El remake de un clásico también puede resultar fresco y muy atractivo a nivel técnico
Hay pocos juegos como este
Shadow Warrior, pero ¿cómo es eso posible? Hablamos de un juego del año 1997 cuando los clones de juegos como Doom, Rise of the Triads o Duke Nuken 3D invadían nuestros ordenadores (de hecho, éste podría considerarse como un clon de Duke Nukem 3D). Éste FPS llegó con un cierto aire fresco debido a varios factores, como su toque picante, su extrema violencia, su gran sentido del humor o el poder usar una katana como arma principal, algo que no se destilaba por aquel entonces (ni ahora tampoco salvo en un par de casos puntuales). Aun así, no consiguió llegar a las expectativas del gran público, que seguía disfrutando de algunos de los clásicos; además, el juego original tenía algunos problemillas, como que precisamente no era demasiado fácil de controlar.
En 2013, los chicos de
Flying Wild Hog han querido volver a ofrecernos nuevamente
Shadow Warrior con unos gráficos mucho mejores (obviamente) y la misma jugabilidad y que, a día de hoy, sí que parece tener más sentido. El motivo es que nos encontramos con una sobresaturación de juegos del mismo género que ofrecen lo mismo y que intentan (en mayor o menor medida) seguir imitando las fórmulas establecidas (o bien las de Doom, o bien las de Call of Duty).
En Shadow Warrior encontraremos un juego muy divertido de jugar, realmente adictivo y técnicamente bien realizado (algunos escenarios son sorprendentes), que además cuenta con un gran sentido de humor (los diálogos están en inglés pero contamos con subtítulos en español). Controlaremos a un personaje - de nombre Lo Wang - con el cometido de encontrar una espada sagrada de extraño poder que ha sido robada y para lo que deberá enfrentarse a decenas de monstruos y demonios en diferentes escenarios y situaciones (básicamente, matar a todo bicho viviente). La diferencia principal con respecto a la mayoría de los shooters a nivel jugable radica en las armas que manejaremos.
Además de usar las clásicas pistolas, ametralladoras, ballestas y escopetas, Wang llevará una katana con la que podrá cortar en varios cachitos a sus enemigos, y que resulta muy fácil de usar (basta con pulsar el botón izquierdo del ratón repetidamente). No solamente a los enemigos más débiles, sino también a los más fuertes (incluso a los que se protegen con enormes escudos). De esta forma, la combinación de armas de fuego con las letales katanas (usaremos más de una) hará que tengamos una jugabilidad muy variada y tengamos muchas opciones a la hora de acabar con los enemigos. Pero no queda aquí la cosa, y es que también iremos ganando ciertos poderes (a medida que matemos enemigos) tanto de ataque (ondas de energía o ataques especiales con la katana) como de defensa (protecciones), lo que hace de nuestro personaje muy completo.
En cuanto a su desarrollo, Shadow Warrior fue uno de los primeros en su momento en ofrecernos el ahora clásico sistema de zonas, es decir, llegamos a una zona, nos asaltan decenas de enemigos y una vez aniquilados podremos buscar los distintos secretos (muchos), munición y botiquines repartidos por todas partes, y dicho sea de paso no es nada fácil al ser unos escenarios enormes. En algunas de estas zonas o niveles tendremos que enfrentarnos a enormes enemigos finales que nos llevarán más tiempo y con los que tendremos que usar diferentes estrategias para vencerlos.
Como decimos, el juego resulta muy divertido de jugar y resulta fresco y original incluso a día de hoy por su planteamiento, y aun así no está exento de problemas. Uno de ellos es en cuanto a
su sistema de control, y es que puede resultar un poco complejo debido a que para realizar los movimientos especiales tendremos que hacer combinaciones de teclas (como si de combos de juegos de lucha se tratase) para realizar una simple curación o ataque al enemigo. Estas combinaciones no es que sean demasiado complicadas una vez las aprendes, pero no estamos hablando de una o dos si no de un buen número del tipo
pulsar dos veces la tecla A y acto seguido dejar pulsado el botón derecho del ratón, ejemplo que tendremos que usarnos para curarnos, algo que no es demasiado fácil mientras nos atacan cientos de demonios.
Aparte de esto, también tendremos otros problemas. No contamos con modos extra de juego, ni multijugador, ni cooperativo. Tan solo podremos vivir la aventura de Lo Wang en el modo campaña y, lo que es peor,
ni siquiera tenemos incluidos los DLC que en su día fueron lanzados del juego original, quizás con la idea de poder volver a vendérnoslos si el juego tiene éxito, lo que no nos parece demasiada buena idea si miramos incluso su precio de lanzamiento en Steam (30€). Y es que un remake, a pesar de tener calidad y ser divertido no está a la altura de algunas de las grandes súper-producciones del género, con lo que no debería costar de manera similar.
En resumen, Shadow Warrios es una alternativa a esas grandes producciones que nos puede hacer engancharnos de forma fácil y divertirnos unas cuantas horas. Es muy rejugable debido a su gran número de secretos ocultos y está técnicamente bien realizado. El problema es que es difícil considerarlo como un juego que todo buen aficionado a los shooters en primera persona debería probar por varios motivos, como su precio o que no ofrezca todo lo que deberían ofrecer a día de hoy los FPS que llegan al mercado, y aun así, merece la pena darle una oportunidad.