Virtua Tennis 4 llega a nuestra consola con el siempre jugoso reclamo de la diversión arcade, pero prometiendo mucha más profundidad; tenemos un nuevo modo
Campeonato, más opciones para los jugadores rivales (y una IA) más pulida, la inclusión de
Move en PS3 (la idea de tener una auténtica raqueta en la mano), gráficos 3D...
El potencial que ofrece el juego es enorme, pero, ¿ha sabido aprovecharlo SEGA?
La acción de
VT4 se dividen en los siguientes modos, que vamos a analizar uno a uno.
- Campeonato. La idea de crear a nuestro propio maestro de la pista y llevarlo por el mundo compitiendo en torneos es genial, pero en
VT4 nos quedamos con la sensación de que se podía haber exprimido más. La idea de limitar nuestro movimiento por unos extraños
tickets (que nos pueden hacernos perder un evento por mera suerte) es un poco absurda; por si fuera poco ya no se acumulan estrellas, sólo la forma física y el dinero que ganemos. Con un poco de habilidad lo habremos finiquitado en 2-3 tardes de juego.
- Modo Arcade. Sinónimo de diversión rápida. El punto positivo es que contamos con 24 PersonajeS (18 tenistas actuales + 4 Clásicos + 2 desbloqueables) que esta vez sí presentan importantes diferencias en su juego, aunque la oferta se nos antoja un poco justa con respecto a otros títulos tenísticos.
- Exhibición. Elige al rival que más te gusta y... ¡lúcete!
- Entrenamiento. Ideal para aprender a utilizar el nuevo
supergolpe, una de las pocas novedades jugables que vamos a encontrar.
- Juego en grupo. Aquí se esconden gran parte de los
geniales minijuegos de esta entrega, que podremos disfrutar jugando con amigos. Aunque en algunos se echa en falta más profundidad y niveles, en general la experiencia es muy refrescante, y un complemento ideal para no caer en la monotonía de los partidos.
- Juego en Movimiento. La primera en la frente: la implementación de
Move va por su propio camino y en su propio modo, no es compatible con ninguna otra modalidad. Cuando ajustemos cámara y mando nos llevaremos la segunda sorpresa: el control es bastante impreciso, a la altura de
Wii Sports, y resulta complicado que el jugador reaccione con distintos tipos de golpe o de auténtico
juego. La cámara cambia casi a primera persona, y aunque la sensación es buena la respuesta del mando no convence. La cosa empeora si se añade un segundo jugador, ya que la pantalla se parte... ¿Dividiendo el ancho? No tiene mucho sentido seguir viendo el cielo y el suelo y perder de vista la mitad de la pista. Nos quedamos con la impresión de que este modo es un simple añadido para
contentar, muy por debajo de la calidad del juego con un mando.
- En red. Para partidas online, aunque las opciones para buscar rivales y configuar los partidos están muy justitas.
- Mi club. Potencia la idea de
simulador, dejándonos ver a nuestro
tenista creado, sus premios, su equipación... Podría estar perfectamente dentor del modo campeonato.
- Opciones. Aquí podemos activar, si nuestra TV lo permite, uno de los puntos más espectaculares del juego: el soporte 3D. Impactante a nivel gráfico (disimulando unos modelados y animaciones a los que podría sacársele mucha más punta) y con cierto peso en la jugabilidad, ya que hace más sencillo poder calcular las distancias; todo un acierto.
Tras varios días de juego con
Virtua Tennis 4 - donde nos hemos divertido bastante, todo hay que reconocerlo - uno echa cuentas y se queda con la impresión de que
SEGA no está sabiendo evolucionar sus sagas arcade, ni aprovechar el potencial de la nueva generación de consolas (online, mandos de movimiento)... Estas nuevas funciones parecen
experimentos, y no deberían hacerse con una saga de este calibre. Veremos si
Virtua Tennis 5 llega con la lección aprendida...