles de dificultad simplemente para ver qué te tocaba y cómo podrías seguir evolucionando, e incluso mejor apartado técnico en todos los sentidos (que, además, estaba traducido y doblado mientras que Chaosbane solo está traducido).

A nivel gráfico el juego responde bastante bien, principalmente por la cantidad de enemigos y detalles que aparecen en pantalla, incluyendo cuando tenemos cuatro jugadores en cooperativo, y sin ralentizaciones aparentes. El detalle de los protagonistas que se van equipando con toda clase de nuevas vestimentas o tatuajes aparece muy bien reflejado también en el juego y cumple muy bien con su cometido en todos los aspectos. El aura que envuelve al juego también lo hace a nivel gráfico, y no vemos ningún elemento que destaque del resto, ni en efectos, ni en el diseño de protagonistas o enemigos, ni en el de los escenarios que además se repiten hasta la saciedad en cada capítulo al obligarnos a realizar en repetidas ocasiones misiones que pasan por el mismo sitio una y otra vez.A nivel sonoro contamos con voces en inglés de los protagonistas que están acorde a sus personajes y a los que les faltan matices para ser creíbles (lo que ya hemos comentado de ser demasiado arquetipados y escuchar todas sus frases con condescendencia en el caso del alto elfo o brabuconería en el caso del enano, por nombrar dos ejemplos). Contamos con la traducción de todo el juego, lo cual es un acierto para hacerlo más accesible, aunque tampoco es demasiado necesario ya que tendremos que probar la mayoría de habilidades y hechizos para saber su funcionamiento real a pesar de tener un nombre traducido, y siendo la historia tan lineas tampoco se pierde uno mucho. Aún así, positivo que esté traducido.