Uno de los
puntos más fuertes Sherlock Holmes: Capítulo uno es lo refrescante que resulta. Después de haber hecho casi de todo con el personaje en las últimas décadas nos encontramos con un enfoque novedoso y muy interesante, acompañarlo en su juventud (cuando todavía no es el genio que todos conocemos, aunque ya apunta maneras) y descubrir uno de los misterios que lo atormentan, el de la muerte de su madre, algo que va a marcarlo en un futuro.
El cambio de ambientación a una isla mediterránea, cambiar al buen doctor Watson por un nuevo - e interesante - amigo que nos sirve además de brújula moral, o dejarnos distintas opciones para enfrentarnos a los misterios, desde la deducción pura a la
fuerza bruta son algunos de los más grandes lobros del título.