Por supuesto, el planteamiento original de
Shenmue III era continuar la aventura que se inició en 1999 en Dreamcast (y se quedó en el limbo en 2001, hace más de 18 años), por lo que hablar de
innovación es un tema delicado. Al contrario, aquí hay que felicitar al equipo creativo por haber sabido seguir fiel al clásico, y lanzar el episodio que los fans llevábamos esperando casi dos décadas.
Por supuesto, hay mucho que matizar. Por ejemplo, la pérdida del respaldo de
SEGA ha hecho que los salones recreativos ya no puedan tener clásicos de la marca, o que desaparezcan las figuras coleccionables de
Sonic y otros personajes. Se ha intentado disimular añadiendo arcades genéricos o centrando los coleccionables en la propia saga, pero claro, el resultado no es tan sorprendente ni tan inspirado. Otro punto conflictivo es haber mantenido eventos y mecánicas que ya han quedado muy superadas por otros juegos de mundo abierto, pero que son muy fieles al espíritu
Shenmue; eventos que solo podemos ver a determinadas horas (o días), secuencias QTE un tanto repetitivas, minijuegos muy continuistas... Y para nuestro gusto, lo más polémico está en el final, que queda mucho más abierto de lo que nos gustaría, ya que la idea de un cuarto episodio es - hoy por hoy - una fantasía, y esperar otras dos décadas, un bajón considerable.