Nate y sus amigos vuelven a la carga en
una excelente tercera entrega de Uncharted que mantiene el genial ritmo y sentido del espectáculo que ya disfrutamos en
El Reino de los Ladrones, enriqueciéndola con nuevas e interesantes mejoras... Pero cuando uno trata de
pulir algo tan redondo, a veces puede pasarse y
crear alguna fisura... Y esto es exactamente lo que ha pasado.
Uncharted 3 empieza abrumando al jugador con su calidad técnica (con elementos mejorados, especialmente
el agua, la arena y el fuego, tres pilares en los escenarios y tres elementos muy bien aprovechados por el equipo de desarrollo) y no deja de sorprenderle y emocionarle durante la primera mitad del juego; eso hace que en la segunda mitad se
pierda algo de fuelle, incluso queden algunas tramas algo colgadas (¿DLC? Naughty perjura que no, pero...) y el final se precipite un poco.
Los tres pilares de
Uncharted 3 vuelven a ser los puzles (ligeramente mejorados) mezclados con exploración, las plataformas y persecuciones (ahora más espectaculares) y el más sólido,
los tiroteos y combates contra legiones de enemigos (hemos matado a casi 700 en nuestra primera partida). Una de las adicciones interesantes son una especie de
mini-jefes, enemigos especiales con los que hay que luchar un rato, intercalando pelea normal con
contras, esperando que ataquen para esquivarlos, bajen la guardia y podamos golpearles en una secuencia. Son duelos emocionantes e intensos, y funcionan muy bien en 1 vs. 1 o en peleas sin armas, pero cuando aparecen en mitad de un tiroteo
la cosa se complica: en los agarres y secuencias estamos vulnerables a granadas, recortadas, francotiradores (y ellos son inmunes a las armas, no nos dejan apuntarles), por lo que si nos
enganchan en una secuencia de combate probablemente moriremos mientras luchamos. Este tipo de
fallitos (junto a una IA con altibajos) puede resultar frustrante; es cierto que sólo ocurren en ocasiones puntuales, pero aún así...
Por otra parte
hemos echado también en falta más peso para el resto de personajes; la historia se centra mucho en
Nate y Sully, las chicas tienen un papel secundario y
uno de los personajes más interesantes (
Charles, con parecido a
Jason Stanham) queda muy desaprovechado al final. Lo mismo podemos decir de los dos enemigos importantes del juego, tienen mucho potencial, pero terminan de desarrollarse ni se exprime su potencial.
Que nadie se lleve a engaño; estamos criticando las pequeñísimas fallas de
un diamante, uno de los mejores juegos del catálogo de Playstation 3 y un juego
superior en muchos aspectos a El Reino de los Ladrones (que ya era una maravilla). Lo mejor, sin duda, es
la experiencia del modo historia, unas 10 horas de media (algo más corto que la entrega anterior) donde visitamos localizaciones realmente asombrosas, y el equipo no deja de sorprendernos técnicamente (de eso hablaremos ahora). La duración, por supuesto, es una media; podemos terminar la aventura en unas
8 horas en la primera partida si vamos a saco (y menos de la mitad jugando contrarreloj y pasando las escenas), pero si queremos
encontrar los 100 tesoros y desbloquear todos los logros esa duración se multiplica hasta las 15-20 horas fácilmente.
Fuera del modo principal, ahora tenemos
dos pilares para mejorar la experiencia, el modo cooperativo y el competitivo.
El cooperativo es la gran estrella de este juego, y cuenta con tres opciones de juego:
- Modo Aventura. Aquí podemos disfrutar de
5 niveles completos de la Traición de Drake y el Reino de los Ladrones para luchar codo con codo con amigos (hasta 3); se eliminan puzles y escenas de plataformeo para disfrutar arrasando con los enemigos, y con estrategias de trabajo en equipo.
- Modo Cazador. La idea es formar equipo con un amigo y enfrentarnos a otro dúo de
caza-tesoros intentando llevarnos el tesoro a nuestra zona mientras tratamos de evitar que la otra pareja haga lo mismo. Con una interesante mecánica de ataque/defensa (estamos
capados para atacar cuando llevamos el tesoro) la fórmula termina siendo bastante adictiva.
- Modo Arena. El más
flojito del trío es esta modalidad en la que
luchamos codo con codo con un amigo en una fase infestada de enemigos. Es una especie de
deathmatch contra bots, y aunque no está del todo mal no alcanza la calidad del resto del opciones de juego.
Por otra parte
encontramos importantes mejoras en el modo competitivo (que es el que más horas nos llevará), ya que ahora
hay más niveles, se ha ajustado mejor las estrategias, el ritmo de juego es más rápido y hay más posibilidades para
invertir nuestros puntos de experiencia y seguir mejorando; sin duda es el que más tiempo nos tendrá pegados a la pantalla, y un colofón perfecto para coronar el modo historia principal,
y cerrar la trilogía de forma sobresaliente.
Y ya para cerrar llega el momento de hablar de
el punto mejor conseguido La Traición de Drake, el apartado gráfico y
cómo se ha aprovechado para enriquecer la mecánica de juego; aunque hay
truquitos (por ejemplo, el fuego no quema de verdad los escenarios, aunque la simulación, si no nos paramos, está muy bien llevada) en líneas generales
se ha conseguido que el jugador viva las situaciones, y que cambien su forma de jugar. Si estamos disparando en mitad de la mar embravecida nuestra puntería (y la de los enemigos) empeorará sensiblemente...
Naughty Dog ha conseguido dar una vuelta de tuerca - más - al concepto de espectáculo, creando
un título que nos tiene con la boca abierta de forma continua, desde su arranque a la emocionante conclusión.
El doblaje al castellano,
con las voces que ya reconocemos (y adoramos) vuelve a ser sobresaliente, y un ejemplo de buen hacer, y
la banda sonora vuelve a ser excelente, para quitarse el sombrero, con melodías de lujo para ambientar cada etapa del juego, de las frenéticas persecuciones a las emocionantes batallas, pasando por los tranquilos puzles o las secuencias de historia. El propio
Indy se quitaría el sombrero.