Shadow the Hedgehog - Análisis

Desde que la malograda Dreamcast pasó a mejor vida, SEGA se encontró en la disyuntiva de comenzar a desarrollar Software para máquinas que le eran desconocidas, con franquicias que, hasta entonces, había sabido controlar y mejorar con grandes méritos y buen hacer. Al entrar en el espinoso, complicado y competitivo mundo de las Third Parties, todos esperábamos lo mejor a la hora de futuras conversiones y ampliaciones del vasto y excelente catálogo de personajes y títulos preparados para dar el salto a la multiplataforma; con mayores y mejores posibilidades al no estar atados ya a una máquina inferior en tecnología, como era la Dreamcast, en comparación con PS2, Xbox y GameCube.

Pero al final resultó que los juegos no eran tan buenos, que las aportaciones no eran tan numerosas y que las franquicias no prosperaban como todos habíamos esperado con la mejor de nuestras ilusiones. Título a título (e incluso podemos incluir los ?Top Spin? ajenos a Xbox), la antaño perfecta y sólida maquinaria de SEGA para producir arcades accesibles y de calidad ha quedado en mejor vida, en peor recuerdo. Y para poner la guinda nos llega ahora este Shadow; cúmulo de despropósitos y sombra lejana de grandes juegos como el ?Sonic Adventures?, de idéntico desarrollo en apariencia, pero con resultados absolutamente superiores en todos los aspectos. Repasemos.

Tenemos tres caminos para superar cada nivel, tres elecciones; abriéndonos la posibilidad 11 finales diferentes.

Tenemos a Shadow sumido en una amnesia temporal que le hace dudar de bando y motivaciones, y nuestra tarea es enfrentarnos a una invasión alienígena que azota el planeta. En nuestro camino, en cada fase, disponemos de tres posibilidades para resolver el nivel:
a) Atacar a los policías y creer en los alienígenas, que nos dicen que son de los nuestros.
b) Atacar a los alienígenas y creer a los agentes de la ley.
c) Pasar de todo e ir por la esmeralda al final de cada escenario.

Podemos decidir qué opción tomar, y embarcarnos igualmente en las misiones secundarias siguiendo las instrucciones de Sonic (normalmente) en el lado bueno, y el ojo siniestro de Black Doom para las misiones ?malas?. Dependiendo de cómo finalicemos la fase, saltaremos a un siguiente nivel diferente, dividiendo el mapa en una pirámide de caminos que nos permiten 11 finales distintos.
Aunque, a la hora de jugar, no importa realmente lo que escojamos, pues las opciones bueno/malo son idénticas (solo cambia el objetivo poli/alien), y sólo sirven para hacernos con uno u otro poder especial.
De modo que, para superar los 22 niveles, lo único que debemos hacer es salir corriendo hacia la meta que supone el fin del escenario, sin necesidad de entretenernos por nada más. Y será lo que acabemos haciendo con casi total seguridad, pues intentar hallar a todos los enemigos para destruirlos es una tarea ardua y pesada, de buscar y rebuscar por cada rincón; muy lejos de la experiencia de salto, aventura y velocidad que pretendíamos encontrar aquí.
En nuestro camino encontraremos a personajes típicos de la saga, como Sonic y Knuckles, dispuestos a ayudarnos en nuestro cometido; mas, desde que no existe la más mínima posibilidad de interactuar con ellos o tener algún tipo de colaboración, no pasará de mera anécdota verlos pasar arriba y abajo instándonos a hacer lo correcto.

Unas 6-8 horas jugando con interés, contando con los diferentes finales como principal baza para el factor de repetir. Lástima que el propio mecanismo del juego no haya sido pulido lo suficiente como para ofrecer una experiencia de diversión a la altura de lo mínimamente exigido?

Control demasiado impreciso, cámara algo loca, vehículos innecesarios y armas inútiles por la falta de claridad en la puntería.

Es realmente sorprendente; y absolutamente triste a estas alturas, encontrar una jugabilidad tan precaria en un juego que, tal y como éste, se apoya casi exclusivamente en sus puntales de control y manejo. La cantidad de errores es tan grande y poco frecuente en títulos de ?primera fila? que no podemos dejar de preguntarnos qué es lo que les pasaba a los programadores por la cabeza mientras desarrollaban el programa.

Comenzando por el salto, puntal en todo juego de Sonic, Shadow en este caso. El personaje salta de forma automática entrando en una inercia de dirección que difícilmente podremos ajustar para posarnos en blancos escogidos a voluntad y, a la hora de activar el ?homing attack? o impacto desde el aire, la puntería del ?muñequito? está tan mal ajustada que será lo más normal caer al vacío o ir a posarnos justo enfrente del enemigo en un error de cálculo de la consola (en todos los juegos, y pretendidamente en éste, tal ataque es dirigido automáticamente por la IA, sin que nosotros tengamos que dirigir especialmente su trayectoria).
Por otro lado, al ir a coger velocidad e iniciar las carreras, la aceleración no acompaña con el diseño de los escenarios y, o nos topamos con obstáculos imposibles de distinguir, tales como cambios de nivel (escalones de dos metros) en mitad de una calzada, o nos topamos de cara con los enemigos para acabar perdiendo los anillos incomprensiblemente? Lamentable.
Como también es lamentable el movimiento y seguimiento de la cámara. Aunque podemos controlarla a voluntad, no acaba de sernos de mucha utilidad en las antes mencionadas carreras. Shadow acelera rápidamente (demasiado), pero la visión se coloca tan a nuestras espaldas, que no distinguimos con total amplitud lo que se nos viene encima; y peor resulta al montarnos en un vehículo: la posición de la visión baja superando el nivel de la carrocería y no vemos siquiera la carretera? ¡!

En un intento por aportar algo nuevo (y dar mayor personalidad al personaje), se nos ha ?Gratificado? con la posibilidad de usar diferentes armas en nuestro viaje (pistolas, metralletas, rayos?), pero, lo que han olvidado los programadores en el camino es un sistema de puntería válido. Shadow dispara por inercia hacia delante, pero erráticamente. Pocas veces es capaz de seguir un blanco que esté en movimiento dirigiendo hacia él los proyectiles. Lo malo, o la desgracia, es que nunca sabremos hacia dónde apuntamos exactamente, y en la mayoría de ocasiones, si existen varios personajes a nuestro alrededor, no sabremos hacia donde disparamos por mucho que intentemos dirigir el cañón hacia el lugar adecuado (lo normal será darle al policía en lugar del alien).

Es una estructura Sonic con Armas y Vehículos, teniendo la ya comentada posibilidad de elegir tres posibles misiones en cada fase.

La originalidad se ve en cierto modo salvada gracias al intento de renovación que ha supuesto la inclusión de vehículos y armas, mas, al no ser estos ni determinantes (ni útiles en última instancia) a lo largo de la aventura, nos tememos que quedan más como curiosidad o anécdota que como valor sólido o personal de juego.
Con respecto a los vehículos. Control simple y torpe con escasas posibilidades de interacción con el entorno. Incongruencias tales como encontrarnos con un desnivel a modo de pared en mitad de una carretera (nos obliga a bajar del jeep), o posibilidad de poder reencontrar los mismos vehículos en los mismos lugares por mucho que los cojamos y los destruyamos. Si volvemos al punto de partida, allí volverán a estar.

En cuanto a las armas, misma desidia, idéntica falta de utilidad. Disponemos de un arsenal variado, y de posibilidad de encontrar munición en las diferentes cajas distribuidas por los escenarios, pero el sistema de puntería es tan impreciso (nefasto) que en la mayoría de los casos optaremos simplemente por pasar de largo y seguir utilizando el (casi igual de malo) ataque en salto.

La inclusión de tres formas de acabar los niveles, la buena, la mala, y la neutra, es otro intento, en origen, plausible; pero al descubrir que nada cambia en realidad hagamos lo que hagamos, nos acaba por resultar, una vez más, una opción anecdótica.

Todo es antiguo, falto de innovación o calidad. Meramente correcto.

En palabras sencillas, y al tiempo eficaces, podemos asegurar que este ?Shadow the Hedgehog? posee una calidad técnica por debajo del ?Sonic Adventures? de Dreamcast. Eso lo dice todo?

El modelado de los personajes es simplemente correcto, sin suavizado apreciable ni resolución elogiable. Con unas animaciones algo simples y limitadas que no acompañan por igual en los personajes ?blanco? secundarios (policías/aliens).
Los vehículos están construidos con demasiada simpleza y a menudo pierden partes de su carrocería que se hacen transparentes al chocar con obstáculos o mover la cámara; fallo idéntico al que encontraremos en los escenarios, muy cuadrados en la mayoría de los casos, con generación algo brusca y ralentizaciones en la versión PS2. En cuando a su diseño, todos encuentran reminiscencias en otros títulos anteriores, pero curiosamente con una distribución desmejorada en este caso; un diseño no pensado para las aptitudes de Shadow (o Sonic) que nos hace andar a trompicones rebotando de un lado a otro?
Y palabras similares para la cámara, empeñada en tomar planos prefijados que nos resultan incomodísimos, obligándonos a andar a tientas en algún que otro caso.

En cuanto al apartado sonoro, música movidita, con toques rock en algunos pasajes y con la virtud de pasar desapercibida con cierta facilidad. Efectos de sonido reciclados de todas las versiones anteriores.

En la parte positiva, selector de 60 Hz y Dolby; en la negativa, traducido pero no doblado.