¿Merece la pena? de Tunic

Los fans de los souls comienzan a quedarse sin su juego de referencia. Mientras que miles de ellos aún las están pasando canutas con el gran juego de FromSoftware, otros muchos ya se lo han terminado (incluso más de una vez), para ahora encontrarse vacíos sin saber a qué echarle el guante. Curiosamente, algunos utilizaban otros juegos de la compañía japonesa que le ha dado la vida como referencia para cualquier cosa que querían probar y/o jugar, como Bloodborne o Dark Souls III, y ahora con Elden Ring en el mercado, parece que todos los juegos se tienen que parecer a este incluso aunque se parezcan como un huevo a una castaña.



¿Que por qué digo todo esto? Ya he leído en varios sitios a muchos de ellos comparando juegos disponibles en el mercado, incluso aunque llevasen más tiempo en desarrollo con Elden Ring, diciendo que si se parecen, que si son iguales o diferentes, que si son mejores o peores... Y uno de los que más comparativas se está llevando en este sentido es la gran aventura creada por Andrew Shouldice para PC y Xbox, Tunic, por culpa de sus mecánicas, o su mundo abierto, o incluso por algunos de sus enemigos. Sin embargo ya os puedo adelantar que Tunic no es como Elden Ring para nada, y lo que es más interesante bajo mi punto de vista, es que este Tunic es algo único, y que sus creadores han sabido plasmar una personalidad diferente a todo lo que existe utilizando muchos elementos vistos en otros juegos ya existentes.



El 18 de marzo de 2022 se ponía por fin a la venta en Xbox y PC (también en Game Pass) este esperado juego de Andrew Shouldice, y sí, Tunic ha sido creado casi en su mayoría por una sola persona, aunque también han colaborado otras personas a lo largo de los muchos años que ha estado en desarrollo, lo cual hace que todo esto tenga mucho más mérito. Como digo, a pesar de contar con un buen puñado de elementos, mecánicas de juego más que nada, de otros juegos, su creador ha sabido darle este toque diferente que lo elevan a uno de los mejores juegos de lo que llevamos de 2022.



Los elementos más claros y significativos están en su estética y sus mecánicas de exploración, sacadas directamente de juegos como The Legend of Zelda A Link to the Past de Super Nintendo. Si vemos imágenes o vídeos, se aprecia claramente que el apartado artístico se aleja mucho del gran juego de Nintendo, y aún así, sus pequeños arbolitos, el césped y cómo lo cortamos, el movimiento de la espada de su protagonista, algunas zonas como las fuentes donde encontramos a las hadas, o incluso algunos enemigos, recuerdan y mucho a la entrega de Link aparecida en 1991. Más allá de eso, la exploración casi se podría decir que cumple con mecánicas muy similares a las de los metroidvania, aunque con obvias diferencias también. Hablo de un mundo abierto increíblemente bien diseñado que, inicialmente, está muy limitado por no contar con las herramientas para avanzar, como la propia espada que nos abre camino, y a medida que vamos consiguiendo llaves y otros objetos, podremos explorar con mayor libertad.



No llega a ser un mundo abierto como lo conocemos hoy en día, ni tampoco como los de Elden Ring o Breath of the Wild, sino más bien como esos miles de juegos indies que hoy en día pueblan los PC y las consolas, y que tanto nos gusta explorar, sin tanta libertad que incluso nos llega a aburrir el no saber por dónde ir. Aún así, en Tunic vamos a encontrar también suficiente libertad en el sentido que cuando conseguimos una nueva arma, objeto, o llave, tendremos que averiguar a dónde ir y/o qué hacer con eso, y ahí tendremos mucho de exploración porque no tenemos un mapa o un indicador de misiones que nos diga cuál es nuestro siguiente punto a explorar. Sí que nos ayuda otro de esos elementos diferentes a todo lo visto hasta ahora como son las páginas del manual del juego que encontramos repartidas, y sí, páginas de un manual de juego que parecen sacadas de uno de esos juegos de NES de hace muchos muchos años y que echamos tanto de menos los que llevamos muchos años en esto de los videojuegos. En ellas encontramos algunos consejos útiles de cómo vencer a nuestros enemigos, cómo mejorar nuestro equipamiento, e incluso bocetos de algunos de los mapas que estamos visitando, mostrando incluso nuestra posición en ellos cuando entramos. Un auténtico pasote que nos encanta.



Este manual que se va creando poco a poco también nos permite otro elemento fascinante en su desarrollo. Cada página de manual nos muestra algo del juego, enemigos, zonas, ayudas, pero también vemos anotaciones en un idioma que desconocemos, y que está por todas partes, desde las páginas de este manual hasta los letreros del juego. Nada se entiende cuando empezamos a jugar, y conforme encontramos estas páginas vamos averiguando ciertas palabras o frases completas que nos ayudan a entenderlo y a saber cuales son los siguientes pasos que debemos dar. Es muy diferente a todo lo visto hasta ahora, incluso en los souls en los que no sabemos nada de la historia pero el lore que encontramos y las conversaciones con NPCs nos desvelan detalles. Aquí no, y la única forma de entender lo que pasa y lo que debemos hacer es ir completando el manual que nos traduce las páginas que ya tenemos, los letreros repartidos por el mapa, y las pistas dentro de todo el juego.

En cuanto a su sistema de combate, sin ser ninguna maravilla y al que le faltan algunos elementos para ser perfecto, sí que puede decirse que cumple con el tan manido término de "combate táctico", y que viene a ser de estos de que cada enemigo tiene su propio comportamiento y es muy fácil perder la vida con el más tonto de ellos, lo que nos asegura tener que ir con cuidado incluso aunque estemos visitando una zona que ya hemos visitado previamente. Aquí sí que hay otras mecánicas de los soulsborne, como dejar nuestras almas en el punto donde morimos para recuperarlas si llegamos antes de la segunda muerte (en este caso, monedas y sin mucho valor porque no perdemos las que llevamos), o que los enemigos mueren pero solo si no descansamos en las zonas establecidas para ello y que nos recuperan las pócimas y la vida que hemos perdido. Podría haber sido un poco más ágil, o darnos mayor opción de personalización para el personaje, pero tampoco se echa de menos, y resulta una delicia en la mayor parte de las ocasiones, y todo un desafío en el resto sin llegar a ser imposible.



Por todo ello, está claro que Tunic es uno de esos juegos que bebe de muchas fuentes de juegos más clásicos, pero también sabe aportar algo nuevo, único y fresco que ningún otro juego, independiente o AAA, ha conseguido hasta ahora. Su duración es, probablemente, más similar a los Metroid o Zelda que a los Souls, entre 16 y 18 horas según te atranques en alguna parte y su dificultad es más cercana a los Souls que a los Metroid o Zelda (especialmente algunos enemigos finales). Si tienes Game Pass no deberías dejar la oportunidad de probarlo, incluso si no te gustan los juegos desafiantes, a esos a los que se les dice cuando algunos de sus jugadores estampan mandos contra la pared. Y si no tienes Game Pass, aún así deberías probarlo, ya que su coste tampoco es excesivo (algo más de 20 €). Eso sí; si buscáis una alternativa a Elden Ring, muy probablemente no la vais a encontrar aquí, ya que diría que se parece más a juegos como Death Door, A Link to the Past, y otros muchos juegos independientes actuales que a cualquier Souls, y lo digo porque, repito, he visto a mucha gente comparándolo con los juegos de FromSoftware, y eso puede ser un gran error, y una forma de sentirte decepcionado si lo que buscas es una alternativa.