Desde el primer vistazo al juego está claro que
al remasterizar The Legend of Zelda: Link's Awakening Nintendo no tenía intención de reimaginar el clásico, si no de darle una nueva vida aprovechando el potencial gráfico de
Switch, y haciendo los cambios mínimos adaptando un Zelda diferente y original (con guiños incluso a la saga Mario, de la que toma algunos enemigos). Esto por una parte es una gran noticia para los fans (y abre opciones a nuevos remakes, como los de
Oracle of Seasons / Ages), pero por otro lado es un poco
oportunidad perdida para innovar más en la saga, y aprovechar el potencial de la consola con nuevas ideas: multijugador, soporte online, Amiibos, contenido extra...
Así, aunque se haya pulido la jugabilidad y el apartado visual sea totalmente encantador, nos hubiera gustado encontrar más contenido original. La gran novedad viene con el
editor de mazmorras, que es una buena idea, pero se queda completamente a medias (siendo un mero aperitivo de lo que podría ser un
Zelda Maker). Igualmente, el soporte para el nuevo
Amiibo no está demasiado inspirado (desbloquea un enemigo
clon que se enfrenta a nosotros), y no se saca partido a la colección que tengamos.