Hablamos de un juego que intenta emular (o imitar, o tomar prestado) elementos jugables de juegos clásicos como Alone in the Dark (el primero de principios de los años 90) y Little Big Adventure, por lo que la forma de controlarlo sigue este mismo patrón. Tenemos dos opciones de control, una con el analógico cuyos movimientos será más fluidos, y otra con la cruceta digital que imita el control robótico clásico de girar sobre sus propios pies antes de poder andar. A la hora de jugar nos encontramos con una aventura de las clásicas donde
visitamos distintas habitaciones, algunas con enemigos y otras sin ellos, y en las que la exploramos en busca de objetos que nos permiten interactuar con elementos del escenario para ir resolviendo pequeños puzles que son los que marcan la evolución del juego. Estos no suelen ser complicados y se suelen resolver con lógica como buscar una llave para una puerta cerrada o un objeto con la forma apropiada que encaja en un hueco con esa forma, aunque también hemos visto algunos de estos que hay que resolver mediante ensayo y error. También hemos encontrado algunos muy ingeniosos que requiere hacer algo concreto en una habitación para que algo suceda y que no lo hace enseguida, por lo que hay que esperar una causa-efecto con algo más de tiempo y tienen que pasar segundos a ver qué pasa.
También hay enemigos con los que tenemos que luchar, y aquí The Padre no responde como debería. Nada ayuda, ni la perspectiva del juego, ni la forma de luchar que tiene el protagonista. Lo primero hace que vayamos a atacar mirando a un punto donde el enemigo no está, y es simplemente porque no nos hemos girado lo suficiente, o el enemigo se ha movido un poco a un lado, y en un juego con perspectiva isométrica suele suceder mucho. Esto no ocurre en muchas ocasiones y tampoco estamos ante un juego complicado, por lo que no veremos demasiados problemas. Lo segundo es
el propio sistema de combate basado en aporrear un botón del mando o teclado para ver al protagonista golpear con lo que tengamos en la mano, sin ningún tipo de estrategia, posibilidad de huir, cubrirse o realizar algún tipo de elemento distinto. Cuando acabamos con el enemigo, éste vuelve a salir en la misma habitación, y eso es algo que ya no estamos tan acostumbrados de ver y resulta molesto y repetitivo cuando estamos explorando qué hacer en cada zona. Quizás haber evolucionado su sistema de combate o añadir alguna forma de esquivar o algo más de estrategia le hubiese subido algunos puntos, y al final lo que sucede es que acabas intentando esquivarlos para simplemente explorar.