El sistema de juego responde a un modelo de shooter en tercera persona de corte similar a los clásicos Gears of War, con un sistema de cobertura, enfrentamientos contra enemigos y exploración de zonas. Obviamente, se aleja mucho en el resto de opciones de juego y se asemeja más a Destiny o Anthem en estructura general como la de un action-rpg donde tendremos que ir evolucionando a nuestro personaje (agente) resolviendo misiones en un enorme mundo abierto estructurado por niveles y distintas misiones en las que nos enfrentaremos a enemigos cada vez más poderosos. Al igual que la primera parte, el mundo es enorme (incluso más que en The Division 1), lo que nos asegura un enorme número de horas de juego no solo para finalizarlo, sino también una vez que nos acabemos la historia principal, donde sus creadores nos van a llenar de más horas de juego, misiones secundarias, eventos públicos...
El sistema de control no ha variado en exceso con respecto a la primera parte y controlaremos a nuestro personaje como cualquier otro shooter en tercera persona, y
cuenta con un gran sistema de cobertura en el que nos pegaremos a casi cualquier superficie con tal solo pulsar un botón, pudiendo movernos entre ellas con gran facilidad y manteniendo pulsado nuevamente el mismo botón apuntando a dicha superficie. Este sistema responde realmente bien en casi todas las circunstancias, pero tenemos el problema de que algunos de los enemigos saldrán corriendo a por nosotros a pegarnos cuerpo a cuerpo o estallar al llegar, y aún no han sabido pulir el abandonar este sistema de cobertura para el que tenemos que saltar en alguna dirección para salir de ella resultando incómodo y tosco en las situaciones que necesitamos agilidad. El resto de situaciones siguen siendo iguales que en la primera parte y responde perfectamente a lo que necesitamos en cada momento.
En cuanto a opciones de juego, solo con la historia principal tenemos misiones para aburrir, quizás demasiado parecidas entre sí por tener que ir a un punto (andando hasta la zona) acabar con todo bicho viviente hasta llegar allí, y una vez allí ir llegando a cada uno de los puntos de enfrentamiento contra los enemigos, nos los cargamos, y seguimos hasta la siguiente punto. Los entornos son muy variados y esto nos hace que cada situación sea distinta, pero aún así nos siguen pareciendo excesivamente parecidas todas las misiones sin casi variación entre ellas, a lo que se une que no hay muchos tipos de enemigos diferentes ni comportamientos distintos entre ellos (hasta llegar a nivel 30 al menos).
Aparte de las misiones tradicionales, cuenta con otros tipos de misiones como las Zonas oscuras, lugares donde además de enemigos encontraremos a otros jugadores que pueden ayudarnos, pero que también pueden enfrentarse a nosotros y robarnos nuestro equipamiento (o hacerlo nosotros con ellos), siendo las
partes más dinámicas y divertidas del juego, pero también las más difíciles. Hay algunas novedades con respecto a la primera parte y ahora son más divertidas incluso con eventos dinámicos, pero también les falta aún más opciones, misiones a realizar dentro de la zona oscura u otros objetivos a cumplir. Sus creadores han querido separarlos para que aquel jugador que no quiera jugar no tenga por qué hacerlo, pero aún se le puede sacar mucha más punta a este concepto de zona híbrida PvPvE. Parece que las principales novedades se las han guardado en el contenido ENDGAME, donde las nuevas facciones sí que cuentan con más opciones para atacarnos, pero hasta llegar allí tendremos que pasar entre 25 y 30 horas de juego.
El resumen sería que a nivel jugable vemos algunas variaciones con respecto a la primera parte, pero la fórmula general siempre ha funcionado muy bien, por lo que han decidido añadirle un buen puñado de nuevas opciones sin que cambien en exceso, teniendo un juego más completo desde el primer momento que encandila a los aficionados a la primera parte, sin llegar a sorprender en casi ningún punto.