A nivel jugable
Smash Bros. Ultimate pule al máximo la fórmula de la saga con combates rápidos, dinámicos y llenos de opciones, en los que dominar el escenario y las características de cada héroe son clave para ganar. En estos combates no hay largos combos, y en el plantel de personajes hay una opción perfecta para cada tipo de jugador: rápidos, fuertes y pesados, equilibrados, técnicos, ideales para luchar a distancia... Las posibilidades son impresionantes, y además tenemos varias opciones de control que
simplifican la llegada a los nuevos jugadores y harán las delicias de los que se curtieron con
Melee y Brawl dando incluso soporte al mando de
Cube (mediante un adaptador para 4 jugadores). La experiencia es impecable tanto en modo portátil como jugando en sobremesa.
Por supuesto, uno de los problemas es que para algunos jugadores en las primeras partidas el desarrollo de los combates puede ser bastante caótico, y perdernos con facilidad en escenarios muy cargados, en partidas para 4 personajes, y con cierta
injusticia si no sabemos volver rápidamente al ring (y nos mandan volando). Afortunadamente el juego también es increíblemente configurable, y podemos ir ganando experiencia primero en combates 1 vs. 1, en escenarios sencillos e incluso jugando
por vida, como en un juego de lucha normal. A partir de ahí iremos aprovechando la importancia de los
Smash, la guardia, las armas, los recovery, los saltos, las vueltas milagrosas al escenario... Y descubriremos un título con una profundidad jugable sorprendente.