A nivel jugable
Sonic Forces quiere ir demasiado rápido, y en ocasiones patina. Se ha apostado por una gran sensación de velocidad (sobre todo en las fases 3D), pero esto también nos ha traído fases caóticas y más de un problema de cámaras. Las fases 2D, si bien funcionan mejor, tampoco son las más inspiradas.
El punto más brillante es poder controlar a distintos héroes de la saga con habilidades sutilmente distintas (lo que aportan pequeños cambios en el gameplay de algunas fases), o lo más interesante, crear nuestro propio héroe... Esta idea es buena de base, pero podría haberse pulido mucho más (y mejor) para exprimirle bien el jugo, ya que a efectos prácticos se queda en una curiosidad, y muy probablemente acabemos terminando la aventura con el erizo azul. Parece que
Sonic sigue teniendo muchos problemas para llevar su fórmula de juego a 2017, y todavía hay mucho trabajo que hacer...