Voyage - Análisis del viaje cooperativo que toma a la narrativa como protagonista

Voyage es una experiencia de esas que merece la pena ser vivida por muchos jugadores, especialmente para tomar un descanso de esas maratones de juegos de acción o estresantes que pueblan nuestras consolas y PC, o si quieres probar algo diferente. Es como una película de algo más de dos horas en la que te cuentan el viaje de una civilización y en la que dos personajes se ven envueltos realizando el mismo viaje que hicieron ellos para conocer lo que ha sucedido. Al tener un desarrollo relativamente sencillo y lineal es complicado quedarse enganchado en alguna parte, por lo que te vas a quedar sin juego muy pronto, aunque claro, no es el típico juego con desarrollo extenso, mecánicas complicadas, o historias enrevesadas que desentramar. Es más; hablamos de uno de esos juegos que consideramos como experiencia y no como juego, por lo que es normal que nos quedemos sin ella, y que quizás queramos volver más adelante a darle un nuevo recorrido por si nos quedamos sin algo interesante que echarnos a la boca y que pasamos por alto gracias a su narrativa, que es sin duda lo mejor del juego.

La historia de Voyage es curiosa, pero sin duda lo mejor es la forma de contarla. La vamos conociendo en base a escrituras en los muros, personajes en el fondo que hicieron un viaje, y a nuestros propios personajes que realizan el mismo recorrido que hicieron ellos. Hay un buen puñado de elementos que nos sirven para conocer más del juego, y si eres de esos que buscan retos probablemente pensarás que el juego no es para ti o que no te cuentan nada realmente interesante. Aún así, Voyage es una experiencia de lo más enriquecedora y que utiliza algunas técnicas narrativas ya vistas en otros muchos juegos combinadas con otras curiosas e imaginativas para resolver lo que le pasa a nuestro protagonistas, quiénes son, y de dónde vienen.

Volvemos a repetir que tratamos a Voyage como una experiencia y no como un juego. Y este puede ser uno de los grandes problemas que puede tener para los que buscan, precisamente, un juego al que pasar un buen puñado de horas, con mecánicas de juego originales, y algunos puzles interesantes. Los tiene de hecho, pero quizás con el problema de que son muy pocos y nada complicados, por lo que es muy fácil quedarse sin juego en demasiado poco tiempo. Cuenta con un esquema de control muy sencillo, con un botón para realizar todas las acciones y otro para mirar o destacar con brillo con lo que se puede interactuar, de forma que con la pulsación de estos dos botones nos quedamos sin prácticamente nada que poder hacer.

También cuenta con la posibilidad de juego cooperativo para dos jugadores local, aunque eso también es bastante engaño ya que prácticamente en ningún momento vamos a necesitar del apoyo o la ayuda de un segundo jugador, ni tampoco para hacerlo más fácil, que suele ser el cooperativo de la inmensa mayoría de los juegos (la misma experiencia pero compartida). Aquí, el segundo personaje va contigo automáticamente si juegas solo, y no hay una necesidad de hacer nada entre los dos salvo en un par de puzles en todo el juego, lo que también le quita un poco de gracias al asunto del cooperativo, porque es algo así como controlar los dos el mismo juego pero simplemente para jugarlo en compañía. Es una gran experiencia, pero aún así y con un poquito más de interacción en las mecánicas hubiese podido dar más de sí.

A pesar de que hay muchos videojuegos en el mercado, y también muchos de corte similar a este Voyage, no es fácil encontrar algo parecido. Por la forma de contar la historia, por el apartado artístico, o por tener la opción del juego cooperativo local para dos jugadores, estamos ante un juego también diferente, donde los puzles de entornos soy imaginativos aunque también muy sencillos, y donde el esquema de control se ha creado precisamente para hacer un juego lo más accesible posible, y que de alguna forma también puedan jugar los menos acostumbrados a los videojuegos, especialmente a esos tan complicados que hay que hacer decenas de movimientos diferentes con el mando para conseguir realizar un ataque.

Voyage no cuenta con un apartado técnico que sea destacable. Un juego con unos escenarios continuos y relativamente pequeños sin prácticamente animación de ninguna forma salvo ciertas formas que se mueven un poquito para darle algo de dinamismo. Donde sí que destaca es en su apartado artístico, ya que todos los escenarios están dibujados a mano con un gusto exquisito y que podría perfectamente estar todo ello en un libre de arte de cualquier gran videojuego que se precie. De hecho, es exactamente el mismo estilo artístico que el que se suele utilizar para representar a personajes y escenarios en los libros de arte y que después sirven a los ilustradores, grafistas y modeladores para crear los gráficos definidos, y que en muchas ocasiones pierden gran parte de su atractivo y personalidad. Aquí no es así, y nos encontramos con unos escenarios espectaculares y una animación de los personajes muy suave y fluida que nos recuerda sobremanera a la vista en juegos clásicos como Another World, eso sí, sin los alardes de otros juegos con más opciones.

Al apartado musical le pasa tres cuartos de lo mismo. Bonitas melodías de fondo que sirven perfectamente para ambientar en todo momento, y también como elemento narrativo que nos indican la zona en la que estamos, si es de resolución de puzle, o si ya lo hemos resuelto con un aumento de la cadencia o de las pistas simultáneas. Tanto en los gráficos como en el sonido no vamos a encontrar grandes alardes, ni tampoco en la animación, pero como decimos, es la clase de juegos que todo está muy comedido para que sea una experiencia diferente, relajada, y que nos cuenta una historia en la que el jugador debe prestar más atención a los pequeños detalles que a la magnificencia de otros videojuegos disponibles en el mercado.