Hay algunas cosas de
The Order 1886 que lo salvan de la quema más absoluta. Algunos enfrentamientos concretos, con algunos híbridos (hombres-lobo) y ciertas zonas de enfrentamiento muy al estilo
Gears of War, que si hubieran estado mejor aprovechadas podrían haber hecho despuntar al juego. El poder ver el nivel de detalle de los escenarios es uno de los alicientes, ya que son realmente espectaculares y eso puede hacer que la duración del juego se extienda un poco (parándote en cada sitio a mirar, y ya que como está diseñado, en la mayor parte del juego solo pasearemos). Sin embargo, todo lo malo que tiene el apartado jugable hace que el juego se vuelva aburrido en muchas ocasiones, y ni siquiera la historia lo salva, ya que a pesar de haber hombres-lobo y tecnología en 1886, resulta de lo más típica y muchos de los personajes están faltos de carisma (y nos dará exactamente igual si viven o mueren).